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La estocada del coronavirus a la cultura: "Cerrar un mes es la muerte absoluta"
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La estocada del coronavirus a la cultura: "Cerrar un mes es la muerte absoluta"

La emergencia obliga al cierre de los teatros madrileños privados por primera vez en cien años. Las consecuencias pasan por el fin de proyectos teatrales si no hay una inyección económica

Foto: 'Traición', en el Kamikaze, no llegó a ser estrenada este jueves como estaba previsto. (PAULA CORROTO)
'Traición', en el Kamikaze, no llegó a ser estrenada este jueves como estaba previsto. (PAULA CORROTO)

La tarde del miércoles había mucha menos gente de la habitual a las puertas del teatro Kamikaze, en el centro de Madrid, para ser un día de ensayo general con público de uno de los montajes potentes de la temporada: 'Traición', el texto de Harold Pinter versionado por Pablo Remón y dirigido por Israel Elejalde. Coronavirus obligaba. El martes el Ministerio de Sanidad había exigido que la entrada de los teatros se redujera en un tercio por lo que no se podían llenar las 400 butacas del aforo y este se quedaba en apenas unas 130. Eso sí, todos los espectadores bastante desperdigados por la sala. Para entonces todavía se confiaba en poder seguir con estas limitaciones, pero el jueves a las seis de la tarde llegó la noticia que nadie quería, pero realmente se esperaba: los teatros privados de mediano y gran formato decidían también el cierre hasta el 26 de marzo (una fecha que, no obstante, es incierta). Por responsabilidad social. Ni siquiera se llegó al gran estreno previsto para el jueves noche.

Esta es la historia del goteo del cierre de los teatros privados antes de que se impusiera el Estado de Alarma en España y sus consecuencias.

El miércoles los teatros públicos —así como los grandes museos estatales que están en Madrid, la ciudad donde está el principal foco en España del coronavirus— habían decidido finalmente el cierre. En los privados todavía se mantenía un leve hálito de esperanza por razones principalmente económicas: en su caso no hay colchón si hay que bajar la persiana. Las ayudas directas son exangües. Así lo exponía a este periódico Israel Elejalde, uno de los socios del Kamikaze, poco antes de conocer el cierre temporal: "Estamos jodidos. Dependiendo de la temporalidad esto podría suponer el hundimiento del proyecto. En el Teatro Kamikaze siempre vamos al límite, así que como para plantearte cinco semanas sin trabajar. No tenemos músculo financiero, y para pagar la nómina de los trabajadores... Es que no podemos ni plantearlo". Este teatro tiene un alquiler que supera los 350.000 euros anuales y 25 trabajadores. Saben que vienen tiempos duros.

Jueves: cierran los teatros de menos de 1000 butacas

Así lo estima también Jesús Cimarro, dueño de la productora Pentación —una de las mayores empresas teatrales españolas— y presidente de la Asociación de Productores y Teatros de Madrid, desde donde se decidió precisamente el cierre temporal y que afecta a teatros como el Bellas Artes, La Latina, Infanta Isabel, Alfil, Maravillas, Lara, Calderón, Rialto, Apolo, Reina Victoria y Príncipe Pío. Cimarro, que es un veterano en las lides teatrales, recalca a El Confidencial un dato muy llamativo: "Es la primera vez en 100 años que se cierran los teatros en Madrid. No sucedió ni durante la Guerra Civil cuando había bombardeos, así que estamos hablando de una decisión muy grave e inaudita en nuestro país".

placeholder Jesús Cimarro, empresario teatral y director del Festival de Teatro de Mérida. (EFE)
Jesús Cimarro, empresario teatral y director del Festival de Teatro de Mérida. (EFE)

Por este motivo, el empresario reconoce que las consecuencias van a ser malas. Para empezar porque hay teatros con alquileres enormes, que en casos superan el millón de euros anuales; había espectáculos en los que se ha invertido un dineral en campañas que se han tenido que suspender, y también se han cancelado bolos por toda España. "Yo he cancelado hasta 30 este mes", admite Cimarro. Eso significa "una auténtica estocada en el sector de la cultura. Y las empresas culturales no tienen remanentes para aguantar. Porque no son solo los artistas. Están los técnicos, los trabajadores que generan IRPF, seguridad social, IVA; y eso es una cadena que se ha cortado", comenta el productor, que sostiene que la preocupación que tienen ahora mismo los empresarios de teatro es la misma que la de los sindicatos puesto que son conscientes de que "mucha gente va a ir al desempleo, no hay que dramatizar pero tampoco ponerse paños calientes. El cierre de algunos teatros significa que hay gente que irá al paro, por desgracia".

