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Catriona Ward, la reina del terror: "Las mujeres también tenemos derecho a ser horribles"
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Entrevista

Catriona Ward, la reina del terror: "Las mujeres también tenemos derecho a ser horribles"

La escritora anglosajona tiene varias novelas de éxito y esta semana, tras pasar por Madrid, es una de las invitadas en el Festival Celsius de Ciencia-Ficción, Fantasía y Terror de Avilés

Foto: Catriona Ward, nueva reina de las novelas de terror, estos días en la canícula madrileña (CEDIDA POR LA EDITORIAL)
Catriona Ward, nueva reina de las novelas de terror, estos días en la canícula madrileña (CEDIDA POR LA EDITORIAL)

Azota bien el calor en Madrid estos días. Una ola extraordinaria que pasa sin desalentarse los cuarenta grados. Con esto y ciertas predicciones a futuro, la escritora Catriona Ward -estadounidense, pero afincada en Reino Unido- podría escribir una novela de terror como las que le han hecho triunfar en su país, donde ya ha ganado premios como el Shirley Jackson (en honor de una de las mejores autoras del género) - 'La pequeña Eve', ' La casa al final de Needless Street'- y que se han publicado en los últimos meses en español bajo el sello de Alianza. Por suerte quedamos en un hotel del centro para esta entrevista. Por suerte para ella también esta semana viaja a Avilés (Asturias) para el festival Celsius de ciencia-ficción, fantasía y terror. Y, por suerte, también ha evitado la ola que se cierne sobre Reino Unido. Y así, con un cierto frescor, hablamos de literatura, de terrores y de un género que, pese a contar con grandes escritores (y vender más que muchos otros libros), aun le cuesta desempolvarse los prejuicios.

placeholder 'La pequeña Eve', de Catriona Ward
'La pequeña Eve', de Catriona Ward

PREGUNTA: Lo primero, para el lector español que no sepa nada en absoluto de usted: ¿quién es Catriona Ward?

RESPUESTA: Soy autora de cuatro libros. Nací en Estados Unidos, pero me he criado entre Kenia, Madagascar, Yemen, Marruecos… Mi padre era economista y trabajaba en proyectos de escasez de agua en países en vías de desarrollo. Hoy en día vivo entre Londres y uno de los últimos sitios salvajes que quedan en Inglaterra, que es Dartmoor, una zona preciosa con páramos. Para escribir necesitas espacio. Hay gente que escribe en las ciudades, pero yo no puedo.

P: ¿Cómo le ha influido vivir en todos estos países? También como escritora.

R: Es parte de mi ADN. Nos movíamos de país cada tres años y antes de que Internet existiera. Para que llegara una carta a Madagascar necesitabas seis meses así que perdía las amistades que hacía en cada país. Mi mundo era mi familia. Y hay algo que supone muchísima pasión en esa familia que te quiere y te cuida, pero también es muy solitario. En el colegio de Madagascar había unos 18 niños y la profesora iba fila por fila y a cada uno le enseñaba según su edad. ¿Cómo vas a mantener un amigo de Madagascar si luego te mudas a Yemen? Por eso tu relación con la familia se hace más intensa, y por eso mis libros hablan de familias. Mi editora siempre me dice, “deja de escribir sobre hermanas”, porque es algo a lo que siempre vuelvo.

"La mujer y la literatura de terror tienen una relación especial, casi como una sensación de que te estás preparando para el horror"

P: En Reino Unido floreció la novela gótica escrita por mujeres con Shirley Jackson, Margaret Oliphant, Mary Shelley, May Sinclair... ¿Qué tiene Gran Bretaña para esta profusión de novelas de terror escritas por mujeres? Y de allí es la más grande del género policiaco, Agatha Christie.

R: Creo que la mujer y la literatura de terror tienen una relación especial, casi como una sensación de que te estás preparando para el horror. Es casi como un ensayo de lo que te podría pasar, una manera de explorar los traumas y frustraciones más profundas que como mujeres no siempre podemos articular. Hablas de pasiones oscuras a través de la narrativa. Quizá a las mujeres nos animan mucho a ser muy amables, no molestar, no ser inquietantes. Y esta es una oportunidad de ser horribles.

P: O algo biológico, quizás, porque una mujer caminando sola por una calle solitaria a oscuras no siente lo mismo que un hombre en la misma situación. O sus terrores son distintos.

