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El extraño trastorno que te hace ver a otras personas de un tamaño diminuto
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El extraño trastorno que te hace ver a otras personas de un tamaño diminuto

También conocido como síndrome de Alicia en el País de las Maravillas, se trata de una condición mental muy rara que por fin se ha explorado ampliamente gracias a un estudio

Foto: Fotograma de 'Los viajes de Gulliver' (Rob Letterman, 2010)
Fotograma de 'Los viajes de Gulliver' (Rob Letterman, 2010)

En Los viajes de Gulliver (1726), el autor Jonathan Swift hablaba de unos curiosos seres diminutos que habitaban un lugar imaginario llamado Liliput. Los liliputienses ataron con sogas al héroe Gulliver, en una escena dantesca que seguramente hizo brotar la imaginación de la gente de la época. A día de hoy tenemos representaciones pictóricas y cinematográficas de esta escena, pero en su día, ¿qué es lo que llevó a Swift a inventarse tal cosa? ¿Tal vez el presentimiento de que a veces los hombres son más diminutos de lo que son a simple vista era demasiado real?

Esta es la idea que llevó al psiquiatra francés Raoul Leroy a pensar que tal vez hubiera fenómenos mentales que pudieran propiciar una visión similar a la que tuvo Gulliver en su viaje. "A veces ocurren solos, a veces vienen acompañados de otros trastornos psicosensoriales", explicó en la descripción de uno de los muchos casos que se atrevió a investigar. Él los bautizó como fenómenos "micropsia" (debido a la unión del prefijo "micro" con "óptica"), y el cual hoy en día es muy estudiado y más bien conocido como síndrome de Alicia en el País de las Maravillas.

Foto: (iStock)

Según viene definido, este alude a una distorsión sensorial de la visión, con una alteración de la forma de los objetos por la que tienden a verse de un tamaño inferior a la realidad. Leroy, en concreto, describía que la mayoría de las alucinaciones que había observado en su paciente eran de objetos móviles, con vistosos colores. También había personas que soñaban con figuras humanas que trepaban sillas en grupo o se metían debajo de las puertas. En la mayoría de los casos ninguno de estos seres diminutos presentaba agresividad, aunque tal y como rescata Science Alert en un artículo, hubo una vez una señora de 50 años aquejada de alcoholismo crónico que acudió a la consulta del doctor y vio a "dos hombres tan altos como un dedo" que vestían de azul y fumaban en pipa. Más tarde, empezó a oír voces en su cabeza que la amenazaba de muerte para después desaparecer la alucinación.

Ninguna de ellas representaba alguien conocido para el paciente. Incluso, algunos de ellos llegaban a proyectarse a sí mismos en la alucinación

Sin duda, estas "apariciones" resultan de lo más curiosas y llamativas porque no aluden a un factor perceptivo, sino puramente alucinatorio e imaginativo. Sin embargo, un hombre de ciencias como Leroy no lo achacaba a simples delirios, sino que intuyó desde el principio que estos síntomas se debían a enfermedades mentales que todavía estaban pendientes de clasificar. Años más tarde, reputados psicólogos y psiquiatras estudiaron cada uno de sus escritos y descripciones de casos para concretar aun más y dar con el diagnóstico de micropsia.

Un estudio de 2021 publicado en la revista Neuroscience & Biobehavrioal Reviews intentó seguir el camino iniciado por Leroy y pasar a revisar casos antiguos y actuales de enfermos mentales que reportaban esta clase de alucinaciones para llegar a una serie de conclusiones o ver qué tenían en común. Después de una ardua investigación, el historiador médico Jan Dirk Blom, de la Universidad de Leiden, halló 26 estudios sobre alucinaciones relacionadas con las micropsias que, a su vez, solo contenían 24 descripciones fieles, relevantes o bien ajustadas.

La inmensa mayoría eran alucinaciones proyectivas, es decir, aparecían en las tres dimensiones e interactuaban con el mundo real

"Durante las décadas de 1980 y 1990 apenas hubo casos nuevos, y las alucinaciones liliputienses pasaron al olvido", apuntó Bloom. Sin embargo, cuando acudió a la literatura histórica, en vez de a la clínica, sí que encontró muchísimos más, en total 226 casos únicos para comparar y contrastar. Todas ellas tenían rasgos comunes y pequeñas diferencias. Por ejemplo, la mayoría de las visiones consistían en pequeños seres vestidos con ropas llamativas y coloridas, como si fueran payasos. Ninguna de ellas representaba alguien conocido para el paciente. Incluso, algunos de ellos llegaban a proyectarse a sí mismos en la alucinación, viéndose muy pequeños, un fenómeno sin duda de lo más curioso. Del mismo modo, también aparecían animales u objetos reducidos a un tamaño ínfimo.

Foto: (iStock).

De todas ellas, la inmensa mayoría (un 97%) eran alucinaciones proyectivas, es decir, aparecían en las tres dimensiones e interactuaban con el mundo real. El resto aparecían en dos dimensiones, como si fueran un holograma. En cuanto a las repercusiones psicológicas que tuvieron las alucionaciones en los pacientes, casi la mitad de ellos experimentaron miedo o sensación de ansiedad. Solo un tercio de ellos se sintieron aliviados o entretenidos con la experiencia. Curiosamente, un solo paciente afirmó que "las visiones eran la única alegría que le quedaba".

Ahora bien, ¿cuál eran los diagnósticos clínicos que daban pie a esas alucinaciones? Blom los agrupó en diez grupos distintos, siendo los más destacados los trastornos psiquiátricos, la intoxicación por alcohol o medicamentos y, por supuesto, golpes o lesiones en el sistema nervioso central. También especuló con que algunas de ellas venían dadas a partir de una distorsión del sistema visual del cerebro. Sea como sea, la micropsia o el síndrome de Alicia en el País de las Maravillas es una rareza dentro de la psiquiatría, una rareza que suscita sin duda mucho interés desde el punto de vista literario, místico o del pensamiento mágico que, de pronto, asalta a una persona sin avisar.

En Los viajes de Gulliver (1726), el autor Jonathan Swift hablaba de unos curiosos seres diminutos que habitaban un lugar imaginario llamado Liliput. Los liliputienses ataron con sogas al héroe Gulliver, en una escena dantesca que seguramente hizo brotar la imaginación de la gente de la época. A día de hoy tenemos representaciones pictóricas y cinematográficas de esta escena, pero en su día, ¿qué es lo que llevó a Swift a inventarse tal cosa? ¿Tal vez el presentimiento de que a veces los hombres son más diminutos de lo que son a simple vista era demasiado real?

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