Cimarro: "No hay que dramatizar pero tampoco ponerse paños calientes. El cierre de algunos teatros significa que hay gente que irá al paro"

Esta misma semana, desde esta asociación de productores intentaron tener una reunión con el Ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, que en principio estaba planteada para el jueves, pero se canceló porque el ministro entró en cuarentena, después de los positivos por coronavirus de las ministras Irene Montero y Carolina Darias. Ahora se está a la espera de una reunión, aunque sea por medios telemáticos, ya que, como insiste Cimarro, "necesitamos un plan de choque y de ayudas al sector cultural, medidas fiscales extraordinarias, y luego un diseño de políticas de fomento a la asistencia a los espectáculos porque o hay una inyección directa o el sector cultural de este país va a estar muy tocado muchos años".

Viernes: cierran las salas alternativas

Y si todo esto sucedía con los teatros privados de gran y mediano formato, el viernes a mediodía era la Coordinadora Madrileña de Salas Alternativas (MACOMAD) la que también por medio de comunicado informaba de su cierre siguiendo las recomendaciones del Ministerio de Sanidad y de la Comunidad de Madrid. Entonces todavía eran recomendaciones. Esta coordinadora incluye doce salas como Nave 73, Pradillo, Teatro del Barrio, La Usina, Lagrada y Cuarta Pared entre otras.

placeholder El Teatro del Barrio en Lavapiés, Madrid
El Teatro del Barrio en Lavapiés, Madrid

"Una de las socias de la Nave 73 es intensivista y yo soy médico por lo que estábamos bastante al tanto. No es eso de que vamos a morir todos, es una patogenia muy similar a la gripe, pero el 100% es susceptible de ser contagiado. En nuestra sala pretendíamos reducir al tercio el aforo, teníamos el protocolo establecido, pero de golpe aparecieron casos alrededor de la sala, y lo mismo que a nosotras les ha pasado a todas las salas de Madrid", cuenta a El Confidencial Álvaro Moreno, que está al frente de Nave 73 y MACOMAD, sobre la decisión de no abrir las salas.

Y no fue tampoco una decisión fácil porque "nosotros no tenemos colchón económico, casi todo lo revertimos en el espacio, no hay ganancias. La dificultad es que si un largo cierre de una semana nos deja tocados de gravedad, un cierre de un mes es la muerte absoluta", admite.

La dificultad es que si un largo cierre de una semana nos deja tocados de gravedad, un cierre de un mes es la muerte absoluta

Estas salas sí reciben ayudas de las administraciones, tanto de la central como de la autonómica y la municipal, que suponen el 60%, siempre según cifras estimadas, del sustento de este tipo de espacios. Sin embargo, el problema que tienen es que no van a llegar a tiempo. "En Madrid se han acabado las bienales de hace dos años, por lo que no se empezará a recibir el dinero en efectivo hasta el 2021, no por nada, sino porque la administración va así. Hay una prórroga de los presupuestos por lo que las ayudas del INAEM llegarán en diciembre. Y el ayuntamiento las tiene que convocar por lo que no se pagarán hasta diciembre de 2020. Las únicas que acabamos de recibir son las de la comunidad", explica Moreno.

Por tanto, el asunto es que "la necesidad de liquidez es de ya, porque también sabemos que no nos van a suspender el alquiler y vamos a ver cómo lo afrontamos. Esta es la preocupación más grande que tenemos", insiste Moreno, que sabe que "con una liquidez justa tiramos, un teatro grande lo va a tener mucho más complicado". Y, ante todo, y pese a las malas nuevas, prefiere no caer en el tono más apocalíptico: "No vamos a alarmarnos entre todos". Solo desear que pase "y que la gente vuelva a los teatros".

La tarde del miércoles había mucha menos gente de la habitual a las puertas del teatro Kamikaze, en el centro de Madrid, para ser un día de ensayo general con público de uno de los montajes potentes de la temporada: 'Traición', el texto de Harold Pinter versionado por Pablo Remón y dirigido por Israel Elejalde. Coronavirus obligaba. El martes el Ministerio de Sanidad había exigido que la entrada de los teatros se redujera en un tercio por lo que no se podían llenar las 400 butacas del aforo y este se quedaba en apenas unas 130. Eso sí, todos los espectadores bastante desperdigados por la sala. Para entonces todavía se confiaba en poder seguir con estas limitaciones, pero el jueves a las seis de la tarde llegó la noticia que nadie quería, pero realmente se esperaba: los teatros privados de mediano y gran formato decidían también el cierre hasta el 26 de marzo (una fecha que, no obstante, es incierta). Por responsabilidad social. Ni siquiera se llegó al gran estreno previsto para el jueves noche.

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