R: Desde luego, no es lo mismo. Y es el mismo motivo por el que a las mujeres nos gustan las novelas de 'true crime' o los podcast de 'true crime'. Es un ensayo en el que recopilas toda la información para prepararte y enfrentarte al mundo. Creo que el horror trata este tipo de miedos, y al escribir sobre ellos conseguimos empoderarnos porque controlamos la narrativa y encerramos ese miedo dentro de una jaula. Crear ese miedo y controlarlo es una forma poderosa, ya que tener miedo es algo que no nos dejan expresar. Mostrar miedos es algo de niños. Así que te obligas a quitarte estas capas que te has puesto de protección y al lector le obligas a hacer lo mismo.

placeholder Catriona Ward, en Madrid
Catriona Ward, en Madrid

P: En sus libros, las mujeres son causantes del terror también.

R: ¡Por supuesto! ¿Acaso las mujeres no tenemos el mismo derecho a ser tan terribles y horrorosas, con los mismos fallos que los hombres? Porque yo creo que tenemos ese derecho a ser horribles.

"¿Acaso las mujeres no tenemos el mismo derecho a ser tan terribles y horrorosas, con los mismos fallos que los hombres?"

P: ¿Cuáles son sus terrores?

R: La familia siempre está en el centro de mis miedos. Es una relación que me dio tanto… Mis padres, cuando leen mis libros, siempre me dicen, ¿pero somos nosotros? Y por supuesto que no. Los libros no tratan de mi vida, pero la idea de que la familia son los bloques que te hacen quién eres, y a la vez una fuente de terror…La idea de perder a quien quieres… Eso me aterra. O que ese amor se vea amenazado. O que esa relación se apodere de ti de tal forma que deje de ser algo que te nutre y se convierta en un control, una dinámica de poder, opresión, patriarcado. Ese punto en el que todo puede cambiar, en el que se pasa de lo positivo a lo negativo, me aterra

P: ¿Observa que seamos una sociedad más miedosa con todos los “terrores” que se nos han echado encima últimamente? Ahora vivimos una ola de calor “terrorífica”, pasamos una pandemia con millones de muertos…

R: Creo que todo eso nos ha hecho recordar como sociedad que los miedos están ahí porque habíamos olvidado que somos vulnerables. Las historias de fantasmas funcionaron muy bien durante la pandemia y, en gran parte, porque la naturaleza de un fantasma es estar atrapado en un sitio, y todos nos sentimos atrapados en casa, condenados, malditos. Y además de todo esto los libros de este género te dan la oportunidad de escapar de la realidad. Incluso cuando es un escape horrible, pero escapas de la realidad. Todos queríamos salir, sentir algo, lo que fuera. Por eso las novelas románticas y las de terror funcionaron de lujo.

placeholder La escritora Catriona Ward (CEDIDA POR LA EDITORIAL)
La escritora Catriona Ward (CEDIDA POR LA EDITORIAL)

P: Ahora que habla de las novelas románticas, en las de terror lo que sucede muchas veces es que hay un elemento erótico. El terror y el deseo, paradójicamente, casan muy bien.

R: Todo lo que te hace a ti como persona acaba tocando los mismos puntos. Todo aquello que está en lo más profundo de ti pasa a las relaciones interpersonales. Y para mí el terror es más universal que el romance. No todo el mundo vive una gran historia de amor, pero todo el mundo tiene miedo a algo.

P: Yo iba más a las pulsiones humanas… Estoy pensando en ‘Drácula’, por ejemplo.

R: Bueno, es que el horror, por su propia naturaleza, muestra tus emociones, y por eso hay una carga erótica subyacente. Cuando escribes historias de terror casi es como desnudarte delante de un lector y decirle al lector que se desnude también. Estamos de una forma que es incómoda y vulnerable. Hay una intimidad inherente en una historia de terror que no podemos evitar.

"Hay una intimidad inherente en una historia de terror que no podemos evitar"

P: ¿A usted cómo se le ocurren las ideas para una novela? ¿Se asusta cuando escribe?

R: Siempre. Si me asusto es que voy bien porque me estoy planteando a mí misma las preguntas más incómodas que puedo hacerme. Cada libro es distinto, cada uno tiene algo distinto de mí. Siempre sé cómo empieza y cómo termina, pero no cómo voy a llegar de un sitio a otro. Para mí escribir en primera persona es parte del miedo, porque eliminas todos los elementos de la ficción, casi que te vistes del personaje. Y eliminas elementos de seguridad. Es como en la vida, que vas tambaleándote con la información. Los personajes no lo saben todo y lo que no saben es lo que me motiva.

P: ¿Cómo llegó a ser publicada?

