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Los falsos mitos que rodean la figura de Cleopatra, una 'femme fatale' que nunca lo fue
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HISTORIAS DE EGIPTO

Los falsos mitos que rodean la figura de Cleopatra, una 'femme fatale' que nunca lo fue

La faraona más famosa también es uno de los personajes históricos más desconocidos, debido en gran medida a que la mayor parte de su vida la escribieron sus enemigos

Foto: Cuadro de Cleopatra y Julio César, pintado por Jean-Léon Gérôme. (iStock)
Cuadro de Cleopatra y Julio César, pintado por Jean-Léon Gérôme. (iStock)

Se trata de una de las mujeres más famosas de toda la historia. Si todavía se habla de ella, pese a haber habitado en un mundo muy antiguo (del 69 al 30 a. C.), es por algo: fue la última reina de la dinastía ptolemaica, que emergió con el mismísimo Alejandro Magno, y gobernó Egipto durante 22 años trayendo riqueza como nunca se había visto. Se cree que su poder e influencia se lo ganó gracias a sus dotes para seducir a los hombres, lo cual no es cierto, ya que la mayoría de sus crónicas históricas fueron redactadas por sus enemigos.

Por eso mismo, hay un aura de misterio que rodea siempre a su figura. Los escritores árabes la tienen como una erudita, como menciona la historiadora Mary Hamer en un artículo de la BBC, y si asociamos otras dotes o atributos a su figura es por la propaganda negativa que posteriormente hicieron de ella. Al final, al ser históricamente una de las mayores enemigas del Imperio Romano al casarse con dos grandes generales (Marco Antonio y Julio César), ha perdurado en el inconsciente colectivo occidental la idea de "femme fatale" sobre su figura.

"Conversar con ella tenía un encanto irresistible, y su presencia, y su forma de comportarse con los demás tenía algo de excitante"

Algunas historiadoras, de hecho, no la consideraban ni bella. Prudence Jones, profesora de historia de la Universidad Estatal de Montclair y autora de un nuevo libro sobre su historia, ha hablado con el medio How Stuff Works para desmentir algunos de los grandes mitos que vienen asociados a ella y son remotamente falsos. En primer lugar, lo más básico y que está demostrado a pesar de que en ocasiones lleve a la confusión: Cleopatra no era egipcia. Era la última de una larga lista de reyes y reinas griegos macedonios que gobernaron Egipto tras la conquista de Alejandro Magno hace 300 años.

Foto: 'La reina amazona Talestris en el campamento de Alejandro el Grande', de Johann Georg Platzer.

Fue después de la muerte de dicho conquistador cuando su general, Ptolomeo I, fue coronado como rey, empezando a gobernar el territorio desde la capital helenística de Alejandría. Cleopatra no era egipcia según la etnia, pero sí que se apropió de algunos de los símbolos culturales y religiosos de antaño, como la diosa Isis. Ah, y fue la primera de toda su dinastía que hablaba la lengua egipcia de verdad.

No era bella, sino muy inteligente

Como decíamos anteriormente, sus enemigos hablaron muy mal de ella, considerándola una especie de femme fatale que hechizó a hombres de renombre como Julio César y Marco Antonio valiéndose de su atractivo físico. Plutarco, uno de los más grandes historiadores romanos, dijo de ella que su apariencia "no era tan perfecta como para impresionar tanto a quienes la veían", según apunta Jones.

"Cleopatra era muy consciente de que para que Egipto siguiera siendo independiente necesitaba un poderoso protector"

"Conversar con ella tenía un encanto irresistible, y su presencia, combinada con el carácter persuasivo de su discurso y su forma de comportarse con los demás, tenía algo de excitante", escribió Plutarco. Vamos, que no es que fuera bella, sino muy inteligente y, encima, dominaba las artes del flirteo. "Había dulzura en su tono de voz y su lengua parecía un instrumento de cuerda, podía hablar cualquier idioma que quisiera, de modo que cuando se entrevistaba con los bárbaros no necesitaba intérprete". Además del griego y el egipcio, Cleopatra dominaba al menos otros seis idiomas. Podemos hacernos una idea solo con eso de su enorme bagaje cultural y habilidades cognitivas. "Cleopatra era famosa por su intelecto, a diferencia de Marco Antonio, que dominaba el arte militar", apunta Jones.

