¿Cuánta sandía tendrías que comer para morir? Esta es la respuesta
Aunque este alimento tan típico del verano esté delicioso y parezca inofensivo, cualquier exceso es malísimo para el organismo. Entonces, ¿qué pasaría?
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El verano no sería lo mismo sin el melón y la sandía. Estas frutas tan típicas de esta estación nos proporcionan los nutrientes esenciales a la par que evitan en todo momento que nos sintamos deshidratados por efecto de las altas temperaturas. Son muy dulces y refrescantes, por lo que fácilmente gustan a niños y mayores, colectivos a los que más se recomienda su consumo debido, como decíamos, a su mayor predisposición para la deshidratación.
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Ahora bien, el exceso, aunque sea de algo tan saludable como una fruta estival, no es nada bueno e, incluso, puede llegar a matarte. A pesar de que su composición es de casi completamente agua, tomar demasiada sandía puede llegar a producirte la muerte en muy grandes cantidades. Sin ir más lejos, tomar más de 30 vasos de agua seguidos puede asegurar tu final en unas pocas horas.
Ahogado en agua
Como admite un reciente artículo de la revista Popular Science, una de las principales causas directas de muerte con la droga del MDMA es por esto mismo: al producir una sed irracional en quien lo toma, algunos consumidores literalmente se acaban ahogando de tanta agua que beben. Imagínate, más de 30 vasos equivaldría a 7,5 litros de agua (si consideramos que cada vaso equivale a 25 centilitros), lo cual es una auténtica pasada.
Las células se inundarían de tanto agua y empezarían a expandirse para normalizar su equilibrio electrolítico, lo que acabaría produciendo una inflamación cerebral
Entonces, ¿cuánta cantidad de sandía podría matarte y qué sentirías en caso de que tomaras esa decisión? En concreto, si fueras mujer bastaría con comer tres sandías de golpe, que equivaldría más o menos a 18,8 litros de agua (tengamos en cuenta que el peso de tres sandías sería mucho mayor si contásemos la cáscara). En el caso de los hombres, se calcula que harían falta cuatro sandías que equivaldrían a 30,6 litros.
¿Qué ocurriría en tu organismo? "Las células se inundarían de tanto agua y empezarían a expandirse para normalizar su equilibrio electrolítico, lo que acabaría produciendo una gran inflamación cerebral que dañaría las células nerviosas y reduciría el suministro de oxígeno a la masa gris", admiten desde la página de divulgación científica. Por tanto, no, no lo hagas bajo ningún concepto.
El verano no sería lo mismo sin el melón y la sandía. Estas frutas tan típicas de esta estación nos proporcionan los nutrientes esenciales a la par que evitan en todo momento que nos sintamos deshidratados por efecto de las altas temperaturas. Son muy dulces y refrescantes, por lo que fácilmente gustan a niños y mayores, colectivos a los que más se recomienda su consumo debido, como decíamos, a su mayor predisposición para la deshidratación.