Se queja del precio en una reseña y el dueño no se corta en su respuesta: "Siento mucho que no seas capaz de leer"

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• La reseña negativa a un camarero al que ofreció un boli para que se pintara la silla

Soy Camarero (@soycamarero) es una cuenta de X (Twitter) que se dedica a recopilar reseñas, vídeos y fotografías que demuestran que “el cliente no siempre tiene la razón”. Hay veces en las que solo sube a la red social dirigida por Elon Musk imágenes de comentarios de consumidores que posteriormente son sometidas al escarnio público. Sin embargo, en muchas otras también agrega la respuesta de los dueños de los establecimientos.

Esto es lo que ha sucedido en este caso. Y es que la respuesta de este propietario solo puede calificarse como de “auténtico zasca”. Todo comienza cuando el consumidor, cuyo nombre es Joaquín, sube una foto de la cuenta que ha tenido que pagar en un irish pub de Madrid, en el cual aparece la dirección y otros muchos datos del negocio. Después, empieza el mensaje diciendo: “Un robo a mano armada”.

Como puede verse en la imagen anterior, el usuario afirma que le cobraron ocho euros por dos tercios de cerveza sin alcohol. Además, indica que “las bebidas tardaron mucho en llegar y los aperitivos eran de escasa calidad y cantidad”. A cualquiera que haya visto la película Annie Hall se le habrá venido a la cabeza uno de los chistes con los que Woody Allen introduce la historia (y, si no es así, puede verse aquí). También agrega que “nos echaron a toda prisa, ya que nuestra mesa estaba reservada, habiendo mesas suficientes en el local”. Finalmente, concluye que no volverá a ir.

La respuesta del propietario

“¡Hola Joaquín! Muchas gracias por tu comentario”. Ante todo, cordialidad para empezar. A partir de ahí, el propietario desenfunda la artillería pesada: “De momento no usamos pistolas para atender a los clientes... Siento mucho que no seas capaz de leer los precios en la carta […] ni de decidir si te quieres sentar en la mesa de un local aceptando sus normas y sus precios”.

En la segunda parte del comentario, el dueño del bar irlandés pasa del ataque frontal a la ironía más descarada: “tienes razón, llevamos desde 2005 intentando echar a los clientes, cuanto más deprisa mejor […], pero todavía no lo hemos conseguido”. No sabemos si el tal Joaquín ha regresado al local. Sin embargo, parece evidente que, de recordarle, no iba a ser muy bien recibido.