Es noticia
Pequeñas, pero muy peligrosas: ¿Qué ocurre con las pilas que no llevamos a reciclar?
  1. Alma, Corazón, Vida
Cuidando el planeta

Pequeñas, pero muy peligrosas: ¿Qué ocurre con las pilas que no llevamos a reciclar?

Escondidas al fondo de algún cajón, dentro de algún utensilio que ya has olvidado que tenías, pueden no ser tan inofensivas como tu memoria ha optado por considerar

Foto: (iStock)
(iStock)

Cada año se consumen y desechan en España 400 millones de pilas. Con estos datos, resulta favorecedor que actualmente hayamos conseguido ser el sexto país de la Unión Europea que más residuos de este tipo recicla: un 37% de todas esas pilas llegan a buen puerto. Aunque por supuesto todavía queda mucho trabajo, en 2014 se recogieron más de 2.500 toneladas de ellas, que se suman para alcanzar la cifra de 15.129 toneladas, desde el año 2.000. Ahí es nada.

El objetivo de recogida, marcado por la legislación europea y española, es del 25% de pilas. Lo superamos, sí, pero teniendo en cuenta que se puede reciclar aproximadamente el 75% de los componentes de todos los tipos de pilas y baterías, aún podemos seguir mejorando.

Foto: Planta de tratamiento de residuos electrónicos. Foto: Reuters/Amr Abdallah Dalsh

Nos guste o no, hoy en día estamos rodeados de objetos que usan pilas. Da igual hacia donde mires: que si el mando de la televisión, el del aire acondicionado, el de la Play Station de tus hijos… Cualquier pequeño electrodoméstico que tengas por la cocina. Así, reciclar nuestras baterías se convierte en una tarea que debiera ser primordial para una vida más sostenible. ¿Que por qué? Aquí te lo explicamos.

Más de un siglo de vida peligrosa

Quizás no lo sepas, pero entre todas esas pilas que te rodean es posible que muchas tengan años de vida. Escondidas al fondo de algún cajón, dentro de algún utensilio que ya has olvidado que tenías, pueden no ser tan inofensivas como tu memoria ha optado por considerar. Si hablamos de ellas en términos del mercurio, el cadmio, el litio, el níquel, el ácido sulfúrico o el plomo que pueden contener, el asunto cambia.

placeholder (iStock)
(iStock)

Todas ellas son sustancias potencialmente peligrosas para el medio ambiente y, por ende, para ti (también directamente). Además, se estima que el exterior de las pilas puede tardar unos 100 años en deteriorarse. Teniendo en cuenta que las primeras pilas, aunque muy rudimentarias, tomaron forma entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, ¿cuántas de las que utilizaron nuestros antepasados a comienzos del siglo XX seguirán pululando por el planeta?

