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Laporta: decálogo de un trepa
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Laporta: decálogo de un trepa

1º. Para ser un hombre de éxito hay que saber elegir, tener determinación y no cejar nunca en los empeños. Ha llovido mucho desde que Joan

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Laporta: decálogo de un trepa

1º. Para ser un hombre de éxito hay que saber elegir, tener determinación y no cejar nunca en los empeños. Ha llovido mucho desde que Joan Laporta se pateaba las peñas blaugranas para subir gent a su elefante azul. Entonces, con menos kilos (en el cuerpo) y con muchas energías se lanzó a la conquista de uno de sus sueños.

2º. Saber rodearse de personal eficaz es determinante a la hora de un plan majestuoso. Todos los grandes de la historia han sabido poner el pie sobre otros menos grandes pero más sumisos para tomar impulso. Laporta conoce bien este punto por esas amistades que nunca fueron y que se marcharon de su vera una vez exprimidas.

3º. Presidir un club es una tarea de suma responsabilidad, hacerlo en can Barça es un ejercicio añadido de equilibrio. Por eso, el presidente culé dice una cosa en Palamós y otra distinta (o si se quiere, matizada) si ha de coger el Puente Aéreo.

4º. La cultura de la sonrisa no podemos esquivarla. El blanco de los dientes, el nudo de la corbata, el guiño seductor son siempre compañía fiel del mandamás. Y lo mejor, como bien sabe el bueno de Joan, es que no se note que bufas por dentro mientras publicitas el mejor gesto. (Esto a Luis Aragonés no le sale. Menos mal que en Islandia no puso a prueba la efectividad del Corega).

5º. El protagonismo ha de ser natural, como cuando Don Claudio (¡no me atrevo a llamarle Claudillo!) inauguraba pantanos: parecía que pasaba por allí y que no le suponía ningún esfuerzo pegarle un tijeretazo a la cinta. Laporta sabe estar y apuntarse los éxitos, con esa falsa modestia tan efectiva. Y si luego hay que insinuar que los jugadores salen y beben, se insinúa. El buen trepa sale siempre airoso de los 'fregaos'.

6º. En las conversaciones, el enemigo es el silencio, la mirada ignorante. Hay que saber de todo, hay que tener opinión argumentada para exponer en público la postura a la caza de adeptos. De los árbitros, del doble pivote o de la postura de Bush en la reunión de la APEC en Australia si hace falta. Siempre 'palante'.

7º. Mantener el status implica tabicar a los vecinos. Nada de comunas ni de decisiones tomadas a mano alzada como si esto fuera el ágora ateniense. Si uno desea escalar y conservar la cumbre, se baliza el camino y se desvía al pretendiente que busque hincar su bandera hacia otra senda (o precipicio).

8º. Cuando un profesional de la ambición se instala, tiene que ir dejando claro poco a poco que el futuro sin uno no vale nada, y que el pasado ni cuenta ni existió. El día que veamos una foto creíble de Laporta y Nuñez juntos, dejará Interviú de despelotar a gente sin oficio legal o conocido.

9º. Un poquito de ignorancia simulada tampoco viene bien si los otros puntos no son del todo efectivos. Laporta ha dicho en un diario que la temporada pasada se la debemos apuntar a Rijkaard y la plantilla. Se confirma que los fichajes los hizo el que traslada las maletas en el Prat.

10º. Pero si todo lo anterior, un día, pierde efectividad, hay que tener una nave escondida como los malos de las pelis de marcianos. Por eso Woody Allen eligió a Joan como figurante para su próxima peli rodada en Barcelona. Laporta, figurante. A veces la vida es justa.

1º. Para ser un hombre de éxito hay que saber elegir, tener determinación y no cejar nunca en los empeños. Ha llovido mucho desde que Joan Laporta se pateaba las peñas blaugranas para subir gent a su elefante azul. Entonces, con menos kilos (en el cuerpo) y con muchas energías se lanzó a la conquista de uno de sus sueños.

Joan Laporta