Muere Vicente Verdú, el escritor y periodista del fin de una era

En 'El capitalismo funeral' (Anagrama, 2009), uno de sus últimos libros antes de que la enfermedad ralentizara pero nunca detuviera su hiperactivísima producción de artículos, ensayos, poemas, y cuadros, Vicente Verdú (Elche, 1942) saludaba el inicio de la crisis económica como "una función depuradora" que podría al fin dejar atrás un sistema económico irremediablemente desprestigiado. Aquella obra brindaba un concentrado de la curiosidad incansable y crítica de un humanista radical que ejerció la escritura y el periodismo cultural atento a las últimas luces de una posmodernidad que bailaba ya entre la farsa y la tragedia. Vicente Verdú, gran semiólogo del capitalismo de inspiración francesa, ha muerto este martes en Madrid a los 75 años.

Colaborador de 'El País' durante la mayor parte de su carrera profesional, dirigió las secciones de Opinión, Cultura y Pensamiento del diario de Prisa. Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de la Sorbona y miembro de la Fundación Nieman de la Universidad de Harvard, Verdú fue autor de una veintena de libros. Títulos como 'Noviazgo y matrimonio en la burguesía española', 'El fútbol, mitos, ritos y símbolos', 'El éxito y el fracaso', 'Nuevos amores, nuevas familias', 'China superstar', 'Emociones', 'Señoras y señores' (Premio Espasa de Ensayo, 1997) o 'El planeta americano' (Premio Anagrama de Ensayo, 2006). En los últimos años, la pintura y la poesía ocupaban la mayor parte de su actividad.

"Puedo morir en paz porque he entregado lo que he podido", declaraba Verdú, el pasado mes de febrero en una entrevista con Efe por la presentación de su segundo libro de poemas 'La muerte, el amor y la menta', un volumen que nació, según sus palabras, de una "absoluta sinceridad" y libertad creativa. Publicado por Bartleby, el título resume su mirada sobre el final de la vida y su particular despedida, pero en él también se cruzaban sus preocupaciones constantes: el amor, la memoria, la filosofía o la muerte.

Verdú describió la publicación de su poemario como "enfrentarse al disparo de todos los demás y pensar que tienes un pecho de acero para no morir en el intento", en alusión a la vulnerabilidad que sentía y a la fuerza "narcisista" que le empujaba a escribir. Además, el autor relacionó la escritura de un poema con la creación de un cuadro, una actividad a la que también ha dedicado gran parte de su tiempo, entregado a una pintura cargada de color y donde las formas y las manchas eran protagonistas.

Verdú aseguró entonces que la escritura era "su principal motor", junto al periodismo, profesión que desempeñó escribiendo en el diario El País. "Acercarse a la muerte pendiente del juicio de los demás me parece repugnante. Uno escribe, pinta o canta porque necesita hacerlo de forma sincera y así es como está hecho este libro".

En la última entrada en su blog El Boomerang(g), que es de este lunes 20 de agosto, a las 10.00 horas, Vicente Verdú ha dejado una imagen de uno de sus cuadros, con cartones y tintas, y con pinturas de formas, como rectángulos, líneas y escaleras en tonos azules, verdes y rojos.