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Este historiador lo sabe todo del cristianismo y asegura que Francisco lo está haciendo muy bien
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Este historiador lo sabe todo del cristianismo y asegura que Francisco lo está haciendo muy bien

Peter Heather, autor del ensayo 'Cristiandad', sostiene que si esa religión ha dominado Europa ha sido gracias a su capacidad de reinventarse. Y que en eso anda el pontífice argentino

Foto: El historiador británico Peter Heather, autor del libro 'Cristiandad. El triunfo de una religión'.
El historiador británico Peter Heather, autor del libro 'Cristiandad. El triunfo de una religión'.

¿Cómo consiguió una pequeña secta surgida en Palestina hace unos 2.000 años terminar dominando completamente Europa en el siglo XIV? El historiador Peter Heather (Irlanda del Norte, 1960), al frente del departamento de Historia Medieval del King’s College de Londres, lleva años dándole vueltas a ese fenómeno, tratando de entender cómo el cristianismo pasó de ser la fe de pequeñas congregaciones aisladas a convertirse en un movimiento de masas dirigido de manera centralizada y piramidal desde Roma.

La conclusión a la que ha llegado es que buena parte del éxito del cristianismo radica en su flexibilidad, en su asombrosa capacidad de reinventarse, en su innegable talento camaleónico. A pesar de la imagen rígida e inamovible que con frecuencia proyecta el cristianismo en general y la Iglesia católica en particular, el secreto de su longevidad radica precisamente en su inmensa maleabilidad.

Heather ha escrito un magnífico tocho de 990 páginas ("que puede usarse como arma si se quiere matar a alguien", bromea) en el que analiza pormenorizadamente el largo camino emprendido por ese pequeño credo minoritario desde el siglo IV, cuando el emperador Constantino se convirtió a esa nueva fe, hasta ejercer mil años después un dominio absoluto y monolítico sobre toda la población de Europa. El ensayo lleva por título Cristiandad. El triunfo de una religión (Editorial Crítica) y en él Heather destaca como no solo para nada estaba cantado el éxito del cristianismo sino que es un absoluto milagro que esa religión haya logrado superar uno tras otro los numerosos desafíos y obstáculos con los que se ha topado a lo largo de la historia. Hablamos con él por videoconferencia.

PREGUNTA. ¿De verdad el cristianismo se ha reinventado una y otra vez?

RESPUESTA. Sí. El cristianismo no es algo inmutable, a lo largo de la historia cambia mucho lo que requiere de sus miembros, las estructuras de sus creencias, sus instituciones… Y lo que está claro es que esos cambios están relacionados con que el cristianismo se convierta en un movimiento religioso de masas, son cambios necesarios para que se haga masivo.

placeholder Portada de 'Cristiandad. El triunfo de una religión', el ensayo de Peter Heather.
Portada de 'Cristiandad. El triunfo de una religión', el ensayo de Peter Heather.

P. Su libro comienza en el siglo IV, cuando el emperador Constantino abraza el cristianismo y esa fe se convierte en la religión oficial del imperio romano. ¿Fue ahí cuando el cristianismo comenzó su andadura para convertirse en una religión de masas?

R. Sí, pero también tuvieron que pasar otras muchas cosas. Cuando Constantino se convirtió al cristianismo, las elites terratenientes del imperio romano se hicieron cristianas, pero había que desarrollar estructuras institucionales para que la masa del campesinado abrazara también esa religión. Y si por ejemplo la iglesia más cercana estaba a 10 kilómetros de tu casa, es normal que se fuera poco a misa, porque no te ibas a pegar una caminata de 20 kilómetros entre la ida y la vuelta. Para llegar a las masas campesinas era necesario construir muchas iglesias, y eso es lo que se hizo entre los siglos X y XII. Pero no solo se trataba de proporcionar iglesias, sino de proporcionar un tipo de religión que funcionase para la masa del campesinado de toda Europa, desde Islandia hasta los Balcanes, desde España hasta Escandinavia. Y conseguir que en ese espacio geográfico tan enorme todos tuvieran la misma religión también hubo que utilizar la fuerza.

