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Cuando la ultraderecha atentó contra la revista satírica 'El Papus' (e hizo pedazos a un conserje)
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Cuando la ultraderecha atentó contra la revista satírica 'El Papus' (e hizo pedazos a un conserje)

En 1977, como hoy con 'El Jueves', la extrema derecha española demostró no estar muy sobrada de sentido del humor

Foto: Contra la ultraderecha.
Contra la ultraderecha.

El 20 de septiembre de 1977 se demostró que la ultraderecha no andaba sobrada de sentido del humor cuando una bomba dirigida a la revista satírica 'El Papus' estalló en la escalera mientras la llevaba en las manos el conserje del edificio Juan Peñalver. Le provocó la muerte en el acto y destrozó la redacción por completo a pesar de que no había llegado más que a la entrada. Los dibujantes y redactores que pasaron por el pasillo tuvieron que contemplar los restos del pobre portero desperdigados por la escalera.

De haber estallado dentro, tal y como pretendían los autores del crimen, "habría sido una matanza como la de Atocha", declararía su entonces director Javier Fernández Castro: "Querían acabar con todos nosotros". Después del atentado y con toda la redacción ubicada en el edificio de 'La Vanguardia', 'El Papus', que siguió saliendo, publicó la siguiente viñeta:

Policía: Usted no ‘sasuste’, acaban de poner una bomba en 'er Papu…'

Viandante: Ah ya... y están interrogando a los terroristas que la han puesto

Policía: No señor, que va, estamos rematando a los supervivientes...

Fiel a su estilo gamberro y descerebrado, 'El Papus' seguía en sus trece atizando con su humor irreverente y crítico hacia prácticamente todo, en el contexto más difícil de toda la Transición, el año 1977, en el que se sucedieron atentados, asesinatos, amenazas... Una revista chabacana y soez según reconocen los propios dibujantes que participaron en ella como Alfonso Usero, Carlos Giménez u Oscar Nebreda y que recoge el documental que dirigió en 2011 David Fernández Castro, hijo del director de la revista en el momento del atentado Javier Fernández Castro.

placeholder Viñeta de 'El Papus'.
Viñeta de 'El Papus'.

Se dice que, justo después del atentado, el conde de Godó, dueño del grupo del mismo nombre que editaba la revista así como el periódico 'La Vanguardia' solo preguntó tras conocer que había estallado una bomba: "¿Ha habido muchos desperfectos?".

El atentado demostró que la ultraderecha se había tomado demasiado en serio el humor chabacano

La revista 'El Papus' precedió a 'El Jueves' —fundada entre otros por Óscar Nebreda, también creador de 'El Papus'— con la que convivió una década —1977-1987— hasta el cierre de la primera. Fue así la revista decana del cómic para adultos del tardofranquismo y la transición y el referente nacional en cuanto a la sátira tras el declive de 'La Codorniz', que había hecho lo propio en el franquismo con un estilo muy diferente.

placeholder Redacción de la revista 'El Papus' tras el atentado.
Redacción de la revista 'El Papus' tras el atentado.

El salvaje atentado venía a demostrar la tensión en esos años por un sector que no soportaba bajo ningún concepto la chabacanería, el humor grueso o la burla de todo lo que había sido venerable en el franquismo. Como se ha comprobado después, el contexto daría igual, puesto que 'El Jueves' ha seguido durante toda la democracia en la misma línea y su portada fue secuestrada por una sátira del ahora rey Felipe VI y la princesa Leticia.

La Pandilla Voxura

Ahora ha sido VOX quien ha cargado tintas contra la redacción heredera de 'El Papus' por la sección denominada Pandilla Voxura en referencia a la pandilla basura y en la que ridiculizan salvajemente a los miembros de la formación política. Aunque estamos muy lejos del contexto de violencia e intransigencia de 1977, la realidad es que recuerda por los mismos motivos y actitudes al clima de tensión que se vivió desde muchos sectores con la revista satírica.

Al conde de Godó se le pedía explicaciones de por qué editaba esa "guarrada": daba mucho dinero

De hecho, 'El Papus' sufría una persecución desde prácticamente su fundación con multas, cierres y demás durante años, que se sufragaban en cambio sin problema, porque estaba dentro del paraguas del poderoso grupo Godó con su buque insignia 'La Vanguardia' y porque era un éxito. El que fuera gerente Carlos Navarro recuerda que al conde de Godó se le pedía explicaciones a menudo de por qué editaba esa "guarrada" y lo cierto es que 'El Papus' era tan popular y vendía tantos ejemplares —unos 280.000 en el momento del atentado— que daba mucho dinero.

placeholder Portada de 'El Papus'.
Portada de 'El Papus'.

Significó el comienzo de un tipo de revista satírica que no había existido entonces y en un momento en el que comenzó a despegar la prensa libre de las garras del franquismo. En esos años 1975-197, se fundaron 'El País' y 'Diario 16', que convivían con diarios de ultraderecha como el católico 'Ya' o el falangista 'El Alcázar', que en ese año gozaba de una excelente salud al pasar de 13.000 a 98.000 ejemplares.

'Fuerza Nueva', 'Ya' y 'El Alcázar'

Había subido tras la muerte del dictador Francisco Franco y convivía con otras revistas como 'Fuerza Nueva' —del partido de Blas Piñar—, que, en cambio, tenía carta blanca para criticar el revisionismo del Gobierno de Arias Navarro. Existía un cabreo y una bronca constante y los periodistas corrían peligro, especialmente —como siempre— los críticos con ETA, que asesinó por ejemplo a José María Portell el 28 de junio de 1978. El grupo terrorista aumentaría los asesinatos a periodistas con la consolidación de la democracia.

Hubo también en esa Transición amenazas por parte de los ultras e incluso secuestros como el de José Antonio Martínez Soler, director de la revista 'Doblón'. Soler había publicado un artículo sobre la Guardia Civil que sentó mal en el cuerpo y fue secuestrado y torturado durante varios días antes de ser puesto en libertad. Además, la prensa libre no se había quitado de encima todavía las garras del franquismo. Hubo otros 60 secuestros de periodistas en el periodo y tanto Juan Luis Cebrián, director de 'El País', como Miguel Ángel Aguilar, director de 'Diario 16' o Xavier Vinader reportero de 'Interviú' sufrieron las iras y presiones de las viejas y renqueantes instituciones del franquismo.

Lo peor era la sensación de que detrás de los grupos ultra estaban las fuerzas del orden

El primero, condenado a tres meses de prisión por desacato; el segundo, procesado por un tribunal militar en 1980, y, el tercero, condenado a siete años por un artículo contra los grupos ultra publicado en 'Interviú' —J. F. Fuentes, J. Fernández Sebastián 'Historia del Periodismo Español' (Síntesis)—. Lo peor, sin embargo, era la sensación, como en otros casos de violencia ultraderechista, el más célebre de ellos el asesinato de Yolanda González por parte de miembros de Fuerza Nueva, de que detrás de esos grupos de jóvenes ultraderechistas estaban en realidad las fuerzas del orden y seguridad del Estado. Las cloacas.

placeholder Bosch y Gómez Benet.
Bosch y Gómez Benet.

Fue una constante y en el caso de 'El Papus' no lo fue menos. Se entiende así la viñeta que atizaba a la Policía de Barcelona, porque sencillamente no se investigaba con ningún celo la autoría del atentado. Lo cierto es que jamás se pudo probar la autoría material a pesar de que se acusó a ultraderechistas del grupo Juventud Española en Pie como Juan Bosch Tapiés, y especialmente a Juan Gómez Benet, que pertenecía a la guardia de Franco de Lérida. Al final solo se les condenó por pertenecer a una banda y de posesión ilegal de explosivos. Carlos Navarro, editor de la revista, comentaba en 2010 que su abogado les contó que el juez, que era de su misma promoción, le había dicho que no se podía llegar más lejos: "¿Tú que quieres que me tenga que ir a Sudamérica?".

Bombazo y cierre

Algunos de los conocidos ultras de la época en Barcelona, que no estaban relacionados con el caso, como Ernesto Milá, han reconocido, sin embargo, que era conocido cuando estos grupos tenían explosivos y que eran del tipo T4, los utilizados por la Policía y el Ejército. Es una vieja historia de la Transición: miembros de las fuerzas de seguridad que se infiltraban en grupos de jóvenes cachorros adoctrinados en las ideas ultras y que perpetraban crímenes azuzados por ellos. El caso de Yolanda González es quizás el más relevante junto a la matanza de los abogados de Atocha.

El atentado significó su cierre 10 años después tras los gastos en abogados e investigadores

Milá apuntó también a las cloacas del Estado. Lo cierto es que no se supo nunca de verdad quién lo había cometido y el caso quedó enterrado. Ni siquiera ganó 'El Papus' una indemnización porque el conserje "no había tomado las medidas adecuadas". Al final, la bomba contra la revista significó su cierre 10 años después tras los enormes gastos de los abogados y los investigadores privados para esclarecer la verdad.

El grupo Godó había salido, además, del accionariado y muchos de sus dibujantes se pasaron precisamente a 'El Jueves' que ya había recogido el testigo. Así, los que atentaron contra las revistas se puede decir que consiguieron su objetivo. "¿Qué puede más la pluma o la pistola?", explicaba el dibujante Carlos Giménez de 'El Papus', "uno podría decir que es la pluma..., pero no, es la pistola, nosotros solo decíamos eso para tener un poco de ánimo contra el adversario...".

El 20 de septiembre de 1977 se demostró que la ultraderecha no andaba sobrada de sentido del humor cuando una bomba dirigida a la revista satírica 'El Papus' estalló en la escalera mientras la llevaba en las manos el conserje del edificio Juan Peñalver. Le provocó la muerte en el acto y destrozó la redacción por completo a pesar de que no había llegado más que a la entrada. Los dibujantes y redactores que pasaron por el pasillo tuvieron que contemplar los restos del pobre portero desperdigados por la escalera.