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Echenique fulmina a otro 'hombre de Cospedal' para sofocar la crisis en RNE
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CON LOS DATOS DEL EGM A LA VUELTA DE LA ESQUINA

Echenique fulmina a otro 'hombre de Cospedal' para sofocar la crisis en RNE

Brindis figurados recorrían ayer la redacción de Radio Nacional de España (RNE). La decisión del presidente de la Corporación, Leopoldo

Brindis figurados recorrían ayer la redacción de Radio Nacional de España (RNE). La decisión del presidente de la Corporación, Leopoldo González-Echenique, de fulminar al director de la radio pública, Manuel Ventero, fue recibida como un verdadero alivio por muchos profesionales de la casa, que en número de 517 habían firmado una carta hace apenas semanas en la que denunciaban la existencia de manipulación en el tratamiento de las informaciones. “Era una olla a presión”, apuntaban. Otros en la Corporación, sin embargo, lamentaban la falta de estabilidad del proyecto y advertían de que la llegada al cargo de Alfonso Nasarre podría implicar el fichaje de gente de fuera y más gasto. También será clave saber qué director de Informativos designa. La Corporación era ayer todo un hervidero de rumores... y de nuevos nombres.

Lo que está claro es que el final de la era Ventero en RNE supone el abandono de la primera línea de uno de los pocos ilustres que formaba parte del equipo inicial que aglutinó María Dolores de Cospedal durante el año 2011 para desembarcar en la casa cuando los populares tomaran el poder. La llegada de Echenique de la mano de la vicepresidenta, Soraya Sáenz-Santamaría, diluyó esa estructura de mando en la sombra, hasta hacerla palidecer. Recientemente, Cecilia Gómez, subdirectora de Programación en TVE y miembro de ese selecto club, era invitada a dimitir tras conocerse un e-mail en el que clasificaba ideológicamente a los miembros del Consejo de Informativos. En el caso de Ventero, Echenique parece matar dos pájaros de un tiro.

Y es que la situación se había hecho insostenible desde el motín de finales de mayo. En un durísimo documento, centenares de trabajadores de RNE denunciaban que las decisiones de la Dirección no se tomaban, “exclusivamente, por criterios profesionales”. Una forma discreta de poner negro sobre blanco las denuncias de “sesgos políticos” que muchos no dudaban hasta entonces de referir sotto voce. Es más, la plantilla iba más allá, al punto de confesarse angustiada por el trabajo diario y asegurar que la gestión del tándem Echenique-Ventero le había “arrebatado a RNE las principales señas de identidad que deben caracterizar a una radio pública: independencia y calidad”. Todo un indicativo del nivel de malestar en la redacción.

El manifiesto cogió desprevenido al presidente en el Congreso, que negó la mayor. “Génova no ha puesto ningún tipo de comisario político en el organigrama [de RTVE]”, reiterando uno de sus mantras. Ante la rebelión radiofónica y las acusaciones de manipulación, más balones fuera. “La única presión es la presión de cada profesional para hacer una información rigurosa”, dijo. Y utilizó a los sindicatos como argumento de autoridad para asegurar que las únicas coacciones de que ha tenido noticia son las que ejercen unos compañeros sobre otros para saber si se han recibido algún tipo de órdenes desde la Dirección de la cadena. Él se desligó. Y dejó claro que la única instrucción desde la cúpula “es el Manual de Estilo”. Finalmente ayer claudicaba, también por otras razones.

Audiencias, coartadas y derroche

“La audiencia no le ha acompañado”, añadían ayer fuentes internas de la casa para explicar en parte la decisión. Y apuntaban a que en las próximas semanas se hará pública la segunda ola del Estudio General de Medios (EGM), una entrega que también se prevé negativa y ante la que los gestores de la Corporación quieren presentar la coartada de las medidas tomadas de cara a la nueva temporada que arranca en septiembre. La primera remesa de resultados no pudo resultar más desalentadora. Y es que RNE no solo cedía la tercera plaza en las radio generalistas a la Cadena Cope, sino que firmaba un resultado dramático al quedarse en los 1,26 millones de oyentes de lunes a viernes, muy lejos de los 1,94 millones que alcanzaba en la segunda oleada de 2012.

