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Una fundación española reconstruye el Coloso de Constantino a tamaño real (13 metros de altura)
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Era de mármol blanco y bronce

Una fundación española reconstruye el Coloso de Constantino a tamaño real (13 metros de altura)

La réplica de la gigantesca estatua del emperador ha sido realizada utilizando tecnología digital y se puede contemplar en los jardines de la Villa Caffare en Roma

Foto: Imagen de la reconstrución a tamaño real del Coloso de Constantino. REUTERS / Remo Casilli
Imagen de la reconstrución a tamaño real del Coloso de Constantino. REUTERS / Remo Casilli

Dos pies gigantescos de mármol, una mano ciclópea, una rodilla enorme, un bíceps descomunal y una cabeza inmensa. Eso, y poco más, es todo lo que queda del Coloso de Constantino, una estatua de formidables dimensiones realizada en el siglo IV y erigida en honor al emperador que hizo del cristianismo la primera religión de la antigua Roma. Con esos pocos fragmentos que se conservan, un equipo de especislistas ha conseguido reconstruir a tamaño real el Coloso de Constantino. El resultado: una impresionante estatua de 13 metros de altura que muestra al emperador como el dios Júpiter: con el torso desnudo, el brazo derecho sosteniendo el cetro de mando; la mano izquierda sujetando el globo terráqueo en la otra y sobre el hombro izquierdo una capa que en el monumento original era de bronce.

La reproducción de el Coloso de Constantino es obra de Factum Foundation, una organización sin ánimo de lucro con sede en Madrid y especializada en emplear tecnología digital para reproducir obras de arte, y se puede contemplar en los jardines de la Villa Caffare, en el centro de Roma, en la parte de atrás de los Museos Capitolinos. Allí permanecerá al menos hasta que concluyan las celebraciones del Año Jubileo de 2025, en el que se espera que millones de turistas y peregrinos visiten la ciudad. "La sensación que uno tiene ante esta estatua del emperador debe ser muy similar a la que sentían sus súbditos", en palabras de Claudio Parisi Presicce, máximo responsable del patrimonio cultural de Roma y quien ha asesorado científicamente a la empresa Factum Foundation en la reproducción del Coloso de Constantino.

placeholder Los fragmentos originales que quedan del Coloso de Constantino. EFE / Miguel Salvatierra
Los fragmentos originales que quedan del Coloso de Constantino. EFE / Miguel Salvatierra

Las piezas originales que aún quedan de la gigantesca estatua del emperador, todas ellas en mármol blanco, se exhiben en la actualidad en los Museos Capitolinos de Roma, aunque no fue hasta el siglo XIX cuando se identificó que el coloso estaba dedicado a Constantino, fallecido en el año 337 d.C.

La de Constantino es la estatua de la antigüedad más grande de la que se conservan fragmentos. Pero hubo otras aún más grandes: el Coloso de Nerón, realizado tod él en bronce, tenía nada menos que 30 años, pero no ha quedado nada de él.

La reconstrucción del Coloso de Constantino se inició llevando a cabo trabajos de análisis arqueológico, histórico y funcional de los fragmentos conservados, apoyados sobre fuentes literarias y epigráficas. El estudio de los fragmentos permitió plantear la hipótesis de que el Coloso estaba sentado, realizado en mármol blanco y con la túnica en metal dorado.

placeholder Réplica del Coloso del Constantino.  EFE / Miguel Salvatierra
Réplica del Coloso del Constantino. EFE / Miguel Salvatierra

A finales de marzo de 2022, un equipo de Factum Foundation pasó tres días en los Museos Capitolinos, escaneando con la técnica de fotogrametría los fragmentos del Coloso de Constantino que allí se conservan.

Cada fragmento fue posteriormente modelado en 3D y colocado siguiendo el modelo de otras estatuas de culto de la época imperial en poses similares, como por ejemplo la estatua del emperador Claudio, retratado como Júpiter, del Museo del Ara Pacis.

Una vez colocadas las piezas existentes, el modelo digital se completó con aquellas que faltaban. Posteriormente, se llevó a cabo una impresión en 3D de la escultura.

Dos pies gigantescos de mármol, una mano ciclópea, una rodilla enorme, un bíceps descomunal y una cabeza inmensa. Eso, y poco más, es todo lo que queda del Coloso de Constantino, una estatua de formidables dimensiones realizada en el siglo IV y erigida en honor al emperador que hizo del cristianismo la primera religión de la antigua Roma. Con esos pocos fragmentos que se conservan, un equipo de especislistas ha conseguido reconstruir a tamaño real el Coloso de Constantino. El resultado: una impresionante estatua de 13 metros de altura que muestra al emperador como el dios Júpiter: con el torso desnudo, el brazo derecho sosteniendo el cetro de mando; la mano izquierda sujetando el globo terráqueo en la otra y sobre el hombro izquierdo una capa que en el monumento original era de bronce.

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