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Michael Winterbottom se va de Erasmus con Amanda Knox
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estreno de 'EL ROSTRO DE un ÁNGEL'

Michael Winterbottom se va de Erasmus con Amanda Knox

El director británico construye un thriller metacinematográfico en torno al famoso caso de la estudiante asesinada en Perugia y el circo mediático creado alrededor

Foto: Fotograma de 'El rostro de un ángel', de Michael Winterbottom
Fotograma de 'El rostro de un ángel', de Michael Winterbottom

El asesinato de Meredith Kercher alimentó los tabloides británicos, y en menor medida los españoles, durante varios años. Esta joven inglesa fue víctima de un brutal crimen en noviembre de 2007 durante su estancia en Italia como estudiante Erasmus. El caso ofrecía más de un aliciente para la prensa sensacionalista. Lo que para una serie de chicos y chicas de diferentes procedencias debía haber sido una idílica estancia en la población medieval de Perugia se convirtió en una pesadilla horrible. Las sospechas recayeron en la compañera de apartamento de Meredith, Amanda Knox, otra universitaria en este caso estadounidense, y en el novio de esta, el italiano Raffaele Sollecito.

Un tercer acusado fue Rudy Guede, italiano de origen africano. Los juicios transcurrieron de forma irregular, hasta el punto que los principales acusados han sido absueltos recientemente tras varias condenas anteriores y el caso no se considera todavía resuelto. Más que en esclarecer la verdad de los hechos, buena parte de la prensa se centró en los aspectos más escabrosos del asunto: la supuesta vida descontrolada de los estudiantes de Erasmus, la presunta rivalidad entre las dos compañeras de piso, los celos y el despecho de alguno de los implicados...

Con todo este material sensible ha tenido que enfrentarse Michael Winterbottom en su nuevo largometraje, 'El rostro de un ángel', basado en el libro sobre el asunto de Barbie Latza Nadeau. El director de 'Wonderland' debió sentirse incómodo ante la posibilidad de rodar la historia de un crimen real tan explotado por los medios en su país. Y decidió darle una vuelta al enfoque e introducir sus propias dudas en el film.

'El rostro de un ángel' no reconstruye directamente el caso Kercher sino que se acerca a él a través del personaje de un cineasta que debe dedicarle una película. En la figura de este director al que da vida Daniel Brühl, Winterbottom ha volcado un puñado de inquietudes personales. Thomas vive la típica crisis de mediana edad. Recién divorciado, ve a su hija mucho menos de lo que desearía, lo que lo vuelve particularmente sensible al caso de la joven asesinada. De todas formas, no tiene claro encargarse de un film de este tipo. “Los crímenes reales no son lo mío”, le confiesa a la periodista en la ficción a quien da vida Kate Beckinsale. Pero su carrera tampoco se encuentra en el mejor momento y decide aceptar el encargo con la convicción de que puede dirigir una película que vaya más allá del típico 'whodunit'. Resuelto, en fin, a rodar algo más profundo que el clásico film de suspense donde lo único que importa es descubrir quién cometió el asesinato.

Así, 'El rostro de un ángel' transcurre como un thriller metacinematográfico sobre un director que se mueve por una Siena (en sustitución de Perugia) de tintes siniestros con la intención de desvelar alguna verdad sobre el asesinato de una estudiante que tuvo lugar allí. Las pesquisas del protagonista discurren paralelas al seguimiento por parte de los medios del juicio a los sospechosos y se ven entorpecidas por sus propios tormentos interiores.

Winterbottom no escoge el camino más corto para tratar el asunto. Su vocación de enfocar un tema desde una perspectiva compleja donde la mirada del autor se hace consciente, que tan buenos resultados le dio en films como '24 Hour Party People' o 'Tristram Shandy: a Cock and a Bull Story', deviene aquí una opción enrevesada que dispersa la película en lugar de enriquecerla. A través de los diálogos del personaje de Thomas con el resto de secundarios, Winterbottom explicita una y otra vez sus intenciones respecto al proyecto, como si no se sintiera seguro de que la película articule de forma clara su tesis por ella misma. Su intención de otorgarle al film una estructura y unos personajes que remiten a 'La divina comedia' de Dante (también hay múltiples referencias al respecto, por si a alguien no le quedase claro) tampoco acaba de cuajar.

Una de las conversaciones que Thomas mantiene con sus productores la discusión se centra en el elenco de la película. Mientras que el director insiste en que lo importante es la historia, sus colegas están más preocupados por escoger los rostros más atractivos para el film. Otro de los momentos en que 'El rostro de un ángel' parece reflejar lo que sucedió en su propia preparación. Lo más llamativo de este largometraje para alguien ajeno al mundo cinéfilo es la presencia de Cara Delevingne en uno de sus primeros papeles importantes en la gran pantalla. La también cantante encarna a Melanie, una británica residente en Siena que se convierte en una buena aliada para Thomas. La famosa modelo afronta con sobrada solvencia su papel y, en lo que a convicción interpretativa se refiere, queda muy por encima de su colega Daniel Brühl.

El personaje de Melanie tiene algo de esa Beatrice de Dante que sirve de guía a Thomas para escapar del infierno interior en el que se ha sumergido. Pero el rostro angélico del título no solo va por ella. La identificación de una muchacha con la inocencia de un ángel resulta también un último tributo necrológico que rinde Winterbottom a la víctima del apuñalamiento, Meredith Kercher, la gran olvidada de buena parte de los medios de comunicación cuando encontraron en su presunta asesina una carnaza mejor.

El asesinato de Meredith Kercher alimentó los tabloides británicos, y en menor medida los españoles, durante varios años. Esta joven inglesa fue víctima de un brutal crimen en noviembre de 2007 durante su estancia en Italia como estudiante Erasmus. El caso ofrecía más de un aliciente para la prensa sensacionalista. Lo que para una serie de chicos y chicas de diferentes procedencias debía haber sido una idílica estancia en la población medieval de Perugia se convirtió en una pesadilla horrible. Las sospechas recayeron en la compañera de apartamento de Meredith, Amanda Knox, otra universitaria en este caso estadounidense, y en el novio de esta, el italiano Raffaele Sollecito.

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