Es noticia
Prisa teme por su negocio en Latinoamérica en plena oleada de expropiaciones
  1. Comunicación
TRAS LOS CASOS DE REPSOL Y RED ELÉCTRICA

Prisa teme por su negocio en Latinoamérica en plena oleada de expropiaciones

Las compañías españolas no se fían tras las últimas expropiaciones sufridas por Repsol y Red Eléctrica en Argentina y Bolivia. Y los medios de comunicación no

Foto: Prisa teme por su negocio en Latinoamérica en plena oleada de expropiaciones
Prisa teme por su negocio en Latinoamérica en plena oleada de expropiaciones

Las compañías españolas no se fían tras las últimas expropiaciones sufridas por Repsol y Red Eléctrica en Argentina y Bolivia. Y los medios de comunicación no son una excepción. El Grupo Prisa, que tiene ya una tercera parte de su negocio en el continente americano, se ha puesto en guardia ante la posibilidad de entrar en el punto de mira de los gobiernos regionales. Según una información remitida al regulador estadounidense (SEC), la firma destaca entre los principales riesgos a su posición financiera “la expropiación o nacionalización por parte de gobiernos foráneos de nuestros activos en el extranjero”. Una reflexión genérica que enlaza con su delicada posición en países como Argentina.

Prisa anunciaba a finales de 2004 la compra de la cadena argentina Radio Continental, entonces propiedad de Telefónica, por algo más de 10 millones de dólares. Semanas después, una empresa local presentaba una demanda que dejaba la operación en el alero. Argumentaba que la transacción vulneraba las limitaciones legales a la entrada de capital español en el país y denunciaba la utilización de una filial radicada en Miami para infringirlas. Pasados ocho años, Prisa no sólo admite la situación de impasse en su último Informe Anual, sino que deja caer que está en manos de la justicia y el Ejecutivo argentinos. “Como consecuencia de la demanda presentada en 2004 por un operador local de radio en un juzgado argentino contra el Estado Nacional, la compraventa de la acciones de Radio Continental, S.A., aún no ha sido autorizada por parte del Gobierno argentino”, se queja la española.

“El demandante solicitó asimismo la adopción de medida cautelar para que durante el proceso se suspendiera el otorgamiento de la autorización en cuestión. En diciembre de 2004, el juzgado estimó la medida cautelar solicitada, suspendiendo la tramitación de la autorización”, añade la compañía de los Polanco. De nada han servicio los recursos ni de Prisa ni de la propia Administración argentina. “La medida cautelar se mantiene vigente. Continúa en curso la demanda principal que deberá resolver la cuestión de fondo”, zanja la editora del diario El País en la información remitida al regulador español. Analistas del país latinoamericano no han dudado en revisar el estado de cosas a la luz del affaire Repsol.

Pablo Sirvén, periodista de La Nación, explicaba días después de la nacionalización de YPF que la delicada situación financiera del grupo español complicaba todavía más su posición en Radio Continental. “Una suerte de tormenta perfecta se ha aposentado definitivamente sobre el 590 del dial: a la precariedad de su endeble y siempre pendiente adjudicación, se suma una deuda provisional y la delicada situación financiera del Grupo Prisa en España, producto de la depresión económica que envuelve a ese país, y que por eso hace ya rato ha dejado de enviar remesas de dinero para sostener su filial argentina”, subrayaba. Y advertía que entre 2016 y 2018 vence la licencia de la emisora. “Como no falta tanto, el Gobierno sólo tendría que esperar ese momento para cubrir esa onda con un permisionario más afín”, remataba.

Temor a una escalada

A no ser que las cosas se precipiten. La inquietud al menos existe. “También en estos días Continental convocó a los staffs de los distintos programas a reservadas reuniones donde se transmitió la preocupación por lo de Repsol, pero con la esperanza de que no se convierta en una escalada (al respecto, el viceministro de Economía de ahora altísimo perfil, Axel Kicillof, descartó acciones contra los capitales españoles) y para garantizar la libertad de opinión en gran diversidad que ostenta esa onda”, subrayaba Sirvén, que vincula el origen de la demanda del año 2004 con el interés del Grupo Clarín en “cerrarle el paso” a Prisa aprovechando las restricciones al capital extranjero que impone la legislación para los medios en Argentina.

Un revés en Latinoamérica no sería baladí para el grupo de medios español. “A pesar de la debilidad económica que están atravesando España y Portugal, Prisa ha mantenido un comportamiento operativo sólido durante 2011. Esto se ha debido (…) a la diversificación geográfica de sus negocios que cuentan ya con una contribución internacional de más del 32% de sus ingresos”, exponía la firma al presentar los resultados del pasado año. En efecto, en educación España y Portugal sólo supusieron un 25% de la facturación. El 35% salió de Brasil, el 12% vino de México y el 5% de Argentina. Una tercera parte de los ingresos radiofónicos (el 34%) está en Latinoamérica. El grupo se apuntó 2.724,45 millones en 2011, el 3,5% menos.

En la información remitida a la SEC, Prisa advierte también de la posibilidad de que los cambios regulatorios en las economías emergentes afecten al “clima económico o las condiciones de mercado” de esos países. “Circunstancias que pueden impactar negativamente a nuestra capacidad para incrementar el negocio en los países afectados y nuestros resultados operativos y posición financiera”, subraya. El grupo se jacta de estar presente en 22 países, con 52 millones de usuarios. Sólo en su división de radio llega a más de 27 millones de oyentes, con presencia directa en Argentina, Colombia, Costa Rica, Chile, EEUU, México y Panamá, además de España.

Las compañías españolas no se fían tras las últimas expropiaciones sufridas por Repsol y Red Eléctrica en Argentina y Bolivia. Y los medios de comunicación no son una excepción. El Grupo Prisa, que tiene ya una tercera parte de su negocio en el continente americano, se ha puesto en guardia ante la posibilidad de entrar en el punto de mira de los gobiernos regionales. Según una información remitida al regulador estadounidense (SEC), la firma destaca entre los principales riesgos a su posición financiera “la expropiación o nacionalización por parte de gobiernos foráneos de nuestros activos en el extranjero”. Una reflexión genérica que enlaza con su delicada posición en países como Argentina.