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De 'piedras tirar' a 'arbustos saltar': el nuevo humor viral que arrasa entre los jóvenes españoles
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HUMOR "HIPERMEDIÁTICO"

De 'piedras tirar' a 'arbustos saltar': el nuevo humor viral que arrasa entre los jóvenes españoles

El absurdo campa a sus anchas en Instagram. Los responsables, varios grupos de amigos que un día vieron que tirar piedras o lanzarse a arbustos y subirlo a la red era gracioso. Y ahora millones de personas los imitan

Foto: Y no piedras el tiempo. (Instagram)
Y no piedras el tiempo. (Instagram)

El homo rocosus es una especie peculiar. Propia del Antropoceno, basa su goce estético en algo tan absurdo como arrojar piedras a lagos, ríos, estanques y precipicios. Pensemos en la mítica escena de la película 2001: Odisea en el espacio. Kubrick estaba equivocado: no fue un hueso lo que agarró el mono, sino más bien una piedra; la herramienta definitiva con la que aprendió a hacer fuego o a defenderse de las bestias cuando se sentía atacado. Muchos siglos después, el homo sapiens de nuestros días ha sentido la llamada de su pasado cavernario, y por más pantallas que haya puesto entre sí y el mundo, sigue deleitándose con el frugal y simple placer de lanzar piedras con amigos. Así, el homo rocosus ha resurgido con más fuerza que nunca, y es posible que en un hipotético futuro sustituya a la petanca como deporte nacional de jubilados ociosos.

Por más saltos evolutivos y tecnológicos que demos, el homo rocosus siempre irá con nosotros. Su historia, a diferencia de la del homo sapiens, no la contará el celuloide de Kubrick, sino un feed de Instagram. “¡Pedrusco macarra, para piedras tirar, desde Oropesa del Mar!”, claman dos rockeros, el mote de esa peculiar fusión entre el homo sapiens y el homo rocosus (que nos perdonen los Rolling Stones). De Castellón a la Patagonia, pasando por el Machu Pichu o Nueva Zelanda, las redes sociales se ha llenado de clips de vídeo de menos de treinta segundos en los que aparecen personas que han sentido la llamada de las rocas en montañas nevadas, cascadas naturales, acantilados pedregosos o meras acequias de pueblos abandonados. Todos ellos lanzan piedras para ser vistos por el mundo entero a través de Instagram gracias a la cuenta que aglutina todos estos vídeos, llamada simplemente “piedras tirar”, una especie de Gran Hermano del homo rocosus que día tras día sube las gestas deportivas de tales individuos. Los usuarios hacen el resto, dando su veredicto de la calidad, efectividad y potencia del lanzamiento, entre otras muchas variables a tener en cuenta.

Tras esta cuenta están cinco amigos de Euskadi que saltaron a la fama virtual el verano pasado, aumentando el número de seguidores de forma exponencial. Actualmente, cuentan con más de 1,2 millones de seguidores y reciben más de cien vídeos al día de todas las partes del mundo. Así son las cosas en la arena digital: un buen día subes a la red un vídeo con tus amigos lanzando piedras y al mes siguiente Internet se llena de gente imitando tu proeza. La única regla, a diferencia del Club de la Lucha, es no causar problemas y acabar matando a alguien. “Pasamos de apenas 700 seguidores a 100.000 en un momento”, comentaron en una entrevista para la cadena local EITB. “Nos pilló tan de repente que no teníamos ni idea de cómo gestionarlo y a día de hoy seguimos sin saberlo. Abrimos el Instagram, vaciamos las solicitudes pendientes y al instante ya se vuelven a petar. Hay gente que nos para por la calle en Bilbao, nos hemos hecho famosos también fuera de la red. No sé, es bastante raro y difícil de llevar”.

“Creamos la cuenta en diciembre, después de una despedida de soltero. Luego, pensamos que otros chavales querrían hacer lo mismo"

Hemos intentado ponernos en contacto con estos antropólogos vascos que documentan la irrupción del homo rocosus en el presente, pero sospechamos que nuestra demanda ha pasado inadvertida a raíz de tanta actividad digital. Sin embargo, el éxito de estos jóvenes vascos no solo se ha quedado reducido a su cuenta, sino que ha servido de inspiración para otros tantos chavales que han extrapolado esta llamada de las piedras en otros elementos, esta vez menos pedregosos, como son los arbustos. Se trata de arbustos saltar, una cuenta ‘hermana’ llevada por cuatro amigos, esta vez de Madrid. “Todos, desde pequeños, hemos tenido la idea de hacer el tonto y tirarnos a un arbusto”, comenta José Luis, su portavoz. “Antes, se hacía de manera privada, y aunque al principio parece un poco cafre, si se hace con cuidado es muy divertido”.

"Piedras tirar se mofa del mundo del deporte y sus reglas, lo que se puede ver en los comentarios de los usuarios, muy elaborados"

“Sí, sabíamos de la existencia de piedras tirar”, prosigue en un mensaje de audio enviado a través de la propia plataforma. “Creamos la cuenta en diciembre, después de la despedida de soltero de un amigo. Surgió de forma genuina, tras grabar un vídeo de uno de nosotros tirándose a un arbusto. Luego, pensamos que tal vez otros chavales querrían hacer lo mismo, y pensamos en piedras tirar, que es como la cuenta auténtica en este tipo de contenidos. De la noche a la mañana, pegamos el boom por un vídeo que obtuvo cuatro millones de visualizaciones. En ese momento, éramos quince amigos llevando la cuenta y cada uno se ocupaba de una cosa: uno contestaba a los mensajes, otro subía los vídeos… La única norma que pusimos es que no subiríamos ningún clip de menores de edad. Fue muy caótico, sobre todo porque ya somos mayores, tenemos entre 26 y 30 años, y tenemos que compaginarlo con trabajos, parejas y tiempo libre. Se nos empezaron a acumular vídeos y poco a poco varios lo fueron dejando hasta que solo nos quedamos cuatro”.

