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El reciente reparto de licencias de la televisión digital local realizado por la Comunidad de Madrid ha indignado al sector y, sobre todo, a la oposición socialista. Sin embargo, la ‘jugada’ del Ejecutivo regional del PP ha sido posible paradójicamente a
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El reciente reparto de licencias de la televisión digital local realizado por la Comunidad de Madrid ha indignado al sector y, sobre todo, a la oposición socialista. Sin embargo, la ‘jugada’ del Ejecutivo regional del PP ha sido posible paradójicamente a

La distancia semántica que separa el verbo deber de poder es la que ha permitido a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, repartir

Foto: El reciente reparto de licencias de la televisión digital local realizado por la Comunidad de Madrid ha indignado al sector y, sobre todo, a la oposición socialista. Sin embargo, la ‘jugada’ del Ejecutivo regional del PP ha sido posible paradójicamente a
El reciente reparto de licencias de la televisión digital local realizado por la Comunidad de Madrid ha indignado al sector y, sobre todo, a la oposición socialista. Sin embargo, la ‘jugada’ del Ejecutivo regional del PP ha sido posible paradójicamente a

La distancia semántica que separa el verbo deber de poder es la que ha permitido a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, repartir las licencias de televisión digital local de modo discrecional, para disgusto de grupos mediáticos lejanos de sus posiciones políticas y alegría de los más cercanos. Una distancia semántica que, curiosamente, fue incluida en la Ley de la Televisión Digital Terrestre (TDT) por el propio PSOE a su paso por el Congreso de los Diputados el pasado mes de mayo. Así lo aseguran a El Confidencial fuentes parlamentarias consultadas tras la polémica concesión del Ejecutivo regional.

Según estas fuentes, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) presentó a sus socios socialistas una enmienda al artículo 9 del proyecto de Ley con la que pretendían hacer obligatorio que las Comunidades Autónomas concedieran las ansiadas licencias a aquellas cadenas que tuvieran realmente una producción propia de proximidad. “Se trataba entonces de evitar que las grandes cadenas pudieran acaparar estas licencias en perjuicio de televisiones pequeñas sin tantos medios, pero que en muchos lugares llevan años operando”, señala un diputado de Esquerra que intervino en su redacción.

Las trece líneas de dicha enmienda provocaron, de hecho, un importante encontronazo entre ambas formaciones, como reconocieron en su momento a este diario políticos de ambos partidos (ver El Confidencial del 2 de junio de 2005), que llevó incluso a ERC a amenazar en el último momento a sus socios con retirar su apoyo a la ley. Finalmente, el PSOE aceptó incluir el texto, aunque con un pequeño retoque: la obligación dejaba de ser tal y se convertía simplemente en potestad. El debe pasaba a ser puede. Esquerra aceptó como mal menor el cambio ya que, como reconocen fuentes de este partido a El Confidencial, “nosotros sí vamos a obligarnos en la Generalitat a favorecer a las verdaderas televisiones locales”.

No obstante, el PSOE intentó de nuevo eliminar la enmienda ya modificada a su paso por el Senado, aunque finalmente tuvo que volverla a admitir en la Ley cuando se aprobó definitivamente en el Congreso ante las presiones de ERC para que se mantuviera. Según el partido republicano, su retirada “pretendía favorecer a Localia [las televisiones locales del Grupo PRISA] frente a otras cadenas locales existentes en la actualidad, dejando el camino libre al monopolio de la primera”. Eso sí, el retoque semántico de los socialistas se mantuvo.

Ahora, como señalan a este periódico desde ERC, “dicho retoque se ha vuelto contra el propio PSOE en Madrid y puede que, en el futuro, en otras Comunidades gobernadas por el PP”. Tal vez por ello, añaden, “Rafael Simancas y el resto de líderes socialistas regionales actualmente en la oposición deban clamar más contra Ferraz que contra sus rivales políticos”. De hecho, con la actual ley de la TDT en la mano, aseguran, “la concesión de las licencias por parte del Ejecutivo de Esperanza Aguirre es prácticamente intocable”.

La distancia semántica que separa el verbo deber de poder es la que ha permitido a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, repartir las licencias de televisión digital local de modo discrecional, para disgusto de grupos mediáticos lejanos de sus posiciones políticas y alegría de los más cercanos. Una distancia semántica que, curiosamente, fue incluida en la Ley de la Televisión Digital Terrestre (TDT) por el propio PSOE a su paso por el Congreso de los Diputados el pasado mes de mayo. Así lo aseguran a El Confidencial fuentes parlamentarias consultadas tras la polémica concesión del Ejecutivo regional.

Aguirre Newman