"La filosofía de todo a cien de Steve Jobs sólo puede crear un mundo de psicópatas"

¿En qué momento Mr. Potato deja de ser un hombre y empieza a ser una patata? ¿En qué momento un hombre al que le quitan su casa, su profesión, su familia, su pasado y hasta un órgano deja de ser la persona que un día fue? Me llamo tal, soy arquitecto, o profesor, padre de familia, o soltero, catalán en Madrid o madrileño en Barcelona, un hijo de puta, una buena persona, tengo uno, dos o tres riñones. ¿Qué es lo que nos convierte en lo que somos?

Y es que a Carlos Nogueroll -o a Carles, como le llama su madre, a la que ahora le ha dado por hablar sólo en catalán- se lo han quitado todo. Su empresa ha quebrado con la crisis, su mujer lo ha abandonado y se ha quedado su casa. Su hijo -que además está mutando en una bola de grasa gigante- lo ignora, Y ahora le roban un riñón. Los médicos dijeron que se trataba de un simple accidente, pero a Nogueroll le huele a chamusquina, a gato encerrado, a algo podrido en Dinamarca. La explicación más simple suele ser la correcta, así que Nogueroll, después de darle muchas vueltas y de escuchar los consejos de su compañero Gonzom -de la sección de jardinería del Leroy Merlin- ya sabe lo que probablemente ha pasado. Una rica y poderosa organización secreta y maquiavélica roba órganos en hospitales con la excusa de haber cometido un desgraciado error y los trasplanta a gente igualmente rica y poderosa. Esa es la única explicación. O quizás alguna conjura reptiliana.

A Paco Bescós (Oviedo, 1979) le gusta el humor exagerado con influencias de ciencia ficción, fantasía, súper libre. Y por eso ha escrito 'El costado derecho' (Salto de Página, 2016), una novela delirante sobre la casualidad, la crisis y las teorías conspiranoicas que protagoniza el infeliz de Carlos Nogueroll. Una novela que bebe de las fuentes del 'Matadero cinco' de Kurt Vonnegut, "la novela autobiográfica más marciana", según Bescós.

Cambiando las coordenadas

Y aunque 'El costado derecho' no es autobiográfico, sí que hay mucho de Bescós dentro de la novela: él mismo ha sufrido un vuelco en su vida en el que sus "referencias han cambiado rápido", aunque a diferencia de Nogueroll no se ha "quedado perdido" en el trasvase y ha conseguido apropiarse de nuevas coordenadas en su vida. "Hace 20 meses era un creativo publicitario que trabajaba en una gran empresa multinacional, casado y sin más compromiso y actualmente soy un publicista-redactor 'freelance', escritor, padre de mellizos, esperando otro hijo en camino. Y padre de una niña discapacitada".

"Los rasgos de identidad, desde los más intrínsecos hasta los materiales, son todos débiles"

Cambia tu trabajo, cambia tu estructura familiar y cambia tu nomenclatura. Pero, ¿tu esencia también? "Los rasgos de identidad, desde los más intrínsecos hasta los materiales -como el consumo, que también es expresión y parte de lo que somos-, son todos débiles, desde los que consideramos accesorios hasta los que pensamos que son esenciales. Se nos pueden caer todos esos rasgos y quedarnos en una especie de patata amorfa sin ningún tipo de carácter que nos defina".

Y de esa reflexión personal nació Nogueroll, que al principio iba a ser un pequeño cuento y que acabó yéndosele de las manos. "Nogueroll vive una serie de catástrofes y se ve envuelto en una sucesión de desdichas que pueden llevarse por delante cualquier cosa". Y además, que estas desdichas sean producto de un cúmulo de catastróficas casualidades. Meter el "shit happens" -"¡perra vida!"- en la ecuación. "En Paul Auster la casualidad adquiere poderes cuasi mágicos, pero a mí no me convence. Me atrae más la desmitificación de la casualidad como un poder fuerte que nos lleva a aceptar cosas irracionales, porque nuestro cerebro nos empuja a encontrar patrones y a buscar un significado que no es el que tiene".

