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"Están mayores, pero yo también": los fanáticos de Metallica incendian el primer día de Mad Cool
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"Están mayores, pero yo también": los fanáticos de Metallica incendian el primer día de Mad Cool

La banda de California llega al Mad Cool en una de las paradas de su gira europea, que se aplazó por la pandemia. Los reyes del metal ochentero completaron casi dos horas de concierto frenético con un público entregado pase lo que pase

Foto:  El cantante y guitarrista de Metallica, James Hetfield, durante el primer día del Mad Cool. (EFE/Kiko Huesca)
El cantante y guitarrista de Metallica, James Hetfield, durante el primer día del Mad Cool. (EFE/Kiko Huesca)

La escena es la siguiente: en pleno julio, unas cuantas decenas de metaleros vestidos de negro se agolpan frente a un escenario vacío. Todo el que tenía una camiseta de Metallica la ha sacado a pasear en la apertura del Mad Cool. Han sido los fanáticos de la banda los que se han apoderado de la primera jornada del festival de Valdebebas, que resistió a una lluvia amenazante. Y los habituales se hicieron oír al pie del escenario principal, cuando James Hetfield preguntó cuántos de los asistentes ya habían visto más de un concierto de Metallica. La gira europea de la banda de California llega, como muchas otras, tras dos años de pausa por la pandemia. En este caso, la pausa vino precedida de otras cancelaciones para que su mítico vocalista tratara un alcoholismo que nunca ha ocultado públicamente.

"Esta va a ser la primera vez que los veo en veinte años, estoy muy emocionado", explica Steven, un estadounidense de 43 años que ha venido con sus dos hijas y su esposa —las ha arrastrado, según bromea ella— para ver uno de sus grupos de la adolescencia. "Puede que estén mayores, ¡pero yo también!". Metallica ha crecido mientras muchos de sus seguidores también lo hacían. Eso explica que, de vez en cuando, un niño corretee en el césped artificial del festival. O que, mientras James Hetflield canta eso de "estamos aquí reunidos para mutilar y matar", una niña agite los brazos a hombros de su padre. Se trata de un verso de 'Whiplash', la canción con la que Hetfield y su banda hicieron su entrada en el escenario principal. Las últimas palabras de esa canción dicen: "Nunca lo dejaremos, porque somos Metallica".

placeholder Los integrantes del grupo estadounidense Metallica, en el Mad Cool. (EFE/Kiko Huesca)
Los integrantes del grupo estadounidense Metallica, en el Mad Cool. (EFE/Kiko Huesca)

La banda legendaria tiene el privilegio de un público entregado desde el comienzo, con su habitual grabación de 'The Ecstasy of Gold', de Ennio Morricone. "Es la décima vez que les veo en concierto", cuenta Jan, que ha venido con su hijo desde Noruega para regalarle la entrada. Los primeros temas de las casi dos horas de concierto resucitaron ese sonido frenético, duro y rabioso que encumbró a Metallica en la cima del 'trhash metal' en los ochenta. Tras 'Whiplash', la potente 'Creeping Death' y el conocidísimo 'Enter Sandman'. Tres 'hits' de la banda para los nostálgicos de su primer sonido, que fueron recibidos entre gritos, puños y manos alzadas con el signo de los cuernos del metal.

"Me encanta cómo cantáis, Madrid. Toda la ayuda que pueda recibir es poca", se sinceraba James Hetfield al micrófono, que no pudo mantener su voz sobre la banda durante los casi 20 temas que interpretaron en el Mad Cool. A la guitarra solista, Kirk Hammett supo mantener el tipo durante unos solos que todavía pueden hipnotizar al público que los reconoce, con más de uno replicándolos en el aire, sobre un instrumento imaginario. Entre algunas de las pausas que debilitaron el ritmo del concierto, Hammett dejó los golpes de su púa por primera vez para puntear la balada que todos esperaban: 'Nothing Else Matters'. El tema del mítico 'álbum negro', aquel que sacó a Metallica del desván del metal oscuro para llevarlo a las listas de éxitos de todo el mundo, llegó tras una preciosa introducción arpegiada de Hammett. Y en cuanto los acordes comenzaron a migrar hacia su gran éxito, los fans de Metallica corearon como era de esperar.

Foto: Foals, en la segunda jornada del Mad Cool 2017. (EFE/Kiko Huesca)

Es conocida la división que provocó la deriva 'mainstream' y melódica de la banda. Mauricio, que ha venido a verlos desde Mallorca, opina que "la mutación está en la esencia de Metallica". Algo de desconcierto provocó 'Dirty Windows', que James Hetfield introdujo preguntando irónicamente: "St. Anger', ¿sí o no?". Se refería al octavo álbum de la banda, que se grabó en una de las épocas más convulsas de la historia de Metallica y supuso un giro en su sonido. En la versión de estudio de 'Dirty Windows', el baterista Lars Ulrich toca sin tensar las membranas de los tambores, generando un metal crudo que no caló en su momento. "Por fin, ahora la gente está empezando a aceptarlo", dijo Hetfield sobre el escenario del Mad Cool.

Al desconcierto siguió una recta final marcada por las llamaradas de fuego que manaban del escenario y los estallidos de confeti. Visiblemente cansados, Hetfield, Ulrich, Hammett y Trujillo cerraron la velada con una muestra de su sonido primigenio. Se escucharon varios temas de su primer álbum, 'Kill 'em all', como 'Seek and Destroy', y algunos cantos míticos del tercero, como el himno del 'thrash metal' que cerró el concierto: 'Master of Puppets'. Los integrantes de Metallica, rozando la sexta década de su vida, le ganaron el pulso a un público sediento de sus primeros éxitos, los más enérgicos y ruidosos. James Hetfield lo supo a eso de medianoche, cuando abandonó el escenario de Valdebebas entre sudores y con el puño en alto.

La escena es la siguiente: en pleno julio, unas cuantas decenas de metaleros vestidos de negro se agolpan frente a un escenario vacío. Todo el que tenía una camiseta de Metallica la ha sacado a pasear en la apertura del Mad Cool. Han sido los fanáticos de la banda los que se han apoderado de la primera jornada del festival de Valdebebas, que resistió a una lluvia amenazante. Y los habituales se hicieron oír al pie del escenario principal, cuando James Hetfield preguntó cuántos de los asistentes ya habían visto más de un concierto de Metallica. La gira europea de la banda de California llega, como muchas otras, tras dos años de pausa por la pandemia. En este caso, la pausa vino precedida de otras cancelaciones para que su mítico vocalista tratara un alcoholismo que nunca ha ocultado públicamente.

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