Es noticia
Meses de reclusión, hermetismo y ventanas cerradas. Historia del luto español desde los Reyes Católicos
  1. Alma, Corazón, Vida
De la Antigua Roma a la actualidad

Meses de reclusión, hermetismo y ventanas cerradas. Historia del luto español desde los Reyes Católicos

La manera en la que afrontamos la pérdida de nuestros seres queridos ha evolucionado durante años, aunque la influencia de Fernando de Aragón e Isabel de Castilla sigue intacta

Foto: Una familia vestida de negro en un cementerio (iStock)
Una familia vestida de negro en un cementerio (iStock)

"En ocho años que dure el luto no ha de entrar en esta casa el viento de la calle. Haceros cuenta que hemos tapiado con ladrillos puertas y ventanas. Así pasó en casa de mi padre y en casa de mi abuelo. Mientras, podéis empezar a bordaros el ajuar", dice Bernarda en la obra de Federico García Lorca, La casa de Bernarda Alba.

Al morir el segundo marido de Bernarda Alba, ella impone un luto riguroso a las cuatro hijas que había tenido con este hombre. El luto ha estado presente a lo largo de la historia de España en muchas de sus obras literarias, cinematográficas, pero también en nuestro día a día. Vestir de negro es algo que muchas personas siguen haciendo cuando se muere una persona cercana a ellas, pero, ¿de dónde viene esta tradición?

El negro era ya el color del luto en la Antigua Roma

La manifestación del luto a través del negro no es, en absoluto, una costumbre actual, ni siquiera del siglo pasado. Es más, se ha mitigado en el tiempo presente. El negro era ya el color del luto en la Antigua Roma. Entonces, se vestían con la toga pulla o la toga sórdida, ambos eran de color negro, pero esta última la llevaban los pobres y artesanos en el luto privado.

En el imaginario colectivo, el negro es el color del luto, pero no lo fue desde el siglo II hasta el XV. En este periodo de tiempo, era el blanco el color del luto por orden de un decreto imperial.

Al negro por los Reyes Católicos

Tras una serie de sucesos funestos acaecidos en la corte y después de que el príncipe Juan muriese en 1497, los reyes Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla ordenan la Pragmática de Luto y Cera, por la cual el negro volvía a ser el color del luto, tras años en los que era el blanco el color que utilizaban en sus vestimentas quienes habían perdido a sus seres queridos.

placeholder  Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla (Wikipedia)
Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla (Wikipedia)

No obstante, esta pragmática no regulaba solo el cambio del color del luto, sino que también establecía una serie de normas y prohibiciones como la presencia de plañideras, tampoco se podía gritar o llorar por la pena en los velatorios o cortejos fúnebres. Con esto, lo que se pretendía es que todo lo que rodease a la muerte fuese más austero y discreto.

A través de esta ordenanza, los Reyes Católicos regulan no solo la vestimenta (que el color negro vuelva a ser signo del luto), sino también que se vistiese de negro por unos familiares concretos: padre, madre, abuelos y otros ascendentes, suegro, suegra, marido, mujer, hermano o hermana.

Del mismo modo, la imposición de vestir de negro era para cuando fallecían personas reales de la corona, los criados cuando morían sus señores y cualquiera que heredase algo de la persona fallecida. El luto entonces duraba años, en función del grado de parentesco con el muerto. Las viudas tenían que permanecer el primer año, tras morir sus maridos, encerradas en una habitación tapizada de negro en la que no podía entrar la luz.

Con esta pragmática, se regula también la cantidad de dinero que se puede destinar a las velas. Sin embargo, lo que no se limita es el número de misas ni la cantidad de limosna que se entregaba a la Iglesia por el alma del difunto.

Felipe V era más laxo, en el año 1729, redujo el luto a los seis meses

El luto era muy duro y severo hasta que en 1729, Felipe V, definió una nueva pragmática algo más laxa. Por ejemplo, redujo el luto a los seis meses o restringió la utilización del color negro dentro de los hogares. No obstante, aunque Felipe V es más flexible, a partir del siglo XVIII la muerte se transforma y vuelven las exageraciones, sobre todo para las mujeres y los románticos.

Se ponen de moda las joyas hechas con pelo del muerto o las miniaturas con un retrato del difunto. La moda pasa a estar muy presente durante el duelo y las damas cambiaban por completo su manera de vestir, hasta el punto de que, según la etapa del luto en la que se encontrasen, llevaban una ropa u otra.

Cambios en el Siglo XX

En el siglo XX, todo deja de ser tan riguroso. Se empezó a vestir de color negro sin que este estuviera estrictamente relacionado con el luto. En Francia, a finales de la década de los años veinte, Coco Chanel consiguió darle a la ropa de este color un nuevo significado y pasó a ser algo elegante. Es más, en España, las mujeres adineradas empezaron a casarse de negro y con mantilla, aunque no se les hubiera muerto nadie.

placeholder Coco Chanel (EFE)
Coco Chanel (EFE)

A día de hoy, en España, no tenemos ninguna normativa que regule el luto, cómo tenemos que vivirlo o los días que tenemos que ir vestidos de negro. Lo que sí es cierto, es que existen una serie de normas no escritas que se han ido suavizando, pero que a principios del siglo XX consistían en cerrar las puertas y ventanas de las casas, cambiar los visillos por el color del luto, girar los cuadros o tapar las televisiones y los aparatos de radio.

En la actualidad, cuando muere un familiar o una persona muy cercana, cada persona vive esta pérdida y canaliza su dolor como puede. Sin embargo, la imposición de la Pragmática de Luto y Cera nos sigue afectando y quizá, si no fuese por Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, no pensaríamos en el color de las prendas de ropa que nos ponemos para ir al tanatorio o a un funeral.

"En ocho años que dure el luto no ha de entrar en esta casa el viento de la calle. Haceros cuenta que hemos tapiado con ladrillos puertas y ventanas. Así pasó en casa de mi padre y en casa de mi abuelo. Mientras, podéis empezar a bordaros el ajuar", dice Bernarda en la obra de Federico García Lorca, La casa de Bernarda Alba.

Muerte Cristianismo
El redactor recomienda