Shakespeare ficha por 'Juego de Tronos'
Justin Kurzel dirige la enésima versión del clásico con un ojo en Poniente. El filme, apoyado en dos inmensas interpretaciones de Cotillard y Fassbender, bebe del serial de HBO
Polanski, Kurosawa, Welles… todos cayeron bajo el embrujo de 'Macbeth'. Ellos se encargaron de tres de las muchas adaptaciones cinematográficas que ha visto el clásico de Shakespeare. Pero la fascinación por la obra sigue viva y ahora es un casi desconocido, Justin Kurzel, el que se acerca al texto tomando una decisión: ofrecérselo a una nueva generación. La generación de las series, de la televisión y, por supuesto, de 'Juego de Tronos'.
Es imposible no pensar en los libros de George R.R. Martin y en la producción de HBO al ver este 'Macbeth'. Su estética, sus batallas y su violencia parecen sacadas del mejor capítulo de la serie o de los libros. Algo que tampoco debería extrañar, ya que las obras de Shakespeare son la mayor influencia del escritor. Las luchas de poder, la ambición desmedida, las traiciones entre familias, la importancia de la sangre, de la herencia, las conspiraciones por el trono… clásicos temáticos del inglés que Martin adaptó y envolvió en un terreno fantástico, bruto y accesible al gran público.
Muchos se sorprendieron este año por la osadía de la serie al mostrar a una niña quemada en una hoguera, una escena que se repite en este 'Macbeth', uno de los muchos vínculos que se pueden encontrar entre ambas obras.
El propio Kurzel expresaba hace poco en una entrevista en 'Indiewire' la herencia televisiva que su proyecto puede tener al comparar a su protagonista con el Walter White de Bryan Cranston: “En ese momento veía muchísimo 'Breaking Bad', y es interesante porque tienen un personaje parecido hacia el que tenemos el mismo sentimiento. Sabes que va a acabar mal, pero no puedes quitar sus ojos de él”, contaba.
Kurzel se encarga de hacer lo mismo que antes hizo Martin y después la HBO. Reduce el texto literal a la mínima expresión y lo envuelve en unos escenarios majestuosos (al salón principal de la película solo le falta un trono de hierro) y unas peleas en las que la sangre, el barro y el sudor salpican al espectador. Que se alejen los puristas, que de primeras se verán sorprendidos por un comienzo que no se encuentra en la obra. Macbeth y Lady Macbeth acuden al funeral de su hijo. Algo que nunca se cuenta en el texto original, como tampoco se hace la épica batalla que viene después y en la que Kurzel se recrea con una cámara lenta que busca la belleza en la violencia.
El director tiene clara la vigencia de los temas universales que proponía Shakespeare, pero destaca la importancia de “dejar un legado” y la “desesperación” que produce un texto que sigue siendo actual. A todo esto hay que sumar dos de los actores más en forma de la actualidad, Michael Fassbender y Marion Cotillard, que aquí están descomunales. Dos personajes con peligro de pasarse de frenada que ambos dominan a la perfección. La desintegración y el camino a la locura de Macbeth se aprecian en los ojos del actor, que con cada película que pasa se hace más grande.
En 'Macbeth' hay otro protagonista escondido, el director de fotografía Adam Arkapaw, que, curiosamente, ha fraguado su éxito en televisión, donde ganó dos premios Emmy por 'True Detective' y 'Top of the Lake'. Arkapaw tiñe toda la película de un aire expresionista y hace que el ambiente, la luz y los colores transmitan como un personaje más. El clímax final teñido de rojo deja sin palabras.
Y parece que en su misión de encontrar el punto medio entre la visión de autor y llegar a nuevos públicos Justin Kurzel dará dentro de poco un nuevo paso. Es el encargado de llevar a la gran pantalla uno de los videojuegos más icónicos de los últimos años, 'Assassin's Creed', que ha vendido millones de copias y creado una legión de seguidores. En sus manos está el reto de conseguir la primera adaptación digna de un clásico de consola. Para ello repite secuaces, Fassbender (que produce el filme), Cotillard y Arkapaw le ayudarán para que siga la senda que ha comenzado con 'Macbeth'.
Polanski, Kurosawa, Welles… todos cayeron bajo el embrujo de 'Macbeth'. Ellos se encargaron de tres de las muchas adaptaciones cinematográficas que ha visto el clásico de Shakespeare. Pero la fascinación por la obra sigue viva y ahora es un casi desconocido, Justin Kurzel, el que se acerca al texto tomando una decisión: ofrecérselo a una nueva generación. La generación de las series, de la televisión y, por supuesto, de 'Juego de Tronos'.
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