Es noticia
Un estudio genético exhaustivo asegura haber descubierto a 'Jack el Destripador'
  1. Cultura
la revista 'science' no lo tiene tan claro

Un estudio genético exhaustivo asegura haber descubierto a 'Jack el Destripador'

La semana pasada el ‘Journal of Forensic Sciences’ publicó un gran investigación que expuso al descubierto la identidad del mítico serial killer inglés

Foto: Un grabado de la época que representa a un policía encontrando a una de las víctimas de 'Jack el Destripador'. (iStock)
Un grabado de la época que representa a un policía encontrando a una de las víctimas de 'Jack el Destripador'. (iStock)

La semana pasada el ‘Journal of Forensic Sciencespublicó un estudio genético en el que se concluye que 'Jack el Destripador', el asesino en serie que aterrorizó el barrio londinense de Whitechapel hace más de un siglo, fue Aaron Kosminski, el barbero polaco de 23 años del que la policía sospechó en su momento. Varios medios en todo el mundo se han hecho eco de la noticia, pero en un artículo reciente, la revista ‘Science’ echa el freno: las pruebas no son lo suficientemente concluyentes para cerrar el caso.

El estudio, publicado por Jari Louhelainen, bioquímico de la Universidad John Moores de Liverpool y el científico David Miller, experto en el campo de la reproducción y la espermatogénesis de la Universidad de Leeds. se ha basado en el examen forense de un chal de seda que se encontró junto al cuerpo mutilado de Catherine Eddowes, la cuarta víctima del ‘Jack el Destripador’, asesinada en 1888. Al parecer, en el chal se han conservado restos biológicos de sangre y semen, perteneciente este último al asesino. Además de Eddowes, en menos de tres meses aparecieron muertas otras tres mujeres, pero nunca se encontró al culpable.

placeholder La policía de Scotland Yard descubre el cadáver de Mary Jane Kelly, la última víctima de Jack el Destripador.
La policía de Scotland Yard descubre el cadáver de Mary Jane Kelly, la última víctima de Jack el Destripador.

El nombre de Kosminski ya había aparecido anteriormente entre la lista de sospechosos, pero ésta es la primera vez que hay una prueba basada en el ADN y la investigación revisada por pares. Tampoco es la primera vez que se analiza el chal de Eddowes. Louhelainen ya lo estudió hace años, cuando en 2007 el escritor Russell Edwards se lo cedió para confirmar la identidad del asesino y escribir libro Naming Jack The Ripper (2014). Sin embargo, la comunidad de genetistas no apoyó la resolución por considerar que faltaban detalles sobre el desarrollo de la investigación.

En este nuevo ‘paper’, Louhelainen y Miller afirman que es el "análisis genético más sistemático y más avanzado hasta la fecha en relación a los crímenes de ‘Jack el Destripador’", para el que ha extraído y amplificado ADN del obtenido del chal. La investigación ha comparado fragmentos de ADN mitocondrial —el que se obtiene por vía materna— sacados del chal con muestras de los descendientes vivos de Eddowes y Kosminski. Y resulta que el ADN coincide con uno de los parientes de Kosminski, según han publicado los investigadores en el ‘Journal of Forensic Sciences’.

Y resulta que el ADN coincide con uno de los parientes de Kosminski, según han publicado los investigadores en el ‘Journal of Forensic Sciences’.

Los resultados de las pruebas concluyen además que el asesino de Eddowes tenía los ojos y el pelo castaños, características que coinciden con los testimonios de la época. Los investigadores reconocen que no es algo determinante, pero que a finales del siglo XIX los ojos azules eran más habituales que los marrones en Inglaterra.

Sin embargo, en la comunidad científica hay voces críticas que no reconocen los resultados, porque no se detallan correctamente las variantes genéticas específicas identificadas y comparadas en las pruebas de ADN mitocondrial, sino que utilizan una infografía basada en cajas de color que, cuando se superponen, indican que existe una correspondencia. Como defensa, los investigadores remiten a una acta de protección de datos vigente en el Reino Unido por la que está prohibido publicar la secuencia genética completa de los descendientes vivos de Eddowes y Kosminski Además, aducen que el ‘paper’ es así más fácil de comprender para aquellos lectores no pertenecientes a la comunidad científica, especialmente aquellos a quienes les interesa la “crónica negra”.

El forense del Instituto de Medicina Legal de la Universidad Médica de Innsbruck (Austria), refuta estas explicaciones y niega que la publicación de las secuencias del ADN mitocondrial supongan algún riesgo a la privacidad e insiste en que deberían formar parte del artículo. “De otra forma, el lector no puede emitir un juicio sobre el resultado. No sé adónde van a parar la investigación y la ciencia si empezamos a dejar de dar los datos resultantes y los sustituimos por cuadrados de colores”.

placeholder Esta carta, adjudicada a 'Jack el Destripador', data del 29 de octubre de 1888, once días antes de que Mary Kelly, la supuesta última víctima del criminal, fuese asesinada. (Efe)
Esta carta, adjudicada a 'Jack el Destripador', data del 29 de octubre de 1888, once días antes de que Mary Kelly, la supuesta última víctima del criminal, fuese asesinada. (Efe)

Otro de sus compañeros de la Universidad de Innsbruck, expero en ADN mitocondrial, Hansi Weissensteiner, añade que este tipo de análisis sólo pueden constatar de forma fiable que dos personas NO están relacionadas. "Las pruebas de ADN mitocondrial sólo pueden excluir sospechosos". No incluirlos, porque podrían incluir a cientos de personas que vivieron en Londres en la época. También hay dudas sobre si a lo largo de estos más de 100 años el chal pudo contaminarse con otras muestras de ADN.

A principios del milenio, la escritora Patricia Cornwell invirtió cuatro millones de dólares en financiar una investigación, también basada en el ADN, que acabó apuntando al pintor Walter Richard Sickert, uno de los artistas más reconocidos de la época, como el verdadero ‘Jack el Destripador’. “Walter Sickert era un pintor con gusto por lo macabro. Se interesó mucho por los crímenes de Whitechapel y años después realizó una serie de cuadros basados en la imagen de un hombre vestido junto a una mujer desnuda, a veces viva, a veces muerta, que evocaba al Destripador. Su carácter de rasgos psicopáticos encajaba también con el perfil psicológico del asesino. Para disponer de pruebas definitivas, Patricia Cornwell rastreó las cartas atribuidas al Destripador en busca de restos de ADN", contó Enric González en 2002 en un artículo de ‘El País’. Sin embargo, gran parte de la comunidad científica consideró que las cartas analizadas podrían ser falsas.

La semana pasada el ‘Journal of Forensic Sciencespublicó un estudio genético en el que se concluye que 'Jack el Destripador', el asesino en serie que aterrorizó el barrio londinense de Whitechapel hace más de un siglo, fue Aaron Kosminski, el barbero polaco de 23 años del que la policía sospechó en su momento. Varios medios en todo el mundo se han hecho eco de la noticia, pero en un artículo reciente, la revista ‘Science’ echa el freno: las pruebas no son lo suficientemente concluyentes para cerrar el caso.

El redactor recomienda