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David Guetta: cómo el DJ multimillonario en horas bajas se pasó al reguetón
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David Guetta: cómo el DJ multimillonario en horas bajas se pasó al reguetón

El pinchadiscos superventas pasó por Madrid para presentar '7', su nuevo álbum

Foto: David Guetta al presentar esta semana su nuevo álbum de estudio en Madrid. (EFE)
David Guetta al presentar esta semana su nuevo álbum de estudio en Madrid. (EFE)

El discjockey más famoso de la historia apareció en vaqueros y camiseta blanca. Había citado a la prensa madrileña en una de las terrazas más cool de la capital, entre plantas exóticas, vistas de vértigo y camareras sonrientes que paseaban bandejas de copas y canapés. Presenta un disco doble, firmado por dos personalidades distintas: el llamado '7' contiene estribillos de radiofórmula al estilo habitual de David Guetta, mientras que el segundo -firmado como Jack Back- está dedicado a satisfacer a amantes de los clubes y de ritmos más arriesgados. “Es algo que necesitaba hacer. Pinchar música para discotecas de solo mil personas es algo que me apetecía y que me dará fuerza para seguir haciendo giras grandes como David Guetta, donde repaso los éxitos que gustan a todo el mundo. Mi idea es montar de vez en cuando show bajo el nombre Jack Back, aunque gane cien veces menos que haciéndolo como David Guetta. Sencillamente es algo que necesito para tener energía en el momento en que estoy ahora”, confesaba ante una sala abarrotaba de periodistas.

Situemos a los recién llegados o a quienes solo conocen a Guetta por su estampa de estrella rock. ¿Cuál sería su equivalente cinematográfico? Sin duda, la saga ‘Fast & Furious’, tan imbatible en la taquilla como previsible para los espectadores, que siempre o casi siempre salen satisfechos. ¿Y si Guetta fuera un restaurante? Tendríamos la franquicia McDonalds, tan global como rentable, pero mayoritariamente rechazada por todos los gourmets de electrónica del mundo. ¿Si la estrella francesa fuera un futbolista? Seguramente sería un brasileño, tipo Robinho o Neymar, imbatible con el merchandising, caro como ningún otro, pero dudoso a la hora de colarse en el top treinta de los mejores futbolistas de la historia. En verano de 2011 el periodista Lucas Arraut describía así una de sus clásicas sesiones en Pachá: "En la cabina de la pista principal se agolpan David Guetta y una decena de acólitos. Pinchan a pachas, se turnan el micrófono, pasan olímpicamente de cuadrar las mezclas, lo pasan pipa. Guetta pone insistentemente canciones producidas por él mismo, sin el menor rubor, como si fuera un acto promocional. Técnicamente, la sesión no es para tirar cohetes, pero tanto da, lo último que piensan los cuatro mil fieles peligrosamente apiñados que han pagado 70 euros por entrar es en quejarse. En vez de eso, alzan los brazos en señal de adoración y hacen fotos con sus smartphones". Resumiendo: una mezcla de photocall y despedida de soltero que poco tiene que ver con una sesión de electrónica.

Apuesta latina

¿Qué aporta Guetta en 2018 que no le hayamos escuchado antes? Podemos decir que este es su disco más latino. Para empezar, contiene dos colaboraciones con J. Balvin, nombre clave del reguetón contemporáneo. “Empecé a trabajar con él hace tres años. Cuando iba a publicar una de nuestras colaboraciones, hubo gente que me dijo que acercarme a ese sonido se hacía un poco extraño, así que dejé apartada la colaboración. Luego pensé que yo había sido muy tonto porque justo después llegó toda esta fiebre global de los sonidos latinos”, lamenta. A pesar de su aspecto juvenil, Guetta tiene cincuenta años y proclama que habla mucho más español que nunca. No solo por pasarse la temporada entera en Ibiza, sino porque le encanta Miami y además tiene una novia cubana, la modelo Jessica Ledon. En febrero de 2016, ambos acudieron a la cena de estado en el Palacio del Elíseo con Francoise Hollande y Raúl Castro.

placeholder Guetta y su novia en el Eliseo
Guetta y su novia en el Eliseo

Que alguien con tanto olfato pop como Guetta se haya animado a bendecir la música urbana latina solo puede significar que el “perreo” tiene cuerda para rato. La canción “Para que te quedes” es la primera que graba íntegramente en español en toda su carrera. A pesar del giro, el DJ francés tiene todas sus esperanzas comerciales puestas en la otra colaboración con Balvin, titulada “Say My Name”. También hay un graciosa referencia al reguetón en “Goodbye”, el himno que cantan Jason Derulo y Nicki Minaj, donde aparece la frase “Papichulo/¿cuánto amas este culo?”. Uno de los primeros pepinazos globales del “perreo” fue “Papichulo” de Lorna. El nuevo disco de Guetta cuenta con una variada y lustrosa lista de invitados, con nombres como Justin Bieber, Sia, Marin Garrix, Black Coffee y Steve Aoki.