P. ¿Puede darme ejemplos de cómo se utilizó la fuerza para imponer el cristianismo en Europa?

R. Sí, claro, hay todo un abanico de ejemplos. El más brutal es la Inquisición, pero si se estudia su historia en detalle se observa que realmente solo se aplicó en ciertos lugares como el suroeste de Francia y un poco en España, pero para nada hubo miles y miles de personas condenadas a morir quemadas en la hoguera o de otro modo. Sin embargo, había otros métodos. En Gran Bretaña hay una serie de documentos que revelan cómo en la segunda mitad del siglo XIII un clérigo de alto rango o sus representantes iban a cada pueblo, en ciclos de tres años, y verificaban si las reglas que regulaban la vida de los cristianos laicos se cumplían, y si no se cumplían había castigos. No se quemaba a las personas en una hoguera, pero se las humillaba públicamente. En esa época el matrimonio ya se había convertido en un sacramento, así que la sexualidad humana era vigilada por la Iglesia. Y si esos clérigos se enteraban de que alguien mantenía relaciones sexuales con quien no debía, los documentos muestran que esa persona era llevada a su iglesia o al mercado de la localidad y azotada allí en público. Era muy humillante.

"Para lograr que toda Europa, desde Islandia hasta los Balcanes, desde España hasta Escandinavia, tuviera la misma religión, también hubo que utilizar la fuerza"

P. ¿Y cómo podía saber un clérigo con quien mantenía relaciones sexuales un parroquiano?

R. Porque había toda una cultura de la delación como con la Stasi en la Alemania del Este anterior a 1989. Al fin y al cabo la Iglesia funcionaba como un sistema totalitario con un partido único, porque ese era el modo de generar una adhesión total a su modelo religioso en todo ese territorio tan extenso como Europa

P. Una de las grandes ideas que recorren su libro es que el ascenso del cristianismo no fue ni mucho menos inevitable, que hubo muchos momentos en que resultó milagroso que lograra sobrevivir. El emperador Julio Nepote, nieto-sobrino de Constantino, quiso por ejemplo enterrar el cristianismo y volver al paganismo...

R. Así es. Y no tuvo éxito porque murió muy rápido, tal vez ahí entró en acción la mano de Dios, no lo sé, yo no estoy cualificado para decirlo. Lo que sé es que los emperadores cristianos sucesores de Constantino estuvieron casi 100 años llevando las riendas del poder, frente a los solo dos años que estuvo Julio. Si Julio hubiera tenido sucesores paganos, seguramente habría sido posible revertir la situación y frenar el desarrollo del cristianismo. Que era posible revertirse se vio luego, tras conquistas islámicas: hasta el 580- 600, la mayor densidad de cristianos se encontraba en las orillas sur y este del Mediterráneo: en el norte de África, Siria, Palestina, Egipto, Turquía... El 95% de los grandes pensadores cristianos de comienzos del siglo VIl vivía en esas áreas, apenas había pensadores cristianos en el norte u oeste de Europa. Pero después de la conquista islámica, las élites de esas zonas tardaron unos 150 años en hacerse musulmanas. Eso ocurrió unos 300 años después de que reinara el emperador Julio, así que en su época todavía hubiera posible revertir la situación y volver al paganismo.

P. ¿Cuáles son los grandes desafíos a los que se enfrenta hoy la Iglesia católica?

R. El gran problema de la Iglesia Católica es la falta de sacerdotes, un problema al que ya se han enfrentado todas las otras denominaciones cristianas. La mayoría de ellas lo han resuelto permitiendo que las mujeres sean sacerdotes. La Iglesia católica aún no ha llegado a eso, pero no lo veo imposible, démosle 100 años. Usted no creo que llegue a tiempo de ser ordenada sacerdote católica, pero su nieta igual sí.

