¿Por qué se les llama jardineras a los autobuses que te llevan al avión? Iberia responde

La historia detrás del apelativo "jardineras" con el que se conocen a los autobuses de traslado en aeropuertos tiene raíces en la tradición y el clima tropical. Iberia nos ofrece una explicación que nos transporta a los albores de la aviación comercial, donde estos vehículos, carentes de techo y adornados con motivos florales, jugaban un papel esencial en la experiencia de viajar.

Estos transportes terrestres, que inicialmente se diseñaron sin techo para adaptarse a las temperaturas de los países tropicales, se caracterizaban por su forma alargada y su decoración floral. La aerolínea española señala que tal configuración les hacía parecer verdaderas "jardineras en movimiento", término que con el tiempo se consolidó para denominar a estos vehículos.

La elección del término jardinera no fue casual ni meramente estética, sino que reflejaba la intención de hacer del traslado una parte placentera del viaje. Estos autobuses simbolizaban una época donde viajar poseía un encanto particular, en el que incluso los desplazamientos más cortos dentro del aeropuerto debían ser disfrutados. Iberia destaca esta faceta como un recuerdo de las tradiciones y el detalle puesto en cada aspecto de la experiencia de vuelo.

Hoy en día, aunque los vehículos utilizados han evolucionado hacia modelos más funcionales y cerrados, adaptándose a las necesidades modernas de confort y eficacia, el nombre "jardineras" perdura. Esto evidencia cómo ciertas prácticas y denominaciones del pasado continúan influyendo en la cultura y el léxico de la aviación contemporánea.

La próxima vez que nos traslademos en uno de estos autobuses hacia nuestro avión, recordaremos que no estamos simplemente subiendo a un medio de transporte. Estamos participando en una tradición que, aunque transformada, nos conecta con una historia rica en detalles y en narrativas. El término jardinera es un vínculo con aquellos tiempos donde la estética y la experiencia de viaje iban de la mano, haciendo de cada desplazamiento un momento para apreciar.