Mariano Rajoy irrumpe en el 'Diccionario Biográfico' como el presidente perfecto
“En lo personal, Mariano Rajoy se ha definido a sí mismo como amante de la lectura y apasionado de los deportes, introvertido y discreto”. Así finaliza
“En lo personal, Mariano Rajoy se ha definido a sí mismo como amante de la lectura y apasionado de los deportes, introvertido y discreto”. Así finaliza la biografía dedicada al presidente del Gobierno, en el Diccionario Biográfico Español (DBE), la obra de la Real Academia de la Historia (RAH), en sus tres nuevas entregas. Es la guinda a una bonita trayectoria política, en la que cuando se han presentado problemas han sido resueltos con diligencia y eficacia. El relato sin mácula de Mariano Rajoy, retransmitido en tiempo real mientras preside este país, produce un curioso choque de realidades.
En las cinco columnas que le dedica la obra que recoge las voces de las personalidades más relevantes de la Historia de España, y que tantos disgustos le ha causado a la comunidad científica, se presenta a un Mariano Rajoy nuevo, remozado, impoluto y perfecto. Ha bastado una operación de cirugía histórica, para dejar magros los movimientos biográficos del protagonista hasta su llegada a la cima. Un lifting vital que limpia y da esplendor desde los grandes acontecimientos a los detalles ridículos, como su paso por el Ministerio de Cultura.
''En lo personal, Mariano Rajoy se ha definido a sí mismo como amante de la lectura y apasionado de los deportes, introvertido y discreto''
Porque gracias a Rajoy “el Estado adquirió el retrato de la condesa de Chinchón pintado por Francisco de Goya y se facilitó la dotación de una sede a la Academia de Cinematografía”. Y se hicieron “inversiones importantes” en los archivos de Indias, General de Simancas, “entre otros”, y, sobre todo, “se logró un acuerdo sobre el destino definitivo de la documentación generada durante la Guerra Civil”. Se refiere la autora de la entrada, Elena San Román (la misma historiadora que ejecuta la de Rodrigo Rato), a los papeles incautados que más tarde ha habido que devolver a sus lugares de origen logrando nuevos acuerdos.
El refuerzo de la imagen política del presidente arranca desde su misma formación, recurriendo una y otra vez a la propaganda barata: “Como ministro del Interior, Mariano Rajoy vivió los atentados terroristas del 11 de septiembre en los Estados Unidos. Fue, de hecho, el primer ministro del Interior europeo que solicitó un encuentro con los representantes de la Administración estadounidense”.
Otro de sus hitos, que quizá la ciudadanía no ha valorado lo suficiente: “Le tocó afrontar tres crisis políticas relevantes: en primer lugar, la invasión de la isla de Perejil, muy cercana a Ceuta, por miembros de la Gendarmería Real marroquí en julio de 2002. La situación generó notable tensión entre la diplomacia de ambos países y fue finalmente resuelta, sin consecuencias, mediante e desalojo del contingente marroquí por parte de las Fuerzas Armadas españolas”.
La otra crisis a la que se refiere el artículo de la obra que ha costado cerca de siete millones de euros a los españoles, es el hundimiento del Prestige. Ya avisamos de que no van a encontrar la más mínima mancha de los hilillos de plastilina. “Petrolero liberiano que operaba con bandera de Bahamas, que naufragó frente a la costa gallega en noviembre de 2002. Mariano Rajoy fue el presidente de la comisión interministerial encargada de afrontar la catástrofe medioambiental que supuso el vertido del buque y que preparó el Plan Galicia de ayuda para compensar a los damnificados”. Y nada más.
La tercera crisis fue la “generada por la guerra de Iraq”. En realidad, lo que generó la crisis fue el clamor contra la intervención justificada en unas armas de destrucción masiva invisibles e inexistentes. Un matiz importante que abrillanta el perfil del retratado para la posteridad, porque esta biografía es más propia de campaña electoral que de manual histórico. De hecho, sin empacho, Elena San Román aclara el motivo por el que su protagonista no pudo ser presidente a la primera: “El atentado terrorista de Atocha del 11 de marzo de 2004, tres días antes de la selecciones generales, influyó en la opinión pública y provocó un vuelco en los resultados electorales que habían anunciado todas las encuestas”.
El rigor histórico ya quedó maltratado en este diccionario con la entrada de Francisco Franco, realizada por Luis Suárez, para quien el dictador “montó un régimen autoritario, pero no totalitario”. La amabilidad parece ser el principal recurso histórico con el que se sigue construyendo (faltan siete volúmenes) este edificio con cimientos de barro, que encarga las biografías más delicadas a aduladores del retratado más que a reconocidos especialistas, como es el caso de Juan Luis Cebrián y la entrada dedicada a Felipe González.
La maniobra oportunista con Rajoy especifica que, cuando fue nombrado candidato por primera vez, “dedicó los meses previos a las elecciones a formar el programa y a un intenso intercambio de opiniones con algunos de los líderes políticos extranjeros más destacados”. Por supuesto, entre tanto jabón no encontrarán una sucia burbuja sobre los casos de corrupción que asuelan al partido que preside: Gürtel y Bárcenas. Ni una línea. Tampoco una sola dedicada al rescate de la banca o al paro incontrolable.
El resumen curricular que hace el Diccionario Biográfico Español sobre Mariano como presidente no es menos adulador. “Durante los primeros meses de actuación de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno español se hicieron sentir con mayor intensidad los efectos de la recesión económica que asola España y las medidas para reactivar la economía”. El repaso que se hace a continuación no pasa de la justificación de sus labores.
Ya al final del panegírico se especifica con la boca chica que Rajoy tiene un récord como presidente: dos huelgas generales en un año. “En el ámbito laboral se promulgó en marzo de 2012 el decreto ley de reforma laboral que abarataba el despido y flexibilizaba las condiciones laborales”. Estos son los “ajustes” que han originado las manifestaciones.
El Gobierno de Rajoy, explica Elena San Román, ha emprendido “reformas estructurales en los ámbitos de justicia, educación, transparencia y buen gobierno, modelo energético y sector público”. Así como en los currículos se esconden los fallos y las lagunas, se habla un inglés avanzado y se conocen los mil comandos del Excel, esta entrada de Mariano Rajoy como biografía tiene que ver más con una novela o una película que con la cruda realidad.
“En lo personal, Mariano Rajoy se ha definido a sí mismo como amante de la lectura y apasionado de los deportes, introvertido y discreto”. Así finaliza la biografía dedicada al presidente del Gobierno, en el Diccionario Biográfico Español (DBE), la obra de la Real Academia de la Historia (RAH), en sus tres nuevas entregas. Es la guinda a una bonita trayectoria política, en la que cuando se han presentado problemas han sido resueltos con diligencia y eficacia. El relato sin mácula de Mariano Rajoy, retransmitido en tiempo real mientras preside este país, produce un curioso choque de realidades.