R: Mi primera novela me llevó siete años porque se me daba muy mal cuando empecé. Eso nos pasa a muchos. Hay gente que escribe un montón de libros, los tira a la basura, luego los recupera… Yo no. Yo escribía siempre el mismo y digamos que emergió. Yo había tenido una serie de experiencias con terrores nocturnos y con alucinaciones cuando era más joven y quería hablar sobre esos miedos para hacerme con el control. Y hacer eso bien no era nada fácil. Les digo a los jóvenes escritores que no se obsesionen. Yo quería hacer una novela gótica contemporánea y perfecta. Una idea terrible. Fue muchísimo trabajo. Comprobaba cada palabra para que no hubiera nada anacrónica. Eso llevó mucho tiempo. Además hice un máster de Escritura Creativa en la Universidad de East Anglia. Puede que no sea necesario, pero a mí me ayudó. Hubo gente en mi curso que lo dejó porque no le servía para nada. Todo el proceso de un taller se basa en aquello que da más miedo y es que alguien venga y te diga, pues no me gusta nada lo que estás escribiendo. En un taller tú presentas tu trabajo y todo el mundo lo lee y luego durante dos horas todos empiezan a comentar tu obra y tú no puedes decir nada. Y con frecuencia a la gente no le gusta lo que has escrito. Una persona siempre me decía cuando entregaba algo: esto es una mierda. Y de todo esto lo que aprendes es que no te mueres cuando te lo dicen. Es lo peor que te podría pasar y no te mueres.

"Todo el proceso de un taller de escritura se basa en que alguien venga y te diga, pues no me gusta nada lo que estás escribiendo. Y pasa a menudo"

P: Bueno, es un toque majo para el ego.

R: Sí. En mi caso fue liberador, pero otras personas no pudieron con esto y se fueron. Yo lo entiendo, porque no funciona para todo el mundo. Pero para mí fue liberador porque pensé, bueno, si esto ha pasado, ya nadie me va a hacer daño. Y era un curso de alta literatura por lo que gran parte del debate era si tenía derecho a escribir literatura de género. Pero una vez que has tenido ese debate una y otra vez pues ya te acostumbras y dices, pues claro que tengo derecho a escribir esto.

placeholder Catriona Ward (CEDIDA POR LA EDITORIAL)
Catriona Ward (CEDIDA POR LA EDITORIAL)

P: Pero es muy curioso porque, como antes decíamos, Gran Bretaña es un país con enormes autores de género, del crimen al policiaco al terror o el romance. ¿Todavía existe esa discusión entre alta literatura y literatura de género? En España se da, pero pensaba que en Reino Unido estaba superada.

P: Sí, desde luego. Por ejemplo, el caso de Silvia Plath. Existe la percepción de que es “demasiado femenina, como histérica”. Y creo que habría que superar eso porque es algo muy adolescente -todo el mundo pasa por la fase Silvia Plath- y no deja de ser una gran escritora. Hay una cierta resistencia a que nos tomemos en serio a Silvia Plath. Siempre se la presenta en oposición a lo que hizo su marido… y siempre tiene que sufrir. Y el género del terror se ve como un género infantiloide, como que da vergüenza porque los adultos no hablan de los miedos. E incluso también se ve como algo femenino, eso de que a las mujeres le dan miedo las cosas. Esa percepción se mantiene hoy en día. Pero, pese a eso, aquí estamos.

P: Y tanto que está. En los próximos meses se publicará en español su última novela, ‘Sundial’. ¿De qué va?

R: Es la historia de una madre que vive en las afueras de California en un barrio residencial. Tiene dos hijas y la mayor de ella empieza a tener una serie de tendencias inquietantes, y la madre se da cuenta de que puede acabar haciendo daño a la pequeña y se la lleva de vuelta a su pueblo natal, que se llama Sandial. En realidad no es un pueblo sino una instalación científica en el desierto de Mojave. Y allí ambas empiezan a ver el pasado y su conexión con el presente y de esa manera el pasado y presente tienen un diálogo. Y hay un punto en el que están en el desierto y cada una está convencida de que la otra quiere matarla. Quería explorar las partes oscuras de esta relación entre madre e hija que tiene que ver con encontrar un punto en el que esta relación es aceptable para las dos.

Azota bien el calor en Madrid estos días. Una ola extraordinaria que pasa sin desalentarse los cuarenta grados. Con esto y ciertas predicciones a futuro, la escritora Catriona Ward -estadounidense, pero afincada en Reino Unido- podría escribir una novela de terror como las que le han hecho triunfar en su país, donde ya ha ganado premios como el Shirley Jackson (en honor de una de las mejores autoras del género) - 'La pequeña Eve', ' La casa al final de Needless Street'- y que se han publicado en los últimos meses en español bajo el sello de Alianza. Por suerte quedamos en un hotel del centro para esta entrevista. Por suerte para ella también esta semana viaja a Avilés (Asturias) para el festival Celsius de ciencia-ficción, fantasía y terror. Y, por suerte, también ha evitado la ola que se cierne sobre Reino Unido. Y así, con un cierto frescor, hablamos de literatura, de terrores y de un género que, pese a contar con grandes escritores (y vender más que muchos otros libros), aun le cuesta desempolvarse los prejuicios.

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