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Amor y muerte a ritmo de Bluegrass
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estreno de 'alabama monroe'

Amor y muerte a ritmo de Bluegrass

'Alabama Monroe' llega a España después de triunfar en toda Europa y haber logrado ser nominada al Oscar a la Mejor película de habla no inglesa

Foto: Fotograma de 'Alabama Monroe'
Fotograma de 'Alabama Monroe'

Hay películas que no se avergüenzan de su condición de dramón. Esas que saben que tienen una historia emocionalmente potente y que a poco que pinches en el espectador este acabará con su paquete de kleenex. Estos filmes tienen una efectividad comprobada, pero suele pasar que si no saben medir sus giros y trucos acaban cayendo en el absurdo.

Alabama Monroe no sólo no se avergüenza de ser un dramón, sino que además se alza con la categoría de melodramón. No en el sentido despectivo que muchas veces se utiliza, sino porque todas sus emociones vienen subrayadas por la música (que es lo que en su origen significaba melodrama). ¡Y qué música!. Si algo sobresale en este filme belga que ha conquistado todo el mundo es su banda sonora, plagada de canciones de bluegrass interpretadas por los protagonistas que ponen la piel de gallina.

Aquí reside el gran acierto de Felix Van Groeningen, en conseguir que su historia avance al ritmo de las canciones, y que estas aparezcan en el momento preciso. No era fácil manejando una historia con tanto peligro de caer en la sensiblería: una pareja enfrentándose al cáncer de su hija. Enfermedad, niños… demasiados elementos complejos.

Por eso extraña que sea precisamente en la primera parte del filme cuando mejor se maneje el director. Es consciente de la tragedia que tiene entre manos, así que prefiere ir limando el drama alternando la historia con flashbacks que cuentan la relación amorosa de los padres. Dos personajes magnéticos que componen una historia de amor perfecta como contrapunto.

El filme no sería el mismo sin las interpretaciones de sus dos protagonistas, Jonah Heldenberg y, sobre todo, Veerle Baetens. Un descubrimiento al que no hay que perder el ojo. Una actriz todoterreno capaz de ser sensual, emotiva, salvaje. Un personaje bombón que la han hecho merecedora de premios por todo el mundo, incluido el de mejor actriz europea del año.

El problema del filme viene en su segundo acto. Tras sortear con acierto la blandenguería en muchas ocasiones y llegar al momento más dramático del filme con el corazón del espectador encogido el director se desboca y todo comienza a sonar forzado.

Veerle Baetens y Johan Heldenbergh en 'Alabama Monroe'La desintegración de la pareja no se desarrolla, el drama se despendola cuando más tenía que controlarse y el giro final es excesivamente tramposo. Van Groeningen deja escapar la película cuando tenía todo a favor. En parte por un exceso de pretensiones (¿a qué vienen esos apuntes políticos?), y en parte al dejar escapar temas que sólo se apuntan y que hubieran supuesto un punto de vista diferente, como el contraste entre religión y ateísmo de la pareja.

Un comienzo demasiado prometedor que poco a poco se va difuminando. A pesar de ello, el filme tiene todo para triunfar entre el público: un buen drama que toca la fibra y no es demasiado comercial ni demasiado autoral para asustar.

Los que si deberían temblar son sus contrincantes en los próximos Oscar, ya que este tipo de películas funcionan como un guante en los premios de la Academia de Hollywood (¿Se acuerdan de Mar Adentro?).

Alabama Monroe

Dirección: Felix Van Groeningen

Nacionalidad: Bélgica

Género: Melodrama

Duración: 112 minutos

Intérpretes: Veerle Baetens, Johan Heldenbergh, Nell Cattrysse, Geert Van Rampelberg

Hay películas que no se avergüenzan de su condición de dramón. Esas que saben que tienen una historia emocionalmente potente y que a poco que pinches en el espectador este acabará con su paquete de kleenex. Estos filmes tienen una efectividad comprobada, pero suele pasar que si no saben medir sus giros y trucos acaban cayendo en el absurdo.

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