La crisis de la patata

Bescós pertenece a una generación a la que la crisis le pilló con el pie cambiado, en ese momento en el que una persona empieza a conformar lo que será hasta el día que se muera. El tipo de vida. El tipo de trabajo. El porcentaje de grasa corporal o el de alcohol en sangre los fines de semana. "Esta crisis va a ser lo que fue el franquismo para la generación del 50 o la Transición en generaciones posteriores: vamos a estar hablando de ella muchísimo tiempo". La crisis ha sido como un juego de tiro al plato con las aspiraciones de esa generación. Estudias en la universidad, te sacas tu título, te buscas un curro de lo tuyo y, de repente, parece que por todos los lados sobra gente. Y tú eres uno de ellos. Y ese trabajo que te prometieron no llega. Y te comes el título. Y "lo fácil que es quedar cual tábula rasa, como esa patata", construida a base de "expectativas frustradas y promesas incumplidas". Ésa es "la forma en la que la crisis nos ha influido psicológica y anímicamente".

"Te venden que somos capaces de hacer todo con un poquito de imaginación y mínimo de talento. Y tenemos que amar lo que hacemos. Y eso sólo puede crear un mundo de psicópatas".

Una colisión múltiple y frontal en un mundo de "filosofía de todo a cien", libros, vídeos, charlas, grupos de superación personal. 'Just do it'. 'Impossible is nothing'. "El discurso de Steve Jobs en Stanford. Te venden que somos capaces de hacer todo con un poquito de imaginación y algo de ingenio y mínimo de talento. Y tenemos que amar lo que hacemos. Y eso sólo puede crear un mundo de psicópatas, porque el mundo también necesita gente que limpie las letrinas, y si tú amas limpiar las letrinas eres un psicópata, porque eso es imposible. El mundo necesita gente que haga cosas que lo hagan funcionar. Pero puedes amar lo que haces en otros momentos de la vida. Amar tu trabajo es para auténticos afortunados. Quizás debemos olvidarnos de tanta pasión y pensar más en la responsabilidad".

Además este tipo de promesas se han convertido también en un mecanismo de control. "Es una forma de mantenerte en el camino. Piensa en esos aspirantes a publicistas que con 25 años están durante dos en una agencia sin cobrar o cobrando una mierda bajo la promesa que con un poco de talento y esfuerzo se convertirán en los grandes directores creativos españoles, cuando puestos así en Madrid hay siete y ellos son 3000. Es aquí donde entra la disonancia cognitiva. De repente la realidad se impone y te descabalga como un tsunami y te das cuenta de que no eres lo que te habían prometido que ibas a ser a pesar de haber trabajado 12 horas diarias y haberle puesto mucha ilusión. Eres incapaz de asumir que ha sido cosa tuya o que te han engañado. Y empiezas a pensar que hay unas fuerzas superiores a ti que te están poniendo la pierna encima". Y esto es lo que le pasa a Nogueroll antes de lanzarse a un descenso a los infiernos dando crédito a las teorías más delirantes y conspiranoicas.

Con 'El costado derecho', Bescós ha firmado por primera vez en la Feria del Libro, rodeado de 'youtubers' rodeados a su vez de masas ingentes de fans ansiosos por una firma. Pero, ¿cómo es el lector tipo que tiene en mente Bescós al escribir sus libros? Porque ésta es su segunda novela, tras 'El baile de los penitentes' (2014), con la que ganó el Premio Internacional de Novela Negra Ciudad de Carmona y que le ha llevado a impartir un taller en Culturamas llamado 'Cómo escribir una novela negra mejor que tu cuñado'. "A mi lector le gusta Vonnegut, Ballard, el género policíaco, Jim Thompson y Highsmith, pero también Foster Wallace, Pynchon, Orejudo. Gente que sepa que todo este humor exagerado y barroco viene de Cervantes. Un lector que bebe de muchas fuentes y sin complejos y que puede disfrutar tanto de un cómic de superhéroes como con un libro de Proust".