El fabuloso descubrimiento del castillo gallego que se conocía desde 1865

Seguro que lo ha leído estos días con asombro en los medios de comunicación, es muy probable que se haya quedado ojiplático al enterarse de la noticia por televisión: el sensacional descubrimiento en Galicia de una gigantesca fortaleza levantada entre los siglos IV y IX que permanecía oculta bajo una densa capa de vegetación formada sobre todo por acacias.

No todos los días los arqueólogos encuentran un enorme recinto amurallado de nada menos que tres metros de espesor y casi dos kilómetros de perímetro, coronado con 30 torres. Esa mole habría salido ahora a la luz durante una investigación arqueológica, tras sobrevolar la zona un dron dotado con láser capaz de traspasar la espesa vegetación de la zona.

Un hallazgo, sin duda, colosal. Solo que en realidad no se ha descubierto nada.

Datado por Cultura

“Claro que no hemos descubierto nada. Ese lugar está catalogado desde hace tiempo y hay bastante gente que ya ha hablado de él. El propio Instituto Geográfico Nacional ya hizo hace unos 10 años un vuelo con láser sobre la zona. Nosotros solo hemos hecho el primer estudio, la primera intervención arqueológica del sitio”, nos cuenta con un pelín de bochorno Jose Carlos Sánchez-Pardo, el arqueólogo de la Universidad de Santiago de Compostela que, junto con su colega Mario Fernández Pereiro, firma la primera investigación sobre ese recinto, conocido como Castro Valente y que se extiende por los montes del municipio de A Estrada (Pontevedra).

"Claro que no hemos descubierto nada. Ese lugar está catalogado desde hace tiempo y hay bastante gente que ya ha hablado de él"

Ya Manuel Murguía, esposo de Rosalía de Castro, realizó en 1865 una descripción del yacimiento para su Historia de Galicia. Y, más recientemente, el estudioso Manuel Gago también se ha hecho eco de ese recinto amurallado. Sánchez Pardo no sabe muy bien cómo se ha originado el bulo de que Castro Valente acaba de ser descubierto. “Es como una bola de nieve. Es un despiporre, por decirlo claramente”, sentencia.

Pero que no haya habido descubrimiento no quita para que Castro Valente sea un sitio espectacular, ni para que el estudio realizado por Sánchez-Pardo y Fernández Pereiro no revista interés. Al fin y al cabo, estamos hablando de uno de los recintos amurallados más grandes de Galicia, a lo que se suma su monumentalidad. “Construir esa fortaleza, sin duda, requirió de un esfuerzo enorme. Se tuvo que movilizar a mucha gente, a mucha mano de obra, durante mucho tiempo”, opina Sánchez-Pardo.

La hipótesis que ese investigador baraja es que Castro Valente se habría levantado a finales de la época romana y principios de la Edad Media por soldados que, además de combatir, construían fortificaciones. Los cuerpos militares estaban formados en la época por unos 150-200 soldados, que habrían empleado meses (si no años) en preparar el terreno, sacar el granito, dar forma a las piedras y levantar toda esa fortaleza.

Aunque tampoco descarta que la construcción se hubiera llevado a cabo posteriormente, entre los siglos VIII y IX, en otro periodo de gran inestabilidad: durante la conquista árabe de casi toda la península y las incursiones vikingas en la costa gallega.

Serán necesarias más investigaciones para desentrañar los muchos misterios que todavía encierra Castro Valente. Pero hay uno que ya está desvelado: no acaba de descubrirse.