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Calderón acuña moneda
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Calderón acuña moneda

Que no se asusten las autoridades financieras del país por el titular de este palco que sólo es una conclusión individual propia de la depresión post-verano.

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Calderón acuña moneda

Que no se asusten las autoridades financieras del país por el titular de este palco que sólo es una conclusión individual propia de la depresión post-verano. Hace mucho que Ramón Mendoza dijo aquello de "ser presidente del Real Madrid es más importante que ser ministro" pero creo que la expresión sigue gozando de plena vigencia. Sé que los madridistas en su conjunto loan y ensalzan la figura de Bernabéu como el dirigente modélico aunque, por lo bajini, siempre he disentido. Don Santiago siempre me pareció un señor autoritario poco amante de los estilos democráticos y de las evoluciones en el fútbol. Listo, inteligente y profesional, pero demasiado seguidor del 'ordenoymando' como modus operandi.

A Bernabéu le relevó un caballero como Luís de Carlos que asumió enseguida su papel transitorio, era tan larga la sombra de su antecesor que tras cualquier comparación, salía perdiendo. Pero se defendió y plantó su huella en la historia de esta legendaria entidad. Luego llegó el citado Mendoza, con su chulería, su arrogancia, su sentido de la importancia. Arribó el presidente de la modernidad y de los fichajes que sacaban al Real de su letargo. Ramón era fresco, indulgente, con un morro castizo al que adornaba una gran frase en la extinta Ciudad Deportiva: "cuando Mendoza fuma… algo tuyo se quema". Horneó a la Quinta del Buitre y eso será de agradecer para toda la vida.

Más reciente nos resulta el período de Lorenzo Sanz y esa obsesión suya de saber más que nadie y de pensar que los latifundios y el fijador de pelo tenían vigencia en el siglo XX. Lo echaron los socios con cajas destempladas, con 2 Copas de Europa en la mochila y una Liga y todos, repito, todos… nos quedamos boquiabiertos. El madridista con derecho a voto priorizó la imagen y la conducta por encima de los resultados, para que luego digamos los de la barrera que la pelota dentro de la portería lo tapa todo. Sigamos. Con Florentino Pérez llegó la empresa, los números y esa ingeniería de fabricar votos para guardarse la 'obra'. No digo yo que se hicieran papeletas en Concha Espina, no, entiéndaseme, digo que llevar a la gente al Parque de Atracciones y darles perritos con kepchup y regaliz ayuda a colarle un folio para hacer un garabato, sistema éste que el señor Pérez y Cía. dominaban.

Pero la Galaxia se autodestruyó, tanto éxito empachó a un equipo donde los egos tenían perchas propias en el vestuario y terminaron por echar a los propios futbolistas de sus taquillas. Floren, listo e intuitivo, pensó que lo de violinista del Titanic no le iba y se tiró por la borda cayendo en un colchón de retiro muy mullido. ¿Cobardía? ¿anticipación? El caso es que deseó mangonear en la sombra pero la marioneta le salió díscola: un campechano Fernando Martín se reveló y, a golpe de natural reacción, pensó que de cara y sin tapujos se podía gobernar esta centenaria nave. Duró menos que la discografía de Glenn Medeiros. ¡Cierto!

Que no se asusten las autoridades financieras del país por el titular de este palco que sólo es una conclusión individual propia de la depresión post-verano. Hace mucho que Ramón Mendoza dijo aquello de "ser presidente del Real Madrid es más importante que ser ministro" pero creo que la expresión sigue gozando de plena vigencia. Sé que los madridistas en su conjunto loan y ensalzan la figura de Bernabéu como el dirigente modélico aunque, por lo bajini, siempre he disentido. Don Santiago siempre me pareció un señor autoritario poco amante de los estilos democráticos y de las evoluciones en el fútbol. Listo, inteligente y profesional, pero demasiado seguidor del 'ordenoymando' como modus operandi.