Los informes y las estadísticas se hacen carne tras pasar por tres oficinas de la Seguridad Social en Madrid. Algunos no tienen edad para internet. Otros, simplemente, no tienen ni ordenador
Su relato tiene 25 años de historia. Los que lleva trabajando en el sector como empresaria y como portavoz de distintas asociaciones vinculadas con estos centros
No siente, no padece. Una se lo imagina frente al espejo, cada mañana, repitiéndose convencido: “Una palabra tuya bastará para sanarme”. Por eso exaspera a casi todos
Una mañana en la zona cero de la cacerolada madrileña sirve para comprobar el discreto y silencioso encanto de la burguesía. Nunca una revolución empezó en una calle tan aburrida
Lo peor del teletrabajo no son las larguísimas jornadas laborales, sino cómo Zoom y otros inventos nos están acentuando el ombliguismo y pueden mermar la igualdad de oportunidades
Bienvenidos a la fase de los estilismos post confinamiento y desescaladas varias. A ver si va a ser que todos tenemos un Fernando Simón interior y ahora nos atrevemos a pasearlo
El consejero madrileño piensa en sus colegas de otras comunidades y sabe que la papeleta es muy parecida, por más que el impacto del virus haya sido salvaje en su comunidad
Mientras veo el telediario, bebo un café con leche y compruebo que, en el fondo, la nueva normalidad me importa un bledo porque no podré reencontrarme contigo
Una ciudadana resumía en redes su diagnóstico de lo que pasará por culpa de la crisis. “A los ricos les afectará, pero poco. Los pobres son pobres. Lo pagaremos los de siempre, la clase media”
Los periodistas también creemos que la tierra es para quien la trabaja y que el gratis total es un animal mitológico. Por los tiempos inciertos que son y serán, te necesitamos. Únete a los lectores influyentes. Suscríbete a El Confidencial
Echamos de menos al Rivera que convertía los atriles de los debates en tenderetes. Como conferenciante, parece otro avispado recién salido de la escuela de negocios
Hay pequeño comercio al que el estado de alarma le está ayudando. Se venden más muslos de pollo porque se guisa más en casa. Pero algunos comerciantes creen que esta euforia pasará