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Los orígenes de los vascos que no son de Bilbao
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Los orígenes de los vascos que no son de Bilbao

La historia de este formidable y enigmático pueblo hay que estudiarla con un blíster de Biodraminas en ristre. Menudo mareo...

Foto: Vista de los prados verdes y Landa Etxea de Aia (Fuente: iStock)
Vista de los prados verdes y Landa Etxea de Aia (Fuente: iStock)

- “¡Patxi, que me han dicho que te han tocado 100 millones a la lotería!”

- “Bah, lo que jugaba…”

(Chiste tradicional vasco)

La sorpresa saltó cuando se descubrieron restos de una nave vikinga en las costas vascas; nada especial, por otra parte, pues las incursiones de estos aguerridos pueblos de Escandinavia ya habían atacado en la península; Sevilla (844), Pamplona (859), Santiago de Compostela (968 y 979) y otros pagos de la costa de Al Ándalus. El caso es que habían venido a repartir estopa y se llevaron unas pedradas de tamaño King Size modelo Perurena, el rey de los morroskos.

Es a partir del principio del tercer milenio que las teorías genetistas generan nuevas variantes híbridas al solaparse con las investigaciones filológicas sobre el profundo enigma de los orígenes del vascuence.

Foto: Autogiro Pitcairn PCA-2, construido en los Estados Unidos bajo licencia de Juan de la Cierva (Wikimedia)
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Los estudios e investigaciones desarrollados por los doctores Martínez Laso y Luis Arnaiz, podían determinar las similitudes genéticas de los pueblos que habitaban la península ibérica de entonces. El resultado de estas exhaustivas investigaciones, comparaba genes alelos (un alelo es una forma del mismo gen con pequeñas diferencias en su secuencia de bases de ADN) de procedencias norteafricanas, vascas e iberas que daba como resultante que el pueblo vasco tenía una cercanía genética muy próxima a tribus norteafricanas de origen bereber, curiosamente al igual que los ancestros guanches de las Islas Canarias.

Esta valoración, aunque científica, no es determinante, pues el genoma humano no ha sido lo suficientemente contrastado aún a día de hoy; a lo que hay que sumar el agravante diferencial de que unos llevaban turbante y otros unas txapelas modelo helipuerto de factura Elosegui para mitigar los efectos del txirimiri.

De lo que no cabe duda, es de que el vascuence procede de un lenguaje proto íbero extremadamente difícil de bucear a la par que las teorías lo alejan de las fuentes de origen caucásico. Si bien es cierto que se han identificado semejanzas con la lengua finesa (Finlandia) y la magiar (Hungría); los dos especialistas mencionados acercan a los vascos genéticamente al resto de poblaciones de la península y a los pueblos de origen bereber, lo que nos podría llevar a una conclusión un tanto paradójica y es que este extraño y mágico pueblo pudiera tener ascendente semíticos y no marcianos. La Dra. Pandya Tyler-Smith de la Universidad de Oxford tiene una tesis de alto interés probatorio sobre este particular, aunque ello no determina que sea concluyente.

placeholder Encaje de un traje tradicional vasco (Fuente: iStock)
Encaje de un traje tradicional vasco (Fuente: iStock)

Pero para enredar más si cabe el asunto, desde el punto de vista arqueológico, se añade otro ingrediente asonante en este verso suelto.

En la cima del monte Malmasín, en la carretera que va desde Bilbao hacia Basauri, los restos de un enigmático y antaño poderoso castro celta, observan en silencio la deriva del Nervión e incluso la zona aledaña al mar, el Abra. El castro en cuestión se cree, por las investigaciones desarrolladas hasta la fecha, que era un lugar de rituales mágicos con barbudos druidas incluidos al tiempo que inexpugnable fortaleza. Gabriel Carretié González, historiador con amplia experiencia en su oficio, marginado por su excesivo rigor científico y además por ser poco 'vasquista', ofició de detective de piedras sin dueño y de incógnitas aparentemente irresolubles. En su criterio profesional, este enorme visionario, dedicó una buena parte de su vida a investigar esta irrupción celta en las tierras vascas (o viceversa) lo que le supuso más de un disgusto por parte de la Nomenklatura local de aquellos tiempos.

Su razonada teoría se sostiene a día de hoy definiendo a Malmasín como un santuario de druidas cuyo origen, según dataciones de carbono 14, puede situar a esta extraña construcción en el siglo I antes de nuestra era. Este aparente exabrupto cuestiona la tesis oficial mantenida durante siglos sobre la exclusiva ocupación del territorio por vascos, algo duro de asimilar quizás para algunos ortodoxos.

"El ilustrado Joseph Dominique Garat estaba convencido de que las raíces estaban en Fenicia, aunque cabe señalar que le pegaba al patxaran casero y a otros espirituosos de lo lindo"

Otras fuentes (Baroja, Iruretagoyena, etc.) mantienen con la misma solvencia, aun entrando en fechas contradictorias, en una ocupación milenaria de la zona bajo pirenaica a ambos lados de la frontera actual por parte de los antiguos vascones.

En lo que, si hay coincidencia, es en que los vascos ocupaban la zona que hoy corresponde a los valles de Baztán y Roncal, área en la que se conserva con más pureza la lengua vasca. De a poco, se deduce que fueron tomando los valles circundantes de Gipuzkoa y Vizcaya sometiendo paulatinamente a las pequeñas agrupaciones celtas las tribus celtas, caristias y autrigonas.

En cuanto a las influencias bereberes, hay una especulación razonable que invita a pensar que tropas cartaginesas durante la expedición de Aníbal contra Roma, dejaron destacamentos en los pasos transpirenaicos del oeste de la cordillera. De hecho, existen muchas desinencias y morfemas de origen fenicio e incluso mesopotámico, que Carretie menciona con profusión en su obra.

Foto: Ramiro I de Asturias (Fuente: Wikimedia)

Pero la cosa no acaba ahí. El antropólogo y político vasco de la zona de la actual Lapurdi al otro lado de la muga; Joseph Dominique Garat; sugirió al mismísimo Napoleón la creación de un estado que uniera a los vascos de ambos lados de la cordillera pirenaica destacando su origen fenicio. Este estado estaría configurado por dos departamentos al estilo administrativo francés (Nueva Tiro y Nueva Sidón) y con la suma de ambos, se daría a luz el estado de Nueva Fenicia.

El ilustrado Garat estaba convencido de que las raíces estaban en Fenicia, aunque cabe señalar que le pegaba al patxaran casero y a otros espirituosos de lo lindo… Por otra parte, los semitas siempre se han caracterizado por una nariz de probadas dimensiones y quien haya viajado por el País Vasco habrá observado que los fines de semana muchas de estas protuberancias se ponen de color rojo bermellón y sus mejillas de color rosáceo. ¿Sospechoso no?

La verdad, si es que esta existe, es que la historia del formidable y enigmático pueblo vasco hay que estudiarla con un blíster de Biodraminas en ristre. Qué mareo...

- “¡Patxi, que me han dicho que te han tocado 100 millones a la lotería!”

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