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Si quieres saber cómo es tu hijo/a, escucha a Olivia Rodrigo (además, es muy buena)
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la veinteañera que se come el mundo

Si quieres saber cómo es tu hijo/a, escucha a Olivia Rodrigo (además, es muy buena)

'SOUR' fue el mejor disco pop de 2021 y 'GUTS', lanzado este viernes, es el de 2023. Llenos de desengaños amorosos, malestar, ansiedad y autodescubrimiento son como abrir el diario de un adolescente

Foto: Olivia Rodrigo, ayer en el programa 'Today' de la NBC en el Rockefeller Center de Nueva York. (Reuters/Brendan McDermid)
Olivia Rodrigo, ayer en el programa 'Today' de la NBC en el Rockefeller Center de Nueva York. (Reuters/Brendan McDermid)

Todos conocemos el cuento de hadas de la chica Disney que se convierte en una superestrella del pop global. Con sus más y sus menos, como el denim on denim, tenemos a Britney Spears y Christina Aguilera; cuando dejamos atrás la fiebre de los paparazzis, y saltamos de la tele al visor de YouTube para seguir sus vidas, encontramos a Miley Cyrus y Selena Gomez. Y ahora, cuando la nostalgia estética por los 2000 se cruza con la dualidad de la sobreexposición en TikTok vs. ser celoso de la intimidad de uno mismo, directa de la factoría de las princesas y los musicales, la generación Z tiene a Olivia Rodrigo.

Como todas las citadas anteriormente, Rodrigo, nacida en el 2003, se coló en la vida de tantísimas personas cuando aún era tan solo una adolescente, gracias a su aparición en School Musical: The Musical: The Series, la adaptación serial de la ya clásica película High School Musical. Pero no fue hasta cumplir los 18, y con el lanzamiento de su primer single en solitario, Driver's License, que su carrera se vio catapultada hacia la fama internacional. El tema se hizo tan viral que, lo que tenía que ser inicialmente un EP, se convirtió en un disco debut ganador de tres Grammys. SOUR fue el disco de pop de 2021. Daba igual cuando encendieras la radio, si estabas en el súper o esperando incómodamente el ascensor en un bloque de oficinas, siempre estaba sonando uno de sus temas. Con referencias a Taylor Swift, Paramore, Alanis Morissette, o Kacey Musgraves, el disco plasmaba, de esa manera tan intensa que solo se vive durante la adolescencia, los desengaños amorosos, el malestar, la ansiedad y el autodescubrimiento de cuando uno toma consciencia de sí mismo. Y aunque fue celebrado por la crítica y el público, su publicación estuvo salpicada por acusaciones de plagio a grandes artistas pop. Críticas que la joven filipino-estadounidense zanjó acreditando en las propias canciones a los autores en los que se había inspirado, y con un ambiguo mensaje de never meet your idols.

Sea como sea, todo el mundo se obsesionó con Olivia Rodrigo. Por fin vivimos en una época maravillosa en la que el pop brillante de tías a tías es celebrado. Por eso, su brevemente anticipado segundo disco se esperaba con ganas. GUTS, se ha publicado este viernes 8 de septiembre para convertirse en uno de los discos del año.

Con doce temas llena los casi cuarenta minutos de disco a base de melodías pop, gritos pop-punk, algo de grunge, si es que existe algo así como el grunge comercial, y espacios para el sentimentalismo folk en las baladas más intimas. Una secuela sonora y temática, claramente hija de su antecesora, llena de contrastes. No hay grandes riesgos, pero ¿para qué queremos más? Una de las grandes virtudes de la autora es plasmar con total sinceridad, y de manera accesible, esta época en la que se va sin frenos y cuesta abajo que todos hemos vivido. Si la fórmula funciona, funciona. Es la favorita de las chicas que acaban de entrar en el instituto y de las adolescentes de casi treinta años. No importa si tienes una vida estable, una relación sana y funcional o si finges tenerlo todo bajo control. Cuando ella dice "everything I do is tragic" en Ballad of a homeschooled girl, los adolescentes dicen, "uff soy yo literal". Identificarse con su música es identificarse con los traumas originales de la adolescencia que muchas veces parecen no acabar. Como bien tuiteaba la periodista Ainhoa Marzol, "Olivia Rodrigo nos encanta porque ser una chica adolescente fue el momento más traumático de la vida de todas". Escuchar este disco te da la sensación de estar saltando por las páginas del diario personal de la cantante, que podría ser perfectamente el de cualquier adolescente y veinteañero/a.

Con doce temas llena los casi cuarenta minutos de disco a base de melodías pop, gritos pop-punk y algo de grunge

Sus singles son las mejores bazas. Vampire, una historia de cómo alguien se aprovechó de su fama, se convirtió en una de las canciones del verano debutando en el número uno de la lista Bildboard Hot 100. Y como en internet nos gusta más una historia detrás de una canción que a un tonto un palo, las teorías conspiranoides de que estaba dedicada a Taylor Swift la convirtieron también en el hot topic de TikTok (tema del momento) durante semanas. Pero más allá de la narrativa, había vuelto a lograr uno de esos temas que solo suben, una carrera en contra del dolor del desengaño con un piano impecable. Pero como ya sabéis que ser rabiosamente joven va de contrastes injustificables, Bad idea right? es la canción más traviesa del disco. ¿Quién no ha salido corriendo de una fiesta con la peor de las excusas para irse con alguien que no debe? Nadie ha plasmado tan bien el frenesí latente en el estómago de cuando estás a punto de hacer una pequeña liadita que luego sabes que vas a tener que justificar a tus amigas en una nota de voz sin mucho sentido (cualquier joven dixit).

Cuando ella dice "everything I do is tragic" en 'Ballad of a homeschooled girl', los adolescentes dicen, "uff soy yo literal"

Destacan también temas como Get him back!, que tiene esa cadencia tan 2000 que cruza prácticamente todos los temas del disco, con la línea But I am my father's daughter, so maybe I could fix him, haciendo referencia al trabajo de terapeuta de su padre. Sus letras logran plasmar todas esas cosas que a veces nos da hasta vergüenza verbalizar, pero que todos hemos sentido alguna vez. Canciones para desgarrarse la voz saltando como si mañana no hubiera clase o llorando en tu habitación como si el mundo se fuera acabar cuando te quedas sin palabras. Para muchos, GUTS es poder volver a la intensidad de la adolescencia para intentar sanar o un universo al que escapar. Y así, en general, GUTS es, sin mucha competencia, el disco de POP en mayúsculas de 2023.

Todos conocemos el cuento de hadas de la chica Disney que se convierte en una superestrella del pop global. Con sus más y sus menos, como el denim on denim, tenemos a Britney Spears y Christina Aguilera; cuando dejamos atrás la fiebre de los paparazzis, y saltamos de la tele al visor de YouTube para seguir sus vidas, encontramos a Miley Cyrus y Selena Gomez. Y ahora, cuando la nostalgia estética por los 2000 se cruza con la dualidad de la sobreexposición en TikTok vs. ser celoso de la intimidad de uno mismo, directa de la factoría de las princesas y los musicales, la generación Z tiene a Olivia Rodrigo.

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