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Cebrián: “Ya sabemos lo que significa en castellano ‘brotes verdes’: un capullo”
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“NO QUIERO SUBVENCIONES PARA LA PRENSA”, DECLARA A EL CONFIDENCIAL

Cebrián: “Ya sabemos lo que significa en castellano ‘brotes verdes’: un capullo”

Juan Luis Cebrián se transformó en el alter ego de su último ensayo: El pianista en el burdel. El consejero delegado del grupo Prisa, que recuerda

Juan Luis Cebrián se transformó en el alter ego de su último ensayo: El pianista en el burdel. El consejero delegado del grupo Prisa, que recuerda que lleva “50 años haciendo periódicos”, desglosó en una conferencia larga, algo monótona en las formas y llena de datos, estadísticas y ejemplos. Y avanzó su profecía de la profesión periodística e Internet: “No es la prensa escrita la que está amenazada, sino el soporte. Cada vez hay más lectores de noticias, pero son lectores digitales”.

No dedicó excesivo minutaje a la política, pero Cebrián aprovechó el discurso de ayer en Málaga para propinar un severo latigazo al Gobierno de Rodríguez Zapatero: “El populismo ha llegado a los dirigentes. No les gustan las malas noticias, sólo las buenas. Se nota cuando dicen sobre la crisis económica: ‘Ya ha pasado lo peor’; también sobre los brotes verdes. En castellano ya sabemos lo que significa los brotes verdes: un capullo”.

Culminada su conferencia, Cebrián se mostró partidario de rebajar el IVA a los periódicos. Sin embargo, rechazó las ayudas públicas: “No quiero subvenciones para la prensa, a lo que me opongo es a que [el Gobierno] nos ponga obstáculos”, subrayó a El Confidencial.

Durante la alocución fue soltando titulares: “Internet es el sueño del anarquista”, “Los periódicos han llegado a su fin, pero como los grandes paquidermos se resisten a morir”... También lamentó que las empresas periodísticas hubieran adoptado “actitudes defensivas, con un cierto escepticismo frente al potencial de crecimiento de Internet”.

Los márgenes de los medios ‘online’ de éxito

¿Qué es un medio online de éxito? El que cuenta con unos márgenes del 3% o 4%. El problema: “Les faltan corresponsales y periodistas sobre el terreno; su capital humano es pequeño”. Todo lo contrario de la “buena época” de diarios impresos como El País o The New York Times, con márgenes del 30%. “Con esos porcentajes renovábamos la maquinaria e invertíamos en pagar unos buenos sueldos a la plantilla”.

El panorama que ahora dibuja parece apocalíptico: advierte la desaparición de un gran número de empleos y categorías profesionales, y la remodelación del modelo productivo y organizativo de las empresas periodísticas. “Estamos inmersos en la cultura de la gratuidad. Hay una gran resistencia a inscribirse y a pagar. No se puede tener un modelo de negocio sensato”, concluye.

A Cebrián ya no le funcionaba el modelo de su medio generalista en Internet. Por eso ha tirado otra vez de chequera, como ya hiciera en 2000 con el fichaje de Mario Tascón y su equipo de  elmundo.es. Con la reciente contratación de Gumersindo Lafuente y de su equipo para elpais.es, quiere aprovechar la “experiencia en contenidos de Soitu.es y la relación con los usuarios”. “Vamos a pasar de una tecnología avanzada a un modelo de consumidor individualizado. Contamos con gente de India y Estados Unidos. El modelo económico aporta soluciones diferentes que el estar financiado por un banco [BBVA], que fue lo que le pasó a Sindo”.

Después de lamentar que el 90% de las noticias que se publican en los medios procedan de notas de prensa de organismos institucionales, lanzó un aviso para navegantes: “De aquí a cinco años las ediciones digitales tendrán más  influencia y serán más temidas que las ediciones de papel, algo que ya está ocurriendo para muchos lectores. Los periódicos quedarán para venderse en los anticuarios. El formidable cambio de paradigma nos permite ser optimista”.

Juan Luis Cebrián se transformó en el alter ego de su último ensayo: El pianista en el burdel. El consejero delegado del grupo Prisa, que recuerda que lleva “50 años haciendo periódicos”, desglosó en una conferencia larga, algo monótona en las formas y llena de datos, estadísticas y ejemplos. Y avanzó su profecía de la profesión periodística e Internet: “No es la prensa escrita la que está amenazada, sino el soporte. Cada vez hay más lectores de noticias, pero son lectores digitales”.

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