Ni fútbol ni Juegos, Brasil es bossa nova. Toquinho y Creuza calientan Madrid

Ni Neymarni fútbolni Juegos Olímpicos y ni siquiera el Carnaval. Brasil enamora a ritmo de bossa nova. Nada más sonar la guitarra inconfundible de Toquinho, sin que haga falta que salga al escenario, las parejas empiezan a cogerse de la mano y hacerse arrumacos, las señoras de cardados se envaran y los jóvenes sonríen a sus acompañantes más talluditos. Será solo el preludio porque el espíritu de aquel poeta de Río de Janeiroque fue diplomático y que tenía al whisky como su mejor amigo, "el perro embotellado" que nunca le traicionó mientras que las mujeres sí, está en el ambiente. "Está aquí con nosotros brindado con whisky", dice su seguidor.

Las carreras de Toquinho (Sao Paulo, 1946)y María Creuza (Esplanada, 1944)están ligadas a Vinicius de Moraes. Hace 46 años que se reunieron en un pequeño café bonaerense ante apenas 120 personas para parir uno de los discos más icónicos e inmortales de la historia de la música. Desde entonces 'La Fusa' no ha parado de reeditarse en todo el mundo. Ahora lo hará de nuevo en España y, por eso, los dos músicos brasileños homanejaron anoche en un concierto intimista e hipnótico, dentro de Las Noches del Botánico, al padre de la bossa nova. Tras Madrid, actúan esta semana en Valencia, Barcelona y Vigo.

"Es un disco irresponsable porque tiene muchas imperfecciones y fallos", explica Toquinho tras abrir fuegocon 'Tarde em Itapua'en unas de las parrafadas de showmanque hilvana entre canciones."Fue mi primer encuentro con Vinicus. Yo no lo conocía personalmente. No fue un disco, fue un documento. Tiene muchas imperfecciones pero tiene algo muy importante: el lado humano. Y se ha convertido en un suceso enorme hasta hoy, además de que fue la simiente de mi trabajo", afirma.

El músico fue uno de los artistas que más colaboró con De Moraes: 10 años y más de 130 canciones. Un día antes recordaba con la prensa que fueron en barco a dar este célebre concierto aArgentina porque Vinicus no viajaba en avión y tras ser cesado de su cargo como diplomático por la dictadura militar, buscaba "hacer un show minimalista, ganar dinero y no exponerse mucho". Así surge la 'La Fusa', como "un disco homenaje que unía el pasado con la gente joven".

Sin embargo, en ese 1970 la bossa nova no pasaba por su mejor momento. "Vivía una etapa decadente, tras la llegada del movimiento tropicanista", aseguraba el lunes. "Nunca fue del gran público, siempre fue un movimiento de intelectuales". Esa fusión de la veteranía del "cosmonauta" Vinicius de Moraes y la juventud de Creuza y Toquinho fue lo que hizo que la bossa nova volviera a ponerse de moda... hasta hoy.

Entre anécdotas de Chico Buarque, Vinicius y sus whiskies, la censura y las colaboraciones que afloraron en aquella época entre los músicos, Toquinho va calentando a un público que no para de contonearse en sus sillas de plástico con su autoridad a la guitarra. Llega 'Aquarela' y comienzan los besos y los móviles, pero la hipnosis y la magiase produce cuando Creuza aparece en un llenoBotánico de la Complutense para acompañarle en 'Samba em Preludio'. Han compartido tantas vecesescenario que con un miradasirvepara alargar una estrofa, para repetir chascarrillos y anécdotas mil veces saboreadas como el escocés de su mentor. Que si ha venido tu marido (al teclado), que si entonces me tendré que callar, risas, sí mejor, que si siempre ha estado casada y ha sido muy fiel, más risas. No hacefalta la mesa camilla parasentir que nos están contando y cantando su vida.