No lo llames amor, llámalo interés

Cuando Cleopatra subió al trono, con tan solo 18 años, heredó un reino en decadencia debido a que Roma era la potencia ascendente y amenazaba con conquistar Egipto. Por aquel entonces, era muy común que los distintos reyes formalizaran alianzas a partir del matrimonio, de ahí que Cleopatra debió pensar que no había mejor forma de evitar el ascenso imparable de Roma que casándose con su mayor general, Julio César. Por ello, para mantener la independencia política de Egipto y seguir en el trono, selló la alianza con el gobernador romano y tuvieron un hijo al que llamaron Cesarión ("Pequeño César").

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La relación posterior que tuvo con Marco Antonio (el segundo al mando después de Julio César) se entiende como una aventura amorosa debido a la famosa obra de teatro Antonio y Cleopatra de William Shakespeare, pero según Jones esta infidelidad también tuvo un propósito político muy claro. "Cleopatra era muy consciente de que para que Egipto siguiera siendo independiente necesitaba un poderoso protector", recalca la historiadora. Tras el asesinato del César, Roma cayó en un vacío de poder con dos candidatos al trono: Octavio, el heredero legítimo y sobrino, y Antonio, el ambicioso político y general.

Ambos disputaron una guerra civil en la que Octavio era claro ganador al recibir el apoyo financiero del Senado. Entonces, Cleopatra vio un filón y ayudó financieramente a Marco Antonio para que disputara el poder de Roma contra Octavio. "Marco Antonio necesitaba dinero y Cleopatra era la mujer más rica del mundo. A cambio, se convirtió en su aliado y defensor de Egipto contra la invasión romana y le dio tres herederos más", sostiene Jones.

Su muerte no está clara

En cuanto a su muerte, Plutarco cuenta que Marco Antonio y Cleopatra se suicidaron tras ver que iban a perder la guerra contra Octavio, que es precisamente el final que escogió Shakespeare para su obra. Según el escritor griego, el esposo cree que Cleopatra ha fallecido tras una derrota en una batalla naval contra Octavio. Al parecer, cae accidentalmente sobre su espada y finalmente muere en los brazos de su mujer a causa de la herida. Entonces, Cleopatra ve venir su final, un final muy doloroso y vergonzante, ya que desfilaría por todas las calles de Roma como prisionera de guerra. Por ello, hace pasar a sus aposentos mediante el contrabando una serpiente venenosa que recoge entre sus brazos para que la pique.

Foto: Excavaciones de Taposiris Magna (EFE/BURG AL ARAB)

Esta versión de su final no es cierta o incluso el mismísimo Plutarco, después de narrarla, duda de que Cleopatra muriera así. "Nadie sabe la verdad del asunto, porque también se dijo que llevaba veneno en un peine hueco que ocultaba en su cabello", admite. Los eruditos modernos, concluye Jones, sostienen que el veneno habría sido una vía rápida y simple de morir, aunque no está confirmado que muriera por esta razón. Tras la muerte de Cleopatra, Egipto se convirtió en provincia del Imperio Romano y Octavio fue nombrado emperador. Toda una tragedia griega sobre la que a día de hoy existen muchas lagunas.

Se trata de una de las mujeres más famosas de toda la historia. Si todavía se habla de ella, pese a haber habitado en un mundo muy antiguo (del 69 al 30 a. C.), es por algo: fue la última reina de la dinastía ptolemaica, que emergió con el mismísimo Alejandro Magno, y gobernó Egipto durante 22 años trayendo riqueza como nunca se había visto. Se cree que su poder e influencia se lo ganó gracias a sus dotes para seducir a los hombres, lo cual no es cierto, ya que la mayoría de sus crónicas históricas fueron redactadas por sus enemigos.

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