Los 10 pasos para lavarte las manos de forma correcta (y cada cuánto hay que hacerlo)

En la actualidad, el lavado de manos se ha convertido en una de las medidas más efectivas para prevenir la propagación de enfermedades infecciosas. Organismos sanitarios internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), han establecido pautas claras sobre la forma correcta de lavarse las manos y la frecuencia con la que debemos hacerlo.

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A continuación, presentamos una guía práctica con diez pasos para un lavado de manos efectivo, así como recomendaciones sobre cuándo es necesario realizar esta práctica.

1. Moja tus manos con agua corriente.
2. Aplica suficiente jabón para cubrir toda la superficie de las manos.
3. Frótate las palmas de las manos entre sí.
4. Frota la palma de la mano derecha contra el dorso de la mano izquierda entrelazando los dedos, y viceversa.
5. Frótate las palmas de las manos entre sí con los dedos entrelazados.
6. Frótate el dorso de los dedos de una mano contra la palma de la mano opuesta manteniendo unidos los dedos.
7. Rodea el pulgar izquierdo con la palma de la mano derecha, frotándolo con un movimiento de rotación, y viceversa.
8. Frótate la punta de los dedos de la mano derecha contra la palma de la mano izquierda, haciendo un movimiento de rotación, y viceversa.
9. Enjuaga tus manos con agua corriente.
10. Sécalas completamente con una toalla de papel desechable.

¿Cada cuánto tiempo deberíamos repetir este proceso? En líneas generales, estos son los momentos del día en los que deberías realizar un lavado de manos:

• Antes de preparar o manipular alimentos.
• Antes de comer.
• Después de ir al baño.
• Después de cambiar pañales o limpiar a un niño.
• Después de sonarse la nariz, toser o estornudar.
• Después de entrar en contacto con superficies potencialmente contaminadas.
• Después de tocar animales.
• Después de cuidar a una persona enferma.
• Cada vez que tus manos estén visiblemente sucias.

El lavado adecuado de manos es una práctica esencial en la promoción de la salud y la prevención de enfermedades. Siguiendo los diez pasos recomendados y respetando la frecuencia indicada, podemos reducir significativamente la propagación de infecciones en nuestros hogares y comunidades.

Recordemos que nuestras manos son una de las principales vías de transmisión de microorganismos, y realizar ese lavado se convierte en un acto de responsabilidad individual que contribuye a proteger nuestra propia salud y la de quienes nos rodean. Un simple gesto puede marcar la diferencia en la lucha contra las enfermedades infecciosas y mantener nuestro hogar y comunidad más saludables.