Creuza se queda sola con 'Tomara' pero lo mejor de está en su conjunción. Empieza con 'Eu sei que vou te amar', una canción que cuenta Toquinho que compuso el Vinicus que se casó nueve veces; y prosigue con'Berimbau/Consoloaçao' y'Se todos fossem iguais a vocé', que preparael ambiente para una recta final plagada de clásicos que forman parte de la banda sonora de muchas generaciones. 'Voceé abusou' es uno de esos temazos. "Fue un acto de generosidad del poeta porque me dejó elegir una canción que no era de él. Me dijo, eso sí, que iba a quedar como 'Garota de Ipanema", ríe Creuza.

Le sigue improvisada como en el salón de casa, porque ese fue el tono y el ambiente del recital,'Basta de Nostalgia', de Joao Gilberto, y uno de los temas más bellos de la noche 'A felicidade', con el que, sin pretenderlo,la política hizoacto de presenciaa través de un par depancartas que aparecieron entreel públicocon las palabrasFora Temer, el lemaque portan los brasileños contrarios al Gobierno interino de Michel Temer.

'Canto de Ossanha'dio paso a'A tonga da mironga do kabuletê', todo un himno político a favor de la libertad.El título de esta canción viene un dialecto africano y difiere mucho en su traducción literal yla popular. "No se puede publicar", nos contaba antes del concierto Toquinho. Lo cierto es que andando un día con Vinicius por el mercado de Bahía escucharon esta expresión y la adoptaron comouna forma de mandar a la mierda a los cómplices y delatores de la dictadura militar brasileña que les estaba machacando. Otro hit que anoche en Madrid se coreaba con tanta fuerza como antaño.

Tras un cumpleaños feliz cantado por el público a Toquinho, que hoy pone70 en su calendario, los bises llegaron ya con los espectadoresen pie ysin refrenar las ganas de bailarencadenando 'Tristeza', ' Que Maravailha' y, por supuesto, la 'Garota de Ipanema', la canción queencumbróa este trío quehoy siguetan vivo como hace 46 años. "Vivimos jugando, bebiendo y haciendo canciones", rememoraba Toquinho. Y ahí es donde radica el sentido de su música y de su éxito: en hacer cotidiano y sencillo lo que no lo es mientras consiguen inocular a quien les escucha el sabor único de la bossanova.

Ese es el secreto para que mientras sale el público se sigan coreandoa media voz los clásicos que acabande sonar, para que un señor vaya con la voz rota y otra señora le diga a sus amigas que no paraba de escuchar en su mente la voz de Viniciusde Moraes como en el disco. "¿Toquinho de qué viene? ¿De que toca?", le devuelve a la realidad la otra. No sabe contestarle [su madre le llamaba 'toquinho da gente', toquecito mío, y acabó en Toquinho] pero sí se sabe la Garota. No le hace falta otra respuesta.

"Teníamos orgullo de ser brasileños. Hoy da un poco de vergüenza"

"Yo soy hijo de la bossa nova", afirmaba Toquinho el lunes en un encuentro con la prensa. "No fue casualidad que saliéramos tantos talentos especiales. Fue un hecho histórico", prosigue rememorando la unión que propició esta música popular brasileña entre dos generaciones de músicos. "Fue una época muy fértil. Teníamos orgullo de ser brasileños. Hoy da un poco de vergüenza", analiza.

El músico describe la situación política de Brasil, tras el impeachment a Dilma Rousseff, como "un cuchillo de dos caras". "Hay una corrupción generalizada, pero les sacaron del poder y les metieron en la cárcel. A todos, a gente fortísima con billones en sus cuentas. Todo esto provoca un mal olor necesario en el país, pero es como una medicina que que tiene un mal sabor pero está demostrando que el país es fuerte", asegura.

"Brasil tiene un potencial enorme y en un año o año y medio estará de nuevo bien porque tiene mucha fuerza y el pueblo está muy unido", zanja.