Es noticia
Campanella tira al poste el penalti de su vida
  1. Cultura
  2. Cine
estreno de 'Futbolín'

Campanella tira al poste el penalti de su vida

'Futbolín' llega a los cines españoles tras arrasar en la taquilla argentina

Foto: Fotograma del filme
Fotograma del filme

La eterna polémica futbolística sobre quién es el mejor jugador de la historia, Pelé o Maradona, esun falso debate. Lo demuestran las imágenes de Futbolín, de Juan José Campanella, que se estrena hoy. El delantero más decisivo de todos los tiempos, el que más goles ha metido de largo, era argentino, sí, pero no era Maradona. Escuchen como se reivindica elcrack mundial en unas memorias adaptadas ahora por Campanella:

"Y aquí estoy. Como siempre. Bien tirado contra la raya. Abriendo la cancha. Y eso no me enseño nadie. Son cosas que uno ya sabe solo. Y meter centros o ponerle al arco como venga (...) Más de veinte años hace que jugamos así y nos hemos podrido de hacer goles. Yo ya debo llevar como 6.800. Yo solo... ¡Después me dicen de Pelé! O arman tanto despelote porque Maradona hizo cien. Cien yo hago en una temporada. Y en verano, cuando los pibes se quedan en el club como hasta las dos de la matina, me atrevo a hacer cuarenta, cincuenta goles por semana. Cuarenta, cincuenta. Yo solo... Maradona... ¡Por favor!".

A Campanella le gusta que David gane siempre a Goliat. Que el barrio gane al centro. Que el pueblo, parias y jugadores de futbolín se imponga a los galácticos

Si aún no saben el nombre del goleador, quizás sea porque era un objeto inanimado, un jugador de futbolín inventado por el legendario escritor argentino Roberto Fontanarrosa. Un delantero de madera que aparecía en un relato, Memorias de un wing derecho, adaptado ahora libremente por Campanella en Futbolín, la película más cara de la historia del cine argentino (20 millones de dólares).

David contra Goliat

La palabra clave aquí es “libremente”. Campanella transforma el brevísimo relato de Fontanarrosa sobre las reflexiones de un jugador de madera en una disparatada fantasía animada en la que todo vale. Por ejemplo, que los jugadores del futbolín cobren vida y acaben disputándole el partido del siglo a un equipo de galácticos. Que una turbamulta de ratas persiga a los jugadores del futbolín (liberados de la barra paralizante del futbolín) entre las montañas de un basurero descomunal. O que un crack del balón enamorado de sí mismoconstruya un laboratorio genético a mayor gloria del fútbol musculado. Persecuciones, carreras y tortazos por un tubo. El cine argentino tirando la casa por la ventana bajo el impulso de su autor más exitoso.

Prevalece, eso sí, el espíritu lúdico del relato de Fontanarrosa. Mezclado con laafición por el fútbol barrial del escritorEduardo Sacheri, coautor del guion. O lachavalada dándole al futbolín en el bar del barrio, ajena al negocio del futbolón, es decir, del fútbol. Espíritu que conecta con el resto de las películas del director argentino.

Si en Luna de Avellaneda (2004) los socios de un emblemático club de barrio se movilizaban para que su sede social no se convirtiera en un casino, en Futbolín los habitantes de un pueblo luchan contra la mercantilización de su villa vía fútbol para millonarios. Otra vez el lobo del dinerodisfrazado de progreso. Otra vez la realización individual vía lazos comunitarios. Otra vez el bien contra el mal.

El problema es que Futbolín es una comedia de animación que funciona como animación pero no como comedia. Sus numerosos hallazgos visuales no logran ocultar que la historia no llega nunca a enganchar

Porque Campanella, como le ocurría al Rick de Casablanca, es un sentimental. A Campanella le gusta que David gane siempre a Goliat. Que el barrio gane al centro. Que el pueblo, como llama al equipo de descamisados, parias y jugadores de futbolín que se enfrenta a los galácticos enFutbolín, imponga justicia poética.Futbolíntiene algo de partido de fútbol arbitrado porFrank Capra

Sólo que Futbolín vendría a ser una versión exacerbada del campanellismo. Por el simple motivo de que la animación da para ello: allá donde todo está permitido, la lucha entre buenos y malos puede llevarse al límite sin que la función chirríe (en principio).

Versión pampera de ‘Toy Story’

Campanella, autor de hitos comerciales del cine argentino contemporáneo, como El hijo de la novia (2004) y El secreto de sus ojos (Oscar a la mejor película extranjera en 2009), se ha pasado a los dibujos animados a lo grande. Futbolín, con un presupuesto sideral en el contexto del cine argentino, ha reventado los cines de su país desde que se estrenó el 18 de julio; como suele ocurrir, por otra parte, cada vez que presenta un filme.A su favor ha jugadola popularidad de Campanella, una factura visual que no desentona entre las producciones de animación estadounidenses y el actual tirón comercial del cine de dibujos animados. En contra, una trama confusa y con altibajos.

En efecto, el director ha intentado hacer una versión pampera y futbolística de Toy Story, o la historia de unos muñecos que cobran vida para ayudar a su joven dueño/amigo más fiel en su momento más difícil. El problema es que Futbolín es una comedia de animación que funciona como animación pero no como comedia. Sus numerosos hallazgos visuales no logran ocultar que la historia no llega nunca a enganchar, algo raro tratándose de un filme de Campanella. Uno puede llegar a disfrutar del frenesí de sus escenas de acción, pero está lejos de vibrar o empatizar con los problemas de su protagonista.


Futbolín
Director: Juan José Campanella Campanella
Género: Animación
Nacionalidad: Argentina/España
Duración: 106 minutos

La eterna polémica futbolística sobre quién es el mejor jugador de la historia, Pelé o Maradona, esun falso debate. Lo demuestran las imágenes de Futbolín, de Juan José Campanella, que se estrena hoy. El delantero más decisivo de todos los tiempos, el que más goles ha metido de largo, era argentino, sí, pero no era Maradona. Escuchen como se reivindica elcrack mundial en unas memorias adaptadas ahora por Campanella:

Críticas de cine
El redactor recomienda