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No sólo de La Mancha vivió Cervantes
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la influencia de marruecos en la obra del escritor

No sólo de La Mancha vivió Cervantes

Marruecos influyó en la obra de nuestro escritor más universal. Además de Argel, donde estuvo cinco años preso, Tetuán y sus mazmorras ocupan un lugar destacado en su producción literaria

Foto: Imagen de las mazmorras de Tetuán (Mourni Setu)
Imagen de las mazmorras de Tetuán (Mourni Setu)

Hay que bajar seis metros por el estrecho pozo de la preciosa y destartalada casa de Benmarzouk para sentir el corazón de Tetuány el lamento de los cautivos. No es el mismo descenso que vivióMiguel de Cervantesdurante sus casi cinco años de cautiverio enArgel (1575-1580) –que, además, se supone fueronmucho más cómodos,aunque intentó escaparse cuatro veces hasta que su familia pagó el rescate a los piratas berberiscos-, pero sí similar a lo que le contaron allí varios presos que habían pasado por lasmazmorras de Tetuán y que dejó plasmado en sus obras.

El espacio es angosto, repica al fondo el caer de lasaguas fecales, hace un bochorno asfixiante y no puedes dar más de tres pasos porque la primera galería que han descubierto está apuntalada. Este espacio, compuesto por estancias coronadas con arcos de medio punto, era la 'iglesia' donde los presos españoles rezaban, cuentan los pocos documentos históricos existentes, a la Virgen de los Dolores. Todavíafaltan al menos tres galerías más por descubrir, nos explica en esta cárcel subterráneaMounir Setu, un tetuaní licenciado en Filología Hispánica en la Universidad Abdelmalek Essaâdi y una de los primeros que habajado a estas mazmorras olvidadas en este siglo XXI.

Estamos bajo la medina de Tetúan, esa que por la mañana construían los presos españoles capturados y vendidos por los corsos (que en su mayoría era moriscos emigrantes que seguían luchando contra la España católica que les había expulsado) y que por las noches se hacinaban en esas cuevas. Es esa cárcel de la que salir era prácticamente un milagro, casi tanto como liberarse de una mujer escribe con sorna Cervantes en el entremés El juez de los divorcios:

Por Dios, que he de ser leño en callar y en sufrir. Quizás con no defenderme ni contradecir a esta mujer el juez se inclinará a condenarme; y, pensando que me castiga, me sacará de cautiverio, como si por milagro se librase a un cautivo de las mazmorras de Tetuán.

No es la única referencia que hay de las mazmorras de Tetuán, de Argel y Marruecos en la obra de nuestro escritor universal. En El Quijote habla del otro lado del estrecho y los moriscos en episodios como el de Ricote, el cautivo o Micomicona. También lo hace en La ilustre fregona, Los baños de Argel, Los tratos de Argel, La gran sultana o El gallardo español, como recoge el profesor Abderrahman El Fathi en Marruecos en Cervantes (Patio de Monipodio) e impulsor del I Coloquio Internacional Marruecos y Tetuán en la obra de Cervantes, celebrado a finales de abril en la universidad tetuaní.

“Aquí no es nada conocida la influencia de Marruecos en la obra de Cervantes, pero en España tampoco. No se le ha sabido dar importancia y es lo que hemos querido hacer con este coloquio y con la creación de la primera Ruta Cervantina del mundo árabe” inaugurada en honor del "principe de las letras españolas" y la presencia deTetuán en sus obras. Aunque siempre se ha relacionado más a Cervantes con Argel, el escritor habló de Tetuán en sus obras como uno de los puertos más importantes de la piratería de la época.

Patrimonio recíproco

Igual que con la dupla Cervantes-Marruecos ha pasado con las mazmorras de la ciudad. Siempre han sido conocidas por los vecinos, que han bajadoy las han utilizado de escombreras, pero "nunca se les ha dado importancia histórica. Eran las mazmorras de los cristianos", explica El Fathi en contraposición a las mucho más célebres de Argel por la actividad del corso en los siglos XV y XVI.

La I Ruta Cervantina de Tetuán recorrela medina e incorporarálas mazmorras cuando se concluya su rehabilitación. El proyecto pretende que en verano de 2016 la casa deBenmarzouk, donde está uno de los dos accesos conocidos (el otro está cerrado y sellado con candado y una placa metálica bajo un puesto de batidos y comida marroquí), se convierta en un centro de interpretación sobre la historia de la navegación en el Mediterráneo. El arqueólogo y director del Instituto Nacional de Bellas Artes, Mehdi Zouak, explica a El Confidencial que estas mazmorras no sólo son uno de los monumentos más embelmáticos de la medina de Tetuán sino que son únicas en el mundo árabe junto a las Meknes.

