Es noticia
Los hijos adoptados de la directora de Clarín, otra batalla del kirchnerismo contra la prensa
  1. Comunicación
SE INVESTIGA SI SON HIJOS ROBADOS EN LA DICTADURA

Los hijos adoptados de la directora de Clarín, otra batalla del kirchnerismo contra la prensa

Marcela y Felipe Noble Herrera fueron adoptados hace 34 años y no conocen a sus padres biológicos. Su historia no sería muy distinta a la de

Foto: Los hijos adoptados de la directora de Clarín, otra batalla del kirchnerismo contra la prensa
Los hijos adoptados de la directora de Clarín, otra batalla del kirchnerismo contra la prensa

Marcela y Felipe Noble Herrera fueron adoptados hace 34 años y no conocen a sus padres biológicos. Su historia no sería muy distinta a la de otros jóvenes argentinos si no tuviera entre sus protagonistas a la presidenta de aquel país, Cristina Fernández, a la directora del diario de mayor tirada (Clarín), Ernestina Herrera de Noble, y como escenario de fondo la usurpación de menores acontecida en la última dictadura militar que sufrió el país entre 1976 y 1983.

 

Bajo la Junta Militar, centenares de bebés nacidos durante la detención ilegal de sus madres en centros de tortura o robados a disidentes asesinados fueron dados en adopción a personas vinculadas al régimen, pero también a familias que desconocían su origen. Cuatrocientos de ellos aún no han recuperado su identidad original y se cree que Marcela y Felipe pueden ser dos de esos casos.

El hecho es que ambos fueron adoptados por Ernestina y ahora la presidenta Fernández está aprovechando esta tesitura para arremeter contra su Némesis mediática. Los dos jóvenes y herederos del imperio han intentado esquivar la polémica, y aunque pudieron ser víctimas en su infancia, ahora se sienten “rehenes de un ataque político”, han dicho en relación al enfrentamiento que el Gobierno mantiene desde hace dos años con Clarín, uno de los mayores conglomerados de medios de América Latina y antes su aliado.

Dos familias entablaron un pleito a comienzos de este siglo al creer que los dos jóvenes pueden ser sus nietos, respaldadas por las Abuelas de la Plaza de Mayo -apoyadas política y económicamente por el kirchnerismo, al igual que las Madres de la Plaza de Mayo-. A lo largo de esta década, el proceso se ha plagado de elementos tortuosos como la negativa inicial de Marcela y Felipe a facilitar muestras de ADN, la entrada de la policía en sus casas para obtener material genético un día después de que lo dieran, el arresto preventivo de su madre adoptiva por supuesta falsedad documental o la destitución del juez que lo ordenó.

Pero ahora cuenta con un protagonista más, la mandataria argentina, que ha hecho de esta vieja causa un arma más que usar contra Clarín, con el que se deterioraron las relaciones por un desacuerdo en la cobertura de la huelga agropecuaria de 2008.

En la reciente conmemoración del último golpe militar, la presidenta dijo en alusión a este caso que “cada nieto que aparece es una victoria sobre el olvido y la muerte” y se preguntó si la Justicia de su país es capaz de atravesar “esta verdadera prueba de ácido para ver si vivimos en democracia”; aseguró que, de no ser así, acompañará a las Abuelas de la Plaza de Mayo a tribunales internacionales para esclarecerlo, y luego denunció el “poder extorsivo, casi mafioso, sobre políticos, jueces y empresarios” de Clarín.

El diario le ha reprochado en sus editoriales hacer de este asunto “una herramienta política (...) con exclusivo afán partidista” y no a favor de los derechos humanos, utilizar “un tema privadísimo con objetivos políticos y como instrumento de agresión a un medio de prensa” y le ha cuestionado su catadura moral por ello. La presidenta de las Abuelas de la Plaza de Mayo, Estela Carlotto, ha tomado claro partido por Cristina Fernández y acusado a la directora del diario de estar entre los cómplices de la Junta Militar. Niega que el caso de los Noble Herrera tenga tintes políticos y defiende que todos los robos de bebés deben esclarecerse.

Empantanados en los tribunales

En medio de la batalla, Marcela y Felipe claman respeto por ellos mismos y por su madre, de 84 años, y aseguran sentirse “una pieza más de la embestida” del Gobierno contra el grupo mediático. Los dos jóvenes no están interesados en conocer su pasado, aunque en 2003 y tras varias negativas se sometieron a una extracción de sangre para que las dos familias querellantes pudieran saber si son sus nietos, algo que muy pocos consideran probable porque las fechas no concuerdan.

¿Por qué, siete años después, no se ha esclarecido un caso que sigue estancado en los tribunales? Ellos sólo están dispuestos a que su ADN se coteje con el de las dos familias que lo reclamaron, mientras que éstas y las Abuelas de la Plaza de Mayo quieren compararlo con todo el material almacenado en el Banco Nacional de Datos Genéticos.

En este caso, políticos y columnistas se dividen entre quienes defienden que no puede haber excepciones -por mucho que pesen unos apellidos- en el esclarecimiento de bebés desaparecidos y los que opinan que estos hijos adoptivos están en su derecho a no indagar sobre su pasado.

Pero mientras Marcela y Felipe defienden su intimidad y a su madre adoptiva, el asunto sigue escalando peldaños en la politización y la judicialización: recursos que se rechazan o admiten a favor de alguna de las dos partes y ataques que se extienden no ya a Clarín, sino a sus periodistas. Recientemente aparecieron carteles en Buenos Aires con fotos de varios profesionales del medio y la leyenda: “¿Se puede ser ‘periodistas independientes’ y servir a la dueña de un multimedio que está acusada de apropiación de hijos de desaparecidos?”. Aunque su autoría se vinculó al Gobierno, el oficialismo lo negó y repudió los hechos.

Argentina mantiene muchas heridas abiertas tras la última dictadura militar que soportó, mucho más cercana en el tiempo que la española y aún no cicatrizada como demuestra la imputación del juez Baltasar Garzón y las reacciones que ha generado. Al igual que en España, algunos casos se politizan en exceso y un ejemplo claro es el de Marcela y Felipe Noble Herrera.

Marcela y Felipe Noble Herrera fueron adoptados hace 34 años y no conocen a sus padres biológicos. Su historia no sería muy distinta a la de otros jóvenes argentinos si no tuviera entre sus protagonistas a la presidenta de aquel país, Cristina Fernández, a la directora del diario de mayor tirada (Clarín), Ernestina Herrera de Noble, y como escenario de fondo la usurpación de menores acontecida en la última dictadura militar que sufrió el país entre 1976 y 1983.