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Gente de Zona: la grandeza de la banda de piscina de resort
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que suba, que suba

Gente de Zona: la grandeza de la banda de piscina de resort

El dúo cubano calentó el sábado Vistalegre (Madrid) con sus éxitos sencillos, directos y hedonistas

Foto: El dúo cubano Gente de Zona
El dúo cubano Gente de Zona

Durante la hora y media del concierto, la imagen que iba y venía todo el rato por la cabeza es la del vídeoclip de 'Somos tú y yo'. Allí aparecen treinta turistas metidos en la piscina de un resort, otros que bailan desde los balcones, mientras Gente de Zona les animan a que se desmadren, expriman sus quince días de vacaciones, y de paso recuerden que han viajado a Cuba, porque el hotel del que no van a salir igual podría estar en Tenerife, Cancún o República Dominicana. Los huéspedes, como el público de Madrid, responden a tope, moviendo las caderas mojadas, copa en mano y agitando la pulsera de “todo incluido” por encima de la cabeza. Este es el punto débil y también la fortaleza del Gente de Zona: un sonido pop internacional, cien por cien de radiofórmula, que aporta un moderado punto caribeño, pero sin pasarse. Ni tienen el descaro de Calle 13, ni el macarreo de Tego Calderón, ni por supuesto la profundidad de los grandes artistas de la Fania (les falta la carga política de unos y la conexión profunda con las tradiciones populares de los otros). Su mensaje es claro, sencillo y directo: “La temperatura: que suba, que suba”. Y pueden presumir de misión cumplida.

'Somos tú y yo' (Gente de Zona)

No molestar

No hay nada en todo el concierto que pueda molestar a nadie. De hecho, el momentos más elocuente de la noche es cuando Alexander Delgado suelta sin venir a cuento “que sepan que ustedes nos colonizaron”. Después se para, se pone a pensar y pasan cinco segundos interminables. Podrían haber sido quince, pero la sección de metales parece tener claro que el discurso no va a avanzar y mete una ráfaga para que la cosa no decaiga. Gente de Zona son incapaces de decir nada que moleste a nadie, les haga posicionarse o rompa los esquemas hedonistas. Solo salen de su rodillo de éxitos para cantar dos minutos de 'Cumpleaños feliz' y hacer una mención a 'Conga', éxito internacional de Gloria Stefan y Miami Sound Machine en 1985. Las palabras que más repiten son "Gente de zooooona”, como para que no olvidemos mencionarles en recepción. El público acude a verles como a los packs de Halcón Viajes: dispuestos a darlo todo.

El público acude a verles como a los packs de Halcón Viajes: dispuestos a darlo todo

Está la madura con vestido ajustado, clon de Carmina Ordoñez, capaz de mover el culo mejor que la mayoría de veinteañeras. Están las tres amigas cubanas entregadas que vienen con camisetas, gorras y pulseras donde aparece bien grande el nombre y la bandera de su país. También está la pareja perfecta, cinturón negro de salsa, que hipnotizan a las primeras filas, él con cuatro botones abiertos de la camisa, ella bailando sobre tacones de aguja de veinte centímetros. También estamos los blancos que comparamos la entrada para ver en qué consiste divertirse de verdad. El aforo del Palacio de Vistalegre se queda sobre un sesenta por ciento, aproximadamente, pero aquí estamos todos representados.

'La Gozadera' (Gente de Zona)

Aquí hay tomate

El concierto empieza con 'Bailando', su primer pepinazo internacional, donde hicieron de escuderos de Enrique Iglesias. Sigue con 'La Gozadera', su mayor éxito propio, que arrasó el pasado verano (triple platino en España, nos recuerdan orgullosos). Pero no, no se asusten, nadie tira sus dos mejores disparos en el primer cuarto de hora. Lo de 'La Gozadera' era solo un teaser, una ráfaga de anuncio, como esos programas de Telecinco -lo inventó 'Aquí hay tomate'- que se pasaban la primera media hora anunciando cada tres minutos el contenido estrella del día. Usan el estribillo para ir calentando el gran final de la noche, que cantan a todo trapo, agitando la bandera de su país. Lo mejor que se puede decir del concierto es que mantiene un notable nivel de intensidad.

Su gran baza, diría, es lo infeccioso de sus ritmos, combinados con el enganche que produce la voz de Alexander Delgado, con esa ronquera perpetua de quien lleva seis días seguidos de fiesta. Un punto áspero y sin pulir que hace un contraste chulo con lo previsible de sus letras y arreglos. También hay que mencionar la animada sección de metales, cuatro caribeños que tocan y bailan como si fuera su última noche sobre un escenario. El repertorio es sólido como un roca: la eficaz 'Traidora', la agridulce 'He llorado' que hicieron con Juan Magán y una versión a cuchillo de 'Piensas', la canción donde arropaban a Pitbull. ¿El mensaje general? Donde hay buen sexo, que se quiten sentimientos y compromisos. Justo lo que quieres escuchar en un fin de semana soltero o en una escapada al Caribe. “¿Dónde están las casadas? ¿Dónde están las solteras? ¿Dónde están las casadas que son solteras?”, preguntan a cada rato.

'Pitbull ft' (Gente de Zona)

Muchas mujeres, poco dinero

Unos teclados, otro que tira bases, dos percusiones y los cuatro incansables jornaleros de la sección de metal. Unos visuales que parecen sacados de la época en que Sega era sinónimo de sofisticación. Máxima simpatía todo el rato. Justo lo que cabía esperar. Tras la mascletá de 'La Gozadera', dejaron para el bis una canción contagiosa, dedicada a su ciudad natal. “Soy habanero, soy habanero/ muchas mujeres, poco dinero”. Fue un broche muy bien puesto. Gente de Zona, insistimos, son una banda de resort, una perfecta banda de resort. De esas que no dan respiro y que te recuerdan en cada frase que hay que aprovechar porque las vacaciones de verano son el único respiro largo de un año de esclavitud en la empresa o el único alivio corto tras una semana de obediencia en la tienda, el almacén, la fábrica, el taxi o la oficina. Un chute de alegría para recargar las pilas y volver al curro con una sonrisa.

'El habanero' (Gente de Zona)

Durante la hora y media del concierto, la imagen que iba y venía todo el rato por la cabeza es la del vídeoclip de 'Somos tú y yo'. Allí aparecen treinta turistas metidos en la piscina de un resort, otros que bailan desde los balcones, mientras Gente de Zona les animan a que se desmadren, expriman sus quince días de vacaciones, y de paso recuerden que han viajado a Cuba, porque el hotel del que no van a salir igual podría estar en Tenerife, Cancún o República Dominicana. Los huéspedes, como el público de Madrid, responden a tope, moviendo las caderas mojadas, copa en mano y agitando la pulsera de “todo incluido” por encima de la cabeza. Este es el punto débil y también la fortaleza del Gente de Zona: un sonido pop internacional, cien por cien de radiofórmula, que aporta un moderado punto caribeño, pero sin pasarse. Ni tienen el descaro de Calle 13, ni el macarreo de Tego Calderón, ni por supuesto la profundidad de los grandes artistas de la Fania (les falta la carga política de unos y la conexión profunda con las tradiciones populares de los otros). Su mensaje es claro, sencillo y directo: “La temperatura: que suba, que suba”. Y pueden presumir de misión cumplida.

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