Coches y chicas

Guetta llegó a la rueda de prensa unos veinte minutos minutos tarde. Fue tiempo suficiente para que la canallesca compartiéramos cotilleos, mientras saboreamos los dos cócteles exclusivos que reparten los camareros, bautizados con el nombre de las dos mitades de su nuevo álbum. La historia más divertida la compartió un veterano fotógrafo. Esto dijo mientras miraba la nueva portada, reproducida a gran tamaño delante nosotros: “Joder, otra vez con un coche. Este hombre solo se hace dos tipos de fotos: con coches y con chicas. Recuerdo una sesión que le hice el verano pasado cuando actuó en el Vicente Calderón con 'Black Eyed Peas'. Estábamos fuera y le propuse retratarle con el estadio de fondo, ya que muy pocos discjockeys pueden llenar este tipo de recintos. Me dijo que no, se puso a repasar la fila de deportivos de lujo de la zona VIP y pegó el culo al más lujoso. Debe de tener algún tipo de fijación”, lamentaba.

En un momento de la rueda de prensa, Guetta proclama sonriente que lo que más le gusta de la música electrónica es su capacidad para unir a todo el mundo. “En mis fiestas haya ricos y pobres, gays y heteros, blancos, negros y amarillos…” No es del todo cierto, por lo menos en lo referente a los pobres, ya que en Ibiza escoge actuar en el carísimo Ushuahïa, con entradas prohibitivas a 50 euros y copas a 13, por no contar el alojamiento y comidas en la isla, donde el francés posee una casa que Forbes sitúa entre las once más caras del planeta. Para hacernos una idea, se alquila por 237.000 euros a la semana. Que Guetta intente venderse como un DJ para todos en vez de como el favorito de los pijos globales fue su respuesta más cutre y cuestionable de la tarde.

Santandergate y otros fiascos

Por último, hay que mencionar la polémica de su concierto cancelado en Santander este verano. Según Guetta, el problema fue una avería en su avión que le tuvo “tres, cuatro horas esperando” en el aeropuerto de Moscú mientras se intentaba todo para llegar a la capital cántabra. “Solo he cancelado dos conciertos en mi vida, mientras que otros artistas cancelan muchos”, justificó. El problema de su afirmación es que no es del todo precisa. Además de las cancelaciones, hay otras formas de decepcionar a los fans que compran una entrada. Por ejemplo, las dos horas de retraso que tuvo en 2011 en el Ágora de Valencia por un “problema técnico” con su ordenador. Esa noche se dispararon los rumores de que había perdido el “pincho” (memoria USB) con el que presuntamente trae sus sesiones pregrabadas. Justamente de eso le acusó el rockero Quique González, muy vinculado a la escena musical de Santander. “Si solo tenías que traerte el pincho”, escribió en sus redes, entre otros reproches.

En 2015, Guetta también suspendió una sesión ya empezada en Ibiza, alegando otra vez “problemas técnicos”. La noche terminó entre pitadas y hojas de reclamaciones. La organización del show de Santander declaró el viernes que le faltan 46.000 euros que devolver de su caché, que no se ha hecho cargo de los gastos de producción (275.000 euros) y que no ha acreditado con ningún documento el fallo del avión. La compañía Goodwills, donde debía de haber volado, cuenta con una servicio de emergencias y reemplazo para caso de averías. Guetta afirmó en Madrid que no tiene ningún miedo a acudir a los tribunales. No podemos descartar que sea allí donde finalmente se resuelva el conflicto.

El discjockey más famoso de la historia apareció en vaqueros y camiseta blanca. Había citado a la prensa madrileña en una de las terrazas más cool de la capital, entre plantas exóticas, vistas de vértigo y camareras sonrientes que paseaban bandejas de copas y canapés. Presenta un disco doble, firmado por dos personalidades distintas: el llamado '7' contiene estribillos de radiofórmula al estilo habitual de David Guetta, mientras que el segundo -firmado como Jack Back- está dedicado a satisfacer a amantes de los clubes y de ritmos más arriesgados. “Es algo que necesitaba hacer. Pinchar música para discotecas de solo mil personas es algo que me apetecía y que me dará fuerza para seguir haciendo giras grandes como David Guetta, donde repaso los éxitos que gustan a todo el mundo. Mi idea es montar de vez en cuando show bajo el nombre Jack Back, aunque gane cien veces menos que haciéndolo como David Guetta. Sencillamente es algo que necesito para tener energía en el momento en que estoy ahora”, confesaba ante una sala abarrotaba de periodistas.

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