Otra forma de atraer vocaciones es permitir que haya sacerdotes casados, y en algunos sitios, como por ejemplo en Australia, ya hay sacerdotes católicos casados. Conozco a algunos clérigos que estaban casados, que eran sacerdotes de la Iglesia de Inglaterra y que cuando esta decidió permitir la ordenación de mujeres, optaron por abandonarla y convertirse en sacerdotes católicos, y sus matrimonios fueron reconocidos. La línea sobre los sacerdotes casados ya se está deslizando, así que no es disparatado imaginar que en algún momento habrá cambios al respecto, aunque no creo que nosotros los veamos.

Foto: Andrés Muñoz y Tere Cortés, en una de sus celebraciones religiosas. (Moceop)

P. ¿Hay algún texto cristiano que impida explícitamente que los sacerdotes puedan casarse?

R. No. De hecho, la prohibición de que los sacerdotes puedan casarse es muy tardía, no surge hasta el siglo XIII-XIV. No, no hay nada fundamental que impida que los sacerdotes puedan estar casados. Los sacerdotes de la Iglesia ortodoxa griega se pueden casar, solo los obispos no pueden. En los textos cristianos no hay nada que diga que los sacerdotes no pueden casarse.

P. ¿Y hay algo que impida que las mujeres puedan ser ordenadas sacerdotes?

R. No, tampoco. Uno de mis personajes preferidos es la mística alemana Hildegarda de Bingen, quien en el siglo XII, cuando andaba por sus 40 años, tuvo unas visiones de Dios tan fuertes que le dieron la autoridad para fundar sus propias instituciones religiosas y administrarlas como a ella mejor le pareció. Y si Dios pudo hablar directamente con Hildegarda de Bingen, no veo absolutamente ninguna razón por la que ella no pudiera ser sacerdote.

"No veo imposible que la Iglesia católica llegue a ordenar sacerdotes a mujeres, démosle 100 años"

P. ¿Seguirá existiendo el cristianismo dentro de 1.000 años?

R. Yo creo que sí, que sobrevivirá, pero no creo que será el mismo. Creo que volverá al modelo anterior a Constantino, con congregaciones muy pequeñas, muy devotas, con cierto contacto entre ellas pero cada una gestionando sus asuntos. La Iglesia de Inglaterra ya está empezando a pedir a sus congregaciones locales que se ocupen de administren sus propios asuntos, asuntos que antes se gestionaban de manera centralizada y de arriba a abajo.

P. El Papa Francisco es muy distinto a Benedicto XVI, su predecesor, y se muestra más abierto en muchas cuestiones, como por ejemplo la homosexualidad. ¿Una vez más la Iglesia se está adaptando para tratar de sobrevivir?

R. Sí, creo que eso es precisamente lo que está ocurriendo. El proceso de adaptación siempre ha sido así: por cada Francisco, hay un Benedicto. Ya en el siglo XII había exactamente esas mismas tensiones. Yo creo que el punto de vista de Francisco se acabará imponiendo, tiene que imponerse, porque el de Benedicto es imposible. Las opiniones de Benedicto generarían una Iglesia diminuta que la mayoría de la gente ignoraría, mientras que las opiniones de Francisco generarán una iglesia mucho más grande, con mayor influencia sobre las simpatías y creencias de la gente.

P. Lo sorprendente es que el Papa Francisco es muy criticado dentro de la propia Iglesia. ¿Por qué?

R. En primer lugar porque muchos de los partidarios de Benedicto todavía están ahí. El Papa Benedicto nombró a muchos clérigos de alto rango y patrocinó iniciativas particulares. Hay una fuerte corriente fuerte dentro de la iglesia que siente que hay que adoptar una línea dura y firme contra lo que considera los malos desarrollos en la sociedad moderna. Esa tensión creo que estará ahí durante mucho tiempo.

¿Cómo consiguió una pequeña secta surgida en Palestina hace unos 2.000 años terminar dominando completamente Europa en el siglo XIV? El historiador Peter Heather (Irlanda del Norte, 1960), al frente del departamento de Historia Medieval del King’s College de Londres, lleva años dándole vueltas a ese fenómeno, tratando de entender cómo el cristianismo pasó de ser la fe de pequeñas congregaciones aisladas a convertirse en un movimiento de masas dirigido de manera centralizada y piramidal desde Roma.

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