Cómo actuar ante la presencia de mastines: guía para ciclistas y peatones

Los mastines, reconocidos por su gran tamaño y fuerza, han sido históricamente empleados por los ganaderos para proteger a sus rebaños de posibles amenazas. Mientras estas criaturas majestuosas cumplen un papel esencial en la vida rural, es crucial comprender cómo interactuar con ellos de manera segura, especialmente si nos encontramos con uno mientras disfrutamos de una caminata o un paseo en bicicleta por el campo. A continuación, te ofrecemos algunas claves para garantizar una convivencia armónica y sin incidentes con estos guardianes del ganado.

Para garantizar una interacción segura, si estás en bicicleta, es fundamental bajarse y continuar el trayecto a pie. El motivo es que los perros pueden interpretar ciertos tamaños o velocidades como una amenaza. Si se corre, lo mejor es detenerse y continuar a pie, ayudando así a que el can se tranquilice. Además, es posible usar la bicicleta como una barrera física, pero es vital mantener la distancia adecuada y no interponerse entre los animales.

¿Cómo reaccionar si un mastín ladra al acercarse?

Ladrar es su método habitual para intentar alejar a los intrusos. Movimientos bruscos, gritos o correr pueden causar que se agiten aún más. Es común que marquen un perímetro de seguridad, simplemente para indicar que no se acerquen. Si su objetivo principal fuese perseguir a las personas, no serían útiles para sus funciones de protección, ya que esta es una táctica que los lobos emplean para distraer y atacar.

Pasear con otras mascotas: precauciones

Si se camina por el campo acompañado de un perro, es crucial atarlo antes de acercarse a un rebaño, ya que podría desencadenar una situación peligrosa. Un can, independientemente de su tamaño, corriendo hacia ovejas o cabras es percibido como una amenaza. Si, en este contexto, un dueño intenta intervenir, podría resultar en un desenlace desfavorable, incluso con su propio perro siendo atacado.

Actitudes frente a mastines: qué evitar

Recoger un palo o una piedra con la intención de asustar o atacar a los perros podría ser una mala idea, ya que esto puede incrementar su agresividad. Por otro lado, ofrecerles comida, intentar acariciarlos o acercarse para tomar fotos, independientemente de lo amistosos que puedan parecer, se desaconseja, ya que podría habituarlos a las personas y generar posibles conflictos futuros.

Responsabilidades del ganadero

Es vital para los ganaderos contar con perros equilibrados que crezcan junto a los animales que protegerán. Esto fortalece su vínculo y los integra como parte del rebaño. Los perros deben estar bien entrenados, ya que aunque son herramientas útiles, sin el manejo adecuado pueden convertirse en un problema. En zonas concurridas por personas, es esencial que se mantenga un control sobre los perros, especialmente si alguien se aproxima, para no provocar situaciones con los mastines.

Los mastines, por naturaleza, no deberían ser agresivos. Su comportamiento normal es acompañar al ganado y protegerlo sin atacar. Sin embargo, se han reportado casos de mastines de mayor tamaño y con un temperamento más feroz, lo cual no es necesario para cuidar al ganado y puede ser un riesgo añadido.

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P. Cantalejo

En cuanto a la adquisición de un mastín de guarda, se cree que los que nacen y crecen en un rebaño tienen un instinto protector más arraigado que aquellos provenientes de criaderos. Estos últimos podrían incluso presentar cruces más agresivos. Históricamente, los mastines no se compran, sino que se intercambian entre ganaderos debido a este motivo.