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Una americana residente en España cuenta las cosas que echa de menos de EEUU
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Otra historia de "choque cultural"

Una americana residente en España cuenta las cosas que echa de menos de EEUU

En apenas un minuto, Emily nombra 3 gestos que no han podido seguir con ella desde que reside aquí, y ya ha reunido más de 2.000 me gusta, pero también algún que otro contrario

Foto: (TikTok)
(TikTok)

Cada país es un mundo. Sus contrastes y peculiaridades hacen que cuando estamos fuera del nuestro, inevitablemente echemos de menos detalles que en él habíamos pasado desapercibidos. Porque la manera en que se construye nuestra cotidianidad nunca es la misma en dos lugares del mundo, incluso cuando el mundo tiende a asemejarse a un único patrón. Es por eso que, cruzar un océano, genera un vértigo añadido, el mismo esta vez sí que el que puede generar atravesar unas montañas o, incluso, cruzar una calle, así son las fronteras.

Esta sensación ha dado lugar en TikTok a un género en sí mismo de vídeos virales, el de quienes explican desde su país de residencia todo lo que echan de menos de su país de origen. Lo hemos apodado "choque cultural", y de eso mismo habla Emily, una estadounidense que ahora vive en España, concretamente en Madrid, y desde aquí, de tanto en tanto, recuerda aquello que hacía allí y ya no puede hacer.

Foto: Una estadounidense afincada en Logroño alaba el "ritmo lento" de los españoles con el WhatsApp: "No hay presión" (TikTok)

Más conocida en dicha red como @mamainmadrid, esta usuaria y su nostalgia han reunido en uno de sus últimos vídeos más de 2.000 me gusta. En apenas un minuto, nombra 3 datos (o gestos) que no han podido seguir con ella desde que reside en España. Detalla, uno a uno, por qué le resultan importantes, aunque pueda vivir sin ellos.

De la "comodidad" a "la falta de espacio"

El primero de ellos es algo así como un estado, un marco en el que moverse: "la comodidad y efectividad" o, en otras palabras, "la rapidez" para hacer cualquier cosa. "Siento que (en Estados Unidos) todo pasa tan rápido... una cola en una tienda, las entregas y recogidas de comida en el mismo día, abrir una cuenta bancaria, renovar un documento. Todo esto allí ocurre rápido y está modernizado", dice. Sin embargo, en España Emily encuentra que "a veces estas gestiones todavía suceden a un ritmo lento y terminarlas requieren un enorme esfuerzo".

Por otro lado, en la misma línea, apunta a la "comodidad" que ofrecen los autoservicios para coche. Como madre, señala que "tener estas opciones, con niños, incluso si solo es (para pillar algo de) Starbucks, es genial". En este punto se detiene con humor para añadir a otros usuarios: "Sí, por favor, haced bromas sobre los estadounidenses y los autoservicios para coches y la comida basura".

Por último, habla de su sensación de "falta de espacio" en España. "En Estados Unidos tenemos la suficiente suerte de tener un jardín (en casa) y un bonito patio interior; y aquí, aunque vivimos en un estupendo edificio, nada de hacer barbacoas o ver a los niños correr entre aspersores de riego en un día soleado".

"Está bien extrañar cosas de donde vienes, incluso si amas la vida que tienes donde vives"

Emily termina con una reflexión: "Está bien extrañar cosas de donde vienes, incluso si amas la vida que tienes donde vives". Reconoce también que en Madrid hay muchas opciones, pero piensa que menos que las que existen en Estados Unidos.

Entre comentarios, el debate está asegurado entre aquellos usuarios que entienden las palabras de esta mujer y responden "estamos contigo" porque, por ejemplo, han descubierto también "la penitencia de la burocracia española", y aquellos que le apuntan que lo que dice incluye muchos matices: "Vivo a 20 kilómetros del centro de Madrid y tengo jardín. No puedes tenerlo en el centro".

Cada país es un mundo. Sus contrastes y peculiaridades hacen que cuando estamos fuera del nuestro, inevitablemente echemos de menos detalles que en él habíamos pasado desapercibidos. Porque la manera en que se construye nuestra cotidianidad nunca es la misma en dos lugares del mundo, incluso cuando el mundo tiende a asemejarse a un único patrón. Es por eso que, cruzar un océano, genera un vértigo añadido, el mismo esta vez sí que el que puede generar atravesar unas montañas o, incluso, cruzar una calle, así son las fronteras.

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