"Es un monumento singular y único a nivel nacional, con una relevancia importantísima en cuanto a patrimonio geológico y enla historia bélica entre las dos orillas del Mediterráneo, porque es un patrimonio común de España y Marruecos. Su rehabilitación es muy importante para acercar las poblaciones del estrecho, donde hay una cohabitación mutua, ypara relatar la historia de la navegación en el Mediterráneo pero de una manera que sea objetiva tanto del lado cristiano como islámico”, relata Zouak.

Él ha liderado los primeros estudios arqueológicosen las mazmorras y confirma que han descubierto azulejos de los siglos XV-XVI, huesos de animales, cerámica ypipas de fumar de los cautivos con sellos de España y Portugal datadas en el siglo XVI. Asegura que probablemente haya tumbas, pero, de momento, el descubrimiento más destacado es el suelo original. "Es el gran descubrimiento porque hasta ahora andábamos sobre una capa de sedimentos. Los análisis realizados con la prueba de Carbono 14 revelan que el suelo original es delsiglo XVI. También hemos hecho dataciones de unas calizas que nos trasladan al siglo XIX, lo que significa que estuvieron ocupadas esos 300 años", garantiza.

Apenas hay documentos históricos o literarios que relaten la vida en esas mazmorras, explica Mounir Setu, que ha hecho su tesis sobre este respecto. "Sólo se conocen referencias literarias de ficciónen Cervantes", garantiza.Él bajó por primera vez a las mazmorras en mayo del año pasado y no ha dejado de visitarlas para su investigación. Recordando el "pánico" y el "embrujo" del peso de la historia, se detiene imaginando el horror que se ha vivido en esas catacumbas. "Tendría que ser como un Alcatraz", dice para remitirnos a la descripción que hizo el padre Fernando Contreras en 1539.

La inmundicia es notable por la continua asistencia de tantos hombres. El tufo y mal olor intolerable. Certificome uno de los Padres Redentores, que de haber estado un rato con los cautivos, salió sin sentido. Esta es la habitación de aquellos pobres cristianos, los seguiles los aposentos. La cama una esterilla. Desnudos, aherrojados con cadenas y grillos, argollas y otras crueles prisiones, entre las cuales hay unas barras de hierro gruesas y largas, que llaman alcandaras,asidaslas extremidades a dos cadenas….

Mounir ha vivido toda su vida en la medina y había oído hablar como escombrera prácticamente. Las descibre como "un auténtico misterio vivo" ante la escasez de datos. Por ejemplo, explica, que según la fuente que consultes estuvieron cautivos 3.000 presos españoles ("una vez que allí estuve, vi a 3.000 esclavos cristianos, vestidos con un saco de lana durmiendo a la noche en fosos, bien encadenados bajo tierra")escribíaJuan León el Africano,o los 300 que como mucho quería intuirCésar Luis de Montalbáncuando bajó a las mazmorras en 1929.

Después, llegarían los esclavos negros con los que los marroquíes negociaron hasta el siglo XIX. Desde entonces, quedaron condenadas al expolio y a ser el vertedero de los vecinos de la medina y, ahora, este siglo XXIpretende devolverlessu importancia histórica y literaria. "Son patrimonio recíproco. Están en Marruecos pero allí estuvieron cautivos españoles", espeta. Y termina citando al impulsor de esta cercanacomunión hispano-marroquí: Cervantes y La ilustre fregona:

(...) Por esto, por las noches se recogen a unas torres de la marina, y tienen sus atajadores y centinelas, en confianza en cuyos ojos cierran ellos los suyos, puesto que tal vez ha sucedido que centinelas y atajadores, pícaros, mayorales, barcos y redes, con toda la turbamulta que allí se ocupa, han anochecido en España y amanecido en Tetuán.

Hay que bajar seis metros por el estrecho pozo de la preciosa y destartalada casa de Benmarzouk para sentir el corazón de Tetuány el lamento de los cautivos. No es el mismo descenso que vivióMiguel de Cervantesdurante sus casi cinco años de cautiverio enArgel (1575-1580) –que, además, se supone fueronmucho más cómodos,aunque intentó escaparse cuatro veces hasta que su familia pagó el rescate a los piratas berberiscos-, pero sí similar a lo que le contaron allí varios presos que habían pasado por lasmazmorras de Tetuán y que dejó plasmado en sus obras.

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