Otros fuentes con peso en la cadena, defensoras de Ventero y de la estabilidad en la casa, cambiaban por pasiva la oración. “Puede entenderse que haya que corregir cosas, pero de ahí a cargarse toda la estructura... Se podía decir lo que se quisiese del equipo que sale, pero eran gente de la casa que llevaba muchos años en RNE. Y puede que el próximo EGM no avale los argumentos que justifican los cambios por el desplome de la audiencia. Desde luego, lo que no tendría sentido es acometer nuevos gastos para contrataciones, en un momento en el que se negocia un nuevo convenio con los sindicatos marcado por los recortes”, subrayaban, al tiempo que recordaban que profesionales como Manolo H.H., responsable del programa matinal de la cadena, se encuentran en una franja de retribución razonable en comparación con lo que puede exigir un locutor estrella.

Esta es una cuestión a tener en cuenta cuando el escenario de estrecheces económicas en la sociedad no tiene visos de solucionarse. RTVE ya registró pérdidas de 113 millones de euros en 2012, al no ser capaz de asumir el recorte de 204 millones acordado por el Ejecutivo nada más llegar al poder. En el presente ejercicio, con 50 millones más de ajuste, el PSOE calcula que el agujero podría llegar a los 150. Echenique, que ha desacreditado esa cifra pero hasta ahora ha evitado facilitar sus propias proyecciones, sí ha adelantado la debacle de ingresos que prevé por las tasas que pagan las televisiones y las telecos. Los 165 millones que se recaudarán este año contrastan con los casi 280 de 2010. Todo un tour de force financiero.

Brindis figurados recorrían ayer la redacción de Radio Nacional de España (RNE). La decisión del presidente de la Corporación, Leopoldo González-Echenique, de fulminar al director de la radio pública, Manuel Ventero, fue recibida como un verdadero alivio por muchos profesionales de la casa, que en número de 517 habían firmado una carta hace apenas semanas en la que denunciaban la existencia de manipulación en el tratamiento de las informaciones. “Era una olla a presión”, apuntaban. Otros en la Corporación, sin embargo, lamentaban la falta de estabilidad del proyecto y advertían de que la llegada al cargo de Alfonso Nasarre podría implicar el fichaje de gente de fuera y más gasto. También será clave saber qué director de Informativos designa. La Corporación era ayer todo un hervidero de rumores... y de nuevos nombres.

Lo que está claro es que el final de la era Ventero en RNE supone el abandono de la primera línea de uno de los pocos ilustres que formaba parte del equipo inicial que aglutinó María Dolores de Cospedal durante el año 2011 para desembarcar en la casa cuando los populares tomaran el poder. La llegada de Echenique de la mano de la vicepresidenta, Soraya Sáenz-Santamaría, diluyó esa estructura de mando en la sombra, hasta hacerla palidecer. Recientemente, Cecilia Gómez, subdirectora de Programación en TVE y miembro de ese selecto club, era invitada a dimitir tras conocerse un e-mail en el que clasificaba ideológicamente a los miembros del Consejo de Informativos. En el caso de Ventero, Echenique parece matar dos pájaros de un tiro.

Y es que la situación se había hecho insostenible desde el motín de finales de mayo. En un durísimo documento, centenares de trabajadores de RNE denunciaban que las decisiones de la Dirección no se tomaban, “exclusivamente, por criterios profesionales”. Una forma discreta de poner negro sobre blanco las denuncias de “sesgos políticos” que muchos no dudaban hasta entonces de referir sotto voce. Es más, la plantilla iba más allá, al punto de confesarse angustiada por el trabajo diario y asegurar que la gestión del tándem Echenique-Ventero le había “arrebatado a RNE las principales señas de identidad que deben caracterizar a una radio pública: independencia y calidad”. Todo un indicativo del nivel de malestar en la redacción.

El manifiesto cogió desprevenido al presidente en el Congreso, que negó la mayor. “Génova no ha puesto ningún tipo de comisario político en el organigrama [de RTVE]”, reiterando uno de sus mantras. Ante la rebelión radiofónica y las acusaciones de manipulación, más balones fuera. “La única presión es la presión de cada profesional para hacer una información rigurosa”, dijo. Y utilizó a los sindicatos como argumento de autoridad para asegurar que las únicas coacciones de que ha tenido noticia son las que ejercen unos compañeros sobre otros para saber si se han recibido algún tipo de órdenes desde la Dirección de la cadena. Él se desligó. Y dejó claro que la única instrucción desde la cúpula “es el Manual de Estilo”. Finalmente ayer claudicaba, también por otras razones.