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Tras una semana negra, Laporta se rodea de amigos
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Tras una semana negra, Laporta se rodea de amigos

Joan Laporta, presidente del FC Barcelona, podrá conseguir tras la última crisis directiva en la que le dimitieron ocho miembros del consejo, un grupo de colaboradores

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Tras una semana negra, Laporta se rodea de amigos

Joan Laporta, presidente del FC Barcelona, podrá conseguir tras la última crisis directiva en la que le dimitieron ocho miembros del consejo, un grupo de colaboradores con los que les une, más que buenas vibraciones, la amistad. De hecho, a partir de la semana que viene se espera conocer algunos de los cuatro nuevos directivos que como mínimo se incorporarán en el consejo, alguno de ellos amigos del presidente barcelonista. Así empezará a estructurarse el nueva junta directiva tras la masiva dimisión de ocho de sus miembros. El nuevo equipo de Laporta, con sus nueve directivos, empezará a trabajar a partir del lunes, cuando está programada una reunión de la comisión delegada, que inicialmente está integrada por presidente, vicepresidentes y secretario, pero dada la excepcionalidad del momento participarán todos los miembros que quedan del consejo.

Desde el inicio del mandato de Joan Laporta en junio del 2003, el presidente barcelonista no ha podido contar con un equipo directivo a su conveniencia como posiblemente podrá ser en breve. Las seis anteriores bajas que se produjeron, antes de las desbandada del jueves, las cubrió con personajes del barcelonismo cercanos a él, y ahora podrá hacer lo mismo. En el arranque del mandato en el 2003, Joan Laporta reunió en su entorno más próximo personajes del barcelonismo con los que no tenía mucha trayectoria, desde Sandro Rosell, a Marc Ingla, pasando por Ferran Soriano o por ejemplo Xavier Cambra. Laporta montó su candidatura con pocos allegados, entre ellos Alfons Godall y Alfonso Castro, ex miembros de 'El Elefante Azul', pero sin mucho peso en la junta.

En el reparto de poderes y parcelas, Laporta poco menos que se quedó con la presidencia, ya que el fútbol quedó bajo el control de Sandro Rosell, la economía en manos de Ferran Soriano y la mercadotécnica en las de Marc Ingla. Ante este panorama, Laporta debió realizar muchos equilibrios para evitar tensiones, a las que se sumaron su consejero externo más preciado, Johan Cruyff. Cinco años más tarde, y después de dos graves crisis en el seno de la junta (con cinco y ocho dimisiones) y otra el pasado noviembre, con la redefinición de funciones, Laporta podrá disponer de un grupo mucho más cercano y unido. Las incorporaciones hace unos años de Joan Franquesa, con quien había tenido negocios, o la de Rafael Yuste, amigo de la infancia, la de Albert Perrín, amigo personal, la de Jacint Borrás, ex miembro de 'El Elefante Azul', o la de Joan Boix, una persona que ha calado en el círculo de amistades de Laporta, a través de uno de los ejecutivos, el ex jugador de la sección de balonmano, Enric Masip, han permitido a Laporta contar dentro de la junta con un grupo fiel.

De hecho, gracias a estas incorporaciones de los últimos años, con las que Laporta ha podido reunir en su entorno directivos que le han apostado abiertamente por él, el presidente pudo salir victorioso de la crisis en la junta que ayer se escenificó con ocho dimisiones. La idea defendida por los dimitidos (los vicepresidentes Albert Vicens, Ferran Soriano y Marc Ingla, además de los directivos Josep Lluis Vilaseca, Evarist Murtra, Xavier Cambra, Claudia Vives-Fierro y Toni Rovira) era que Laporta dimitiese y que entregase el club a Albert Vicens para que, hipotéticamente, tras la asamblea de compromisario el club entrase en un proceso electoral. Frente a esta posición, los partidarios de Laporta defendían la continuidad de éste, hasta el punto de que el mandatario les hizo ver que su dimisión acarrearía que todos sus directivos fieles le seguirían en el adiós y que, por tanto, el club pasaría automáticamente a manos de una gestora. El grupo disidente esperaba que Laporta fuese el único sacrificado, pero esto era del todo inviable porque junto al presidente el resto de sus directivos más cercanos estaban dispuestos a seguirle dentro o fuera del club. Dado que el primer grupo de directivos veía imposible que Laporta se inmolase, decidieron lanzar la toalla.

A pesar de la escenificación pacífica que se mostró ayer ante los medios de comunicación, las tensiones en los últimos días llevó a las dos partes a un situación de difícil encuentro. Y más cuando algunos directivos aliados con Laporta mostraron su disgusto con Ferran Soriano por cómo condujo la campaña del voto de censura. Soriano se erigió en el jefe de campaña del voto de censura y la junta del Barcelona derivó en él todo el peso del proceso. Para ello, contrató a Xavier Roig, director de campaña de Laporta en las elecciones del 2003 y 2007. Según algunos directivos, la actuación de Soriano y de Roig llegó a preocupar porque llegaron a manejar información de que ganarían la moción incluso en los votos (la perdieron con el 60'6% de los votos en contra). La actuación de Soriano, y el pulso que le lanzó a Laporta para sacarlo de la presidencia, condujo al ex vicepresidente, como así han denunciado a Efe fuentes de la junta, a eclipsar a Laporta en el tramo final de la campaña hasta el punto de anular el acto con representantes de la sociedad barcelonesa, organizado en la Pedrera.

Enterado Laporta, volvió a convocar el acto, esta vez en el hotel Majestic, el cual ha sido recordado por las lágrimas del presidente pidiendo disculpas a sus compañeros por si les había incomodado.

Joan Laporta, presidente del FC Barcelona, podrá conseguir tras la última crisis directiva en la que le dimitieron ocho miembros del consejo, un grupo de colaboradores con los que les une, más que buenas vibraciones, la amistad. De hecho, a partir de la semana que viene se espera conocer algunos de los cuatro nuevos directivos que como mínimo se incorporarán en el consejo, alguno de ellos amigos del presidente barcelonista. Así empezará a estructurarse el nueva junta directiva tras la masiva dimisión de ocho de sus miembros. El nuevo equipo de Laporta, con sus nueve directivos, empezará a trabajar a partir del lunes, cuando está programada una reunión de la comisión delegada, que inicialmente está integrada por presidente, vicepresidentes y secretario, pero dada la excepcionalidad del momento participarán todos los miembros que quedan del consejo.

Joan Laporta Ferran Soriano