La divertida reacción de una americana en España cuando escucha por primera vez al afilador

Era un sonido habitual en muchos pueblos y ciudades hace tan solo algunas décadas. Sin embargo, el afilador pasa cada vez por menos calles, por menos lugares. Se trata de una de esas profesiones en peligro de desaparecer en España. Una de esas profesiones que, además, resultan símbolo de nuestro país para quienes son de otros países.

Si escuchar la peculiar melodía del profesional que afila cuchillos, entre otras tareas similares, es hoy para muchos un viaje directo al pasado y, para otros como los más jóvenes, algo propio del mundo previo al que nacieron, para una estadounidense afincada aquí es todo un choque cultural.

TE PUEDE INTERESAR

Una estadounidense que vive en España alaba el "ritmo lento" con el móvil: "No hay presión"

J. García González

Rachel Anne lleva tan solo unos meses viviendo en España, y precisamente de eso trata su cuenta en TikTok, desde la que cuenta todo aquello que le sorprende del país y reacciona a muchos de esos elementos con los que se topa en su día a día aquí por primera vez porque al otro lado del charco no son habituales. En su último vídeo ha sido el turno del afilador.

"¿Es un camión de helados?"

Desde el salón de su casa, Anne se graba mostrándose desconcertada por un sonido que no reconoce. Un sonido, además, que se alarga durante varios minutos. "¿Qué es eso? ¿Es un camión de helados?", se pregunta. De fondo, el afilador avisa de que está disponible para quien quiera acercarle sus cuchillos y ponerlos a punto para un buen corte de nuevo.

Anne, claro, no tiene idea de eso, por lo que se limita a escucharlo e intentar descifrarlo. Sin embargo, se inquieta cuando descubre que "parece que el sonido se acerca" a su casa. Al parecer, su perro tampoco conoce esta profesión. Al enfocar al animal, le vemos de pie en el jardín, apuntando con sus orejas mientras permanece inmóvil.

Por supuesto, otros usuarios han acudido rápidamente a explicarle qué era exactamente lo que escuchaba. "El sonido de mi infancia", dice una, mientras otro exclama: "¡Hacía cuarenta años que no escuchaba ese sonido!".

Muchos, además, recopilan otros sonidos de profesionales anunciándose por las calles que Anne aún debe descubrir: "el melonero, el colchonero lanero, el tapicero...". Todos coinciden en que son sonidos que, cuando ya no están, "se echan de menos".