La muerte de Pancho Pérez 'golpea' a los Polanco a pocos días de que pierdan el control de Prisa

Paradojas del destino. La muerte el pasado sábado de Francisco 'Pancho' Pérez (84), fundador de Prisa junto a Jesús Polanco, se produce cuando apenas faltan días para que los accionistas históricos de la compañía -encabezados por los hijos de ambos- pierdan la mayoría del grupo de medios. Las firmas de inversión y hedge funds que integran la sociedad americana Liberty Acquisitions Holding Corp. votarán en noviembre su entrada en el capital de Prisa en una enrevesada operación financiera que permitirá a la española ingresar 650 millones de euros a cambio de dejar en un 30% la participación de Polanco&Co. Ahora disfrutan del 70%.

Todo para remendar una situación financiera que ha puesto a la compañía en manos de los bancos y al borde de la quiebra. Sólo meses después de la muerte de Jesús Polanco en julio de 2007, el consejero delegado, Juan Luis Cebrián, se embarcaba en una desastrosa OPA por el 100% de Sogecable que elevaba el agujero del grupo por encima de los 5.000 millones de euros. Una de las condiciones de la banca para refinanciar los compromisos del grupo hasta 2013 ha sido la entrada en el capital de un socio financiero. Y tiene hasta el 30 de noviembre para captarlo. No hay plan B. Prisa necesita a Liberty y el óbito de Pérez encierra más simbolismo que preguntas sobre el futuro.

El eterno socio de Polanco participaba en Prisa indirectamente, a través de la compleja cadena de empresas que confluyen en el accionariado de la sociedad. Pancho Pérez presidía y tenía más de un 70% de Zucin S.L., que atesora un 33,63% de Timón. Esta a su vez está controlada por Rucandio, la patrimonial de los Polanco, y suma un 48,58% de Promotora de publicaciones S.L. (Propu), que finalmente acumula un 40,65% de Prisa. Por esa vía canaliza la familiar Pérez su participación principal en el grupo. Pancho deja cinco hijos -Pancho, Celina, Oliva, Jorge y Borja Pérez Arauna, consejero este último de la compañía, de la que tiene títulos por el 0,022%-.

Pérez cesó como consejero de Prisa en la Junta General de Accionistas celebrada en junio de 2009, después de que el nombramiento caducara en abril. En paralelo, se establecía un límite de edad de 75 años para participar en los órganos de gobierno de la compañía. No obstante, se creó el puesto de consejero de honor pensando en él, que desde entonces asistió a los cónclaves con voz, pero sin voto. “He propuesto al Consejo que podamos seguir contando con la presencia de Francisco Pérez González como consejero de honor de Prisa -explicaba en esa reunión Ignacio Polanco, presidente de Prisa. Francisco Pérez González, Pancho, socio, compañero y amigo de mi padre. (…) Sin él no se entendería lo que ha sido nuestro grupo durante los últimos 30 años”.

El final de "un grupo de amigos"

El mantra repetido por la organización desde que se anunció la operación de Liberty -muñida por Violy de Harper- es que la gestión no cambiará de manos. Sin embargo, el propio Cebrián ya ha abierto las puertas del futuro a los Polanco y los accionistas históricos. “Si se quiere ser global hay que tener tamaño”, aseguraba recientemente, y eso es “imposible con una familia o un grupo de amigos” como únicos accionistas. Tampoco pierde ocasión de recordar que el objetivo del grupo es cotizar en bolsa en Estados Unidos y asentarse en ese mercado. “Podemos ser la News Corp. hispana”, ha dicho. Una reinvención que obligará a renuncias por parte de la familia propietaria, para muchos inexplicablemente pasiva.

“Anunciamos en el mes de marzo un acuerdo con la sociedad americana Liberty Acquisitions Holding, para reforzar nuestros fondos propios -explicaba con resignación Ignacio Polanco en la última Junta de la compañía-. Como representante del principal accionista de Prisa quiero manifestarles el firme compromiso personal y de mi familia con este acuerdo. Esta operación va a suponer una importante dilución para los actuales accionistas de la compañía. Comprenderán el sacrificio que supone para todos, y especialmente para los socios de referencia de Prisa, pero aún así creemos que es el camino adecuado para que Prisa salga reforzada de la coyuntura actual".

Y es que incluso mantener ese 30% exigirá esfuerzos económicos a las familias propietarias. No en vano la operación de Liberty les obligará a rascarse el bolsillo a medio plazo si quieren mantener su peso en la compañía. Según detalla el Santander en un informe sobre el grupo de medios, Rucandio –la patrimonial de la familia- se quedará con un 18,3% del capital y los derechos de voto cuando los accionistas de Liberty ejecuten las acciones convertibles sin voto a las que les da derecho la última revisión del acuerdo. Para compensar, los Polanco pueden subir hasta el 29,9% haciendo valer sus warrants. Una operación que les obligará a invertir más de 340 millones de euros. Y no parece, al menos ahora mismo, que les sobre el dinero.