Un humor "hipermediático"

¿A qué se debe esta explosión masiva de cuentas? ¿Estamos ante una nueva moda viral? ¿Qué relación tiene con los memes y la cultura de humor digital? Podríamos decir que los vídeos de piedras tirar y arbustos saltar son absurdos, más o menos iguales entre sí (lo único que cambia es el escenario y los personajes) y no tienen contenido ni propósito alguno. Curiosamente, uno de los elementos en el que descansa la mayor parte de la risa es todo lo que no es el vídeo, es decir, en los comentarios. En ellos, los usuarios comentan la jugada de una forma bastante cómica y creativa. De hecho, en la entrevista a EITB, los de piedras tirar llegan a sospechar que muchos de los que interaccionan usen herramientas como ChatGPT para escribir los comentarios, ya que están tan bien pensados y elaborados que resulta increíble que chavales anónimos puedan escribir con tanto aplomo, haciendo referencia hasta personajes históricos, como vemos en la siguiente captura:

placeholder Captura de uno de los vídeos de Instagram como ejemplo de esos comentarios tan elaborados
Captura de uno de los vídeos de Instagram como ejemplo de esos comentarios tan elaborados

“Venimos de muchos años de producción de memes y eso quiere decir que hay una capa de conocimiento compartida en el humor digital”, asevera Damián Fraticelli, investigador de la Universidad de Buenos Aires especializado en semiótica y humor. “Por la propia morfología de las redes, estos fenómenos se amplifican y construyen de forma orgánica a partir de las conexiones entre sus seguidores. Uno de los requisitos básicos del humor es que se compartan una serie de presupuestos, que es precisamente por lo que los memes o chistes empiezan a entenderse en el seno de una comunidad de usuarios. La gracieta aparece cuando se quiebran estos presupuestos y surge lo inesperado, o se rompen sus reglas”.

Fraticelli hace una división entre “lo cómico” y “el humor”, alegando que el primero hace referencia a algo que nos hace gracia y que está fuera de nosotros, es decir, un sujeto u objeto que se degrada y ridiculiza. En cambio, el “humor” consiste en reírse de uno mismo, de las reglas que uno transgrede en la vida social al criticarlas o degenerarlas. “Piedras tirar es cómico porque el foco del humor se dirige al mundo del deporte y sus reglas. De hecho, la interacción de los usuarios con los vídeos parte de ahí, y estos van generando lazos y vínculos, generando competencias entre ellos para ver quién es el más ingenioso al extrapolar la jerga deportiva a algo tan absurdo como tirar piedras”, sostiene. “En cambio, en arbustos saltar lo cómico apela al golpe que se mete la persona que sale en el vídeo, que decide lanzarse a un arbusto como riéndose de sí mismo delante de millones de personas”.

"Esto no es una moda, es algo que se ha hecho toda la vida y ahora se ha visibilizado. A nosotros nos da igual, pero a los chavales les encanta"

El investigador argentino es autor de El humor hipermediático (Teseo, 2023) un libro en el que disecciona la cultura de nuestra época a través de los memes y el humor digital. Partiendo de la cuarentena y el disaster humor (seguro que recuerdan a los negros del ataúd), analiza la semiótica del humor de nuestros días, su carácter en muchos casos absurdo, y su producción continua de significados de manera colaborativa. "No es que ya no haya hegemonía de los medios masivos como la televisión, es que estos están en constante comunicación con las redes sociales", admite Fraticelli. "Este nuevo tipo de humor se diferencia del clásico en que es colaborativo, ya que no podría emularse dentro de las plataformas clásicas hegemónicas, pues necesita de la creación colectiva para su desarrollo y difusión".

Precisamente, esta hipermediatización del humor la podemos ver en cómo se produce significado de manera continua y colectiva a partir de vídeos cuyo gag siempre es el mismo. En lugar de resultar reiterativo y, por tanto, dejar de hacer gracia (un chiste deja de ser gracioso cuantas más veces lo cuentes), al volcarse tantas personas en esa creación de significado adquiere mucho más protagonismo. "Es algo que hemos hecho todos", sentencia José Luis por su parte, admitiendo que no han inventado la rueda, ni mucho menos. "Esto no es una moda ni nada que se le parezca, es algo que se ha hecho toda la vida y ahora se ha visibilizado. Quien se graba lanzando piedras o tirándose a arbustos es alguien que quiere interaccionar con el resto. A nosotros, que somos más mayores, nos da igual, pero a los chavales les encanta".

El homo rocosus es una especie peculiar. Propia del Antropoceno, basa su goce estético en algo tan absurdo como arrojar piedras a lagos, ríos, estanques y precipicios. Pensemos en la mítica escena de la película 2001: Odisea en el espacio. Kubrick estaba equivocado: no fue un hueso lo que agarró el mono, sino más bien una piedra; la herramienta definitiva con la que aprendió a hacer fuego o a defenderse de las bestias cuando se sentía atacado. Muchos siglos después, el homo sapiens de nuestros días ha sentido la llamada de su pasado cavernario, y por más pantallas que haya puesto entre sí y el mundo, sigue deleitándose con el frugal y simple placer de lanzar piedras con amigos. Así, el homo rocosus ha resurgido con más fuerza que nunca, y es posible que en un hipotético futuro sustituya a la petanca como deporte nacional de jubilados ociosos.

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