Guía para entender el Patrimonio Mundial: España juega cada año la Champions

Los pueblos a los que no se hace justicia se la toman por si mismos antes o después.

Voltaire.

El término patrimonio, proviene de dos latinajos (nuestra lengua madre primera) que, junto con las voces árabes, galicismos, anglicismos y neologismos posteriores han dado esa dimensión internacional como tercera lengua, al español. Las palabras: pater (padre) y monere (aconsejar y advertir) son el origen etimológico de esta voz que refleja aquello que es nuestro o, muy nuestro.

En 1972, con el objetivo de marcar aquellos lugares con un "valor universal excepcional" la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural tangible e intangible; dictó doctrina mensurable para incluir como patrimonio común de la humanidad a aquellos monumentos que prestigiaban la cultura de la gran familia humana de tal manera que su recordatorio, fuera un legado en la historia y tiempo común de esta civilización en sus vaivenes.

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El Patrimonio Mundial es el soporte o carta de presentación con el que la humanidad forja su memoria colectiva e identidad o vehicula su anciana historia con un futuro incierto; futuro, en el que muchas de nuestras huellas podrán ser borradas por las arenas, a la par que esa compacta amalgama de silenciosos gránulos nos revelará lo que nos hace identificarnos con una cultura, lengua, o quizás, con el mero sueño de supervivencia. Este legado lítico y monumental que con tanto esmero cuida la UNESCO, será lo que heredaran nuestros descendientes en este extraño y solitario lugar.

En este momento existen 1160 lugares en el mundo incluidos dentro de esta denominación, divididos en 168 estados, entre los que destaca, de manera fundacional y relevante, España.

Pero no solo es Patrimonio Cultural aquello que suma materia y estética; no. Las tradiciones, manifestaciones, arte, música, danzas, gastronomía, etc., han sido registradas mediante soportes físicos (Imagen y sonido) a partir del año 2001.

España es el cuarto país del mundo (tras China, Alemania, Italia y pareja con Francia) con 50 bienes inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial, de los cuales cuatro son naturales (Parques Nacionales de Garajonay y Teide – ambos en Canarias; muchos bosques primarios en las dos Castillas y Navarra y por supuesto, el Parque de Doñana que por lo que se ve, le quedan tres telediarios) y dos de ellos, mixtos; pero, sin embargo, es el primero (junto con Irlanda) en el que hay más patrimonio por kilómetro cuadrado (si sumamos la tercera variable contemplada en el registro; el patrimonio mixto), que determina que aquellos lugares cuyo valor excepcional está solapado con las otras opciones anteriormente mencionadas y además escenarios naturales culturales. Y si nos vamos de excursión; en Ámerica lo petamos. Antes de que los voraces anglosajones desembarcaran en el año del señor de 1620 del Mayflower, ya había siete universidades construidas por españoles en los territorios trasatlánticos. ¿Quién da más?

Castilla-León es la comunidad autónoma que incluye más bienes en esta lista (9), seguida de la Comunidad de Andalucía (8) y Cataluña (6). Fue la Catedral de Córdoba la primera monumental que accedió a este reconocimiento y curiosamente, cerca, Medina Azahara, la ciudad palatina del enorme Abderramán III, la que recibió el antepenúltimo. Los Sitios prehistóricos de la Menorca talayótica (2023), son los que han rematado el hasta ahora cierre de esta codiciada lista.

La etiqueta que define como 'Patrimonio Mundial', es una calificación muy codiciada que aporta una enorme notoriedad a sus receptores. Todos los bienes reflejados en la lista autorizada quedan bajo protección internacional.

En lo concerniente al patrimonio inmaterial, tenemos a la Gastronomía Mediterránea jugando en “Champions” trufada de estrellas Michelin, a los Castell catalanes, al Silbo Gomero, al Flamenco y una pléyade de referencias que además de prestigio nos están comenzando a crear problemas; este año se prevé que se bata el récord de visitas turísticas convirtiéndonos nuevamente en el segundo país con más visitantes del mundo. No es oro todo lo que reluce; hay que levantar el pie del acelerador y repensar como podemos seguir con esta gallina de los huevos de oro, pero sin estrangularla. Todo lo que sube baja.