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Jeffrey Epstein: ¿qué más da comprar niñas cuando puedes comprarlo todo?
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Jeffrey Epstein: ¿qué más da comprar niñas cuando puedes comprarlo todo?

El documental de Lisa Bryant para Netflix 'Jeffrey Epstein: asquerosamente rico', devuelve a la actualidad el testimonio de las menores de edad abusadas por el empresario

Foto: Donald Trump, Melania Trump, Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell en una foro de archivo. (Netflix)
Donald Trump, Melania Trump, Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell en una foro de archivo. (Netflix)

En una ocasión, como regalo de cumpleaños, Jeffrey Epstein recibió "tres niñas francesas de 12 años llegadas de Francia para poder abusar sexualmente de ellas". Al día siguiente, las metió en un avión y las devolvió a los padres. Virginia Giuffre era menor de edad cuando empezó a frecuentar a Epstein y su compañera Ghislaine Maxwell. Le prometieron un trabajo como masajista, pero al final acabó siendo una especie de concubina —sin consentimiento, así que más bien esclava sexual— para la pareja, que por un lado le ofrecía una vida imposible para una chica como ella, de clase media baja, y por otro la sometían a todo tipo de prácticas y amenazas si se iba de la lengua o los abandonaba.

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Epstein apareció muerto el 10 de agosto del año pasado en su celda de la Cárcel Metropolitana de Nueva York. La noche anterior habían cambiado a su compañero de celda, encargado de vigilarlo, y no lo sustituyeron. Los dos guardas encargados de visitar la celda cada treinta minutos 'se quedaron dormidos' y pudieron falsificar los registros de la guardia de aquella noche. Maxwell está en paradero desconocido, a pesar de que nunca la han acusado formalmente por cargos relacionados con la prostitución ni el abuso de menores. Y Giuffre es tan sólo una de las más de medio centenar de víctimas —localizadas— de la red de explotación sexual que manejaron Epstein y Maxwell y que apunta a grandes empresarios y políticos, con la sospecha cerniéndose entorno, incluso, a algún o algunos presidentes de Estados Unidos.

No es extraño que en un sistema en el que puedes comprar una isla —autoridades incluidas—, hacer lo mismo con menores de edad para mantener relaciones sexuales tampoco parezca tan difícil ni problemático. Lo que desvela —o más bien, confirma— el documental de Netflix 'Jeffrey Epstein: asquerosamente rico' es que los límites legales se devanecen proporcionalmente al dinero que uno tiene. Si para el que tiene un Porsche el coste de una infracción de tráfico es un riesgo asumible, para el que tiene una fortuna de más de 500 millones de dólares —amasada de manera opaca— y de amigos de más de 500 millones de dólares y puestos de influencia que llegan hasta el Palacio de Buckingham.

La Fiscalía de Nueva York ha solicitado este lunes interrogar al hijo de la Reina Isabel II en relación a la red de pederastia

Precisamente, este lunes, el príncipe Andrés, que no sale bien parado del documental —admiten haberlo visto acompañado de "chicas jóvenes" en la Isla Pequeña Saint James, propiedad de Epstein, también conocida como 'la Isla del Pedófilo'—, ha insistido en que "se ofreció para ayudar a las autoridades estadounidenses al menos tres veces en el caso del delincuente sexual Jeffrey Epstein". La Fiscalía de Nueva York ha solicitado este lunes interrogar al hijo de la Reina Isabel II en relación a la red de pederastia. Justo ahora, que la serie de Netflix ha devuelto a la actualidad el caso y lo ha amplificado convirtiéndola en una de las producciones más vistas desde su estreno. Décadas de una impunidad que se ha desmoronado cuando la montaña de suciedad ha sido demasiado grande como para seguir ocultándola.

placeholder La ficha policial de Jeffrey Epstein. (Netflix)
La ficha policial de Jeffrey Epstein. (Netflix)

Lo que cuentan los cuatro capítulos dirigidos por Lisa Bryant es tan sólo una pequeña parte de lo que han podido ser décadas de abusos. Pero también la relación de nuestra sociedad con el poder y el dinero. La trayectoria de Epstein está llena de ilegalidades. Y su caso también. Fiscales que desestiman unas acusaciones repletas de pruebas y de testigos —ante la incredulidad de la Policía de Palm Beach, encargada de la investigación— y que acaban llegando a la secretaría de Estado del Ministerio de Trabajo de Estados Unidos con la administración Trump —amigo de la pareja—, como ocurrió con Alex Acosta, que renunció un mes antes de la muerte de Epstein forzado por la opinión pública tras descubrirse los términos del acuerdo al que había llegado con Epstein en 2008, cuando cerró la causa ofreciéndole no sólo "inmunidad para él en cualquier estado", sino también " inmunidad a todos los cómplices conocidos y desconocidos", un trato sin precedentes.

En 2008, Acosta cerró la causa ofreciéndole "inmunidad para él y a todos los cómplices conocidos y desconocidos"

Tampoco se justifica fácilmente que en los 13 meses que "el filántropo" —como a él le gustaba definirse— pasó en prisión, desde el principio de su condena pudiese salir del presidio seis días a la semana durante 12 horas diarias a trabajar y sólo estuviese obligado a pasar las noches en su celda. Ni que posteriormente pudiese saltarse la libertad condicional sin represalia alguna viajando incluso a su residencia de las Islas Vírgenes, en su 'isla del pedófilo'.

placeholder Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell en 'Jeffrey Epstein: asquerosamente rico'. (Netflix)
Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell en 'Jeffrey Epstein: asquerosamente rico'. (Netflix)

La vida social de Epstein tampoco se vio muy afectada por su condena por delitos sexuales. "En cuanto salió de la cárcel con libertad condicional en 2010, Jeffrey Epstein fue a Nueva York. Y lo primero que hizo fue montar una fiesta a la que acudió mucha gente conocida. Se presentó un montón de gente en su casa: el príncipe Andrés estaba ahí, Woody Allen estaba ahí. Aunque todos ya sabían que había abusado de tantísimas menores, la gente seguía relacionándose con él", explican en el documental varios de los investigadores que formaron parte de la instrucción.

Fue muy preocupante lo rápido que volvieron a acogerle en su mundo y los famosos

Cuando donas 100.000 dólares al Partido Demócrata, lo más probable es que en el Partido Demócrata haya quien te quiera devolver el favor. Y Epstein es la muestra de que la filantropía, sobre todo cuando la destinataria es una institución importante, poco tiene que ver con la solidaridad y mucho con la compra de favores. Eipstein, "el filántropo", donó sumas cuantiosas de dinero a universidades, centros de investigación y administraciones. "Fue muy preocupante lo rápido que volvieron a acogerle en su mundo y los famosos, a los que les parecía bien socializar con él, dejarse ver en público con él. Parecía que eso no iba a tener consecuencias y que a la gente le daba igual su conducta".

placeholder Harvey Weinstein, Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell. (Netflix)
Harvey Weinstein, Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell. (Netflix)

Bryant no ha elegido el título de su documental sin dar en el clavo. Para Epstein —y para muchos de los participantes en sus orgías, quienes todavía no han salido a la luz— su cualidad de ser asquerosamente ricos les ha servido de escudo para evitar las consecuencias penales y sociales de sus crímenes. Lo que ocurría en Isla Pequeña Saint James no es muy diferente a las fiestas "bunga bunga" de Berlusconi. ¿Cómo afectaron éstas a la carrera de Berlusconi? Hace 10 años que detuvieron al expresidente italiano por el 'caso Ruby' acusado de mantener relaciones sexuales con menores. Siguen pendientes tres juicios. Sigue siendo diputado por Italia en el Parlamento Europeo. A pesar de haber sido condenado por corrupción. Modificó la ley —se sacó de la manga la ley Alfano en 2008 para ser inimputable en delitos no relacionados con su cargo—. En las elecciones generales de 2018 acudió como líder del Partido Forza Italia.

Cuenta el documental, que a las víctimas de Epstein, en los medios afines al entorno del empresario, las calificaron de protitutas, cuando sólo eran estudiantes que sufrieron abusos. Que la judicatura hizo dejación de funciones para que el caso muriera. Que los abogados de Epstein pagaron a detectives para rebuscar en la basura de policías y víctimas para encontrar cualquier cosa que pudiese desacreditarlos. Que llegaron a acuerdos secretos por los que se paralizaron los juicios. Que la élite intelectual y política de todo un país —que se había beneficiado de sus "generosas" donaciones— mostró su apoyo incluso cuando ya lo habían condenado. Porque qué más da comprar a un grupo de chicas anónimas y sin posibilidades económicas de las que nadie va a acordarse cuando puedes comprar una isla y todo lo demás.

En una ocasión, como regalo de cumpleaños, Jeffrey Epstein recibió "tres niñas francesas de 12 años llegadas de Francia para poder abusar sexualmente de ellas". Al día siguiente, las metió en un avión y las devolvió a los padres. Virginia Giuffre era menor de edad cuando empezó a frecuentar a Epstein y su compañera Ghislaine Maxwell. Le prometieron un trabajo como masajista, pero al final acabó siendo una especie de concubina —sin consentimiento, así que más bien esclava sexual— para la pareja, que por un lado le ofrecía una vida imposible para una chica como ella, de clase media baja, y por otro la sometían a todo tipo de prácticas y amenazas si se iba de la lengua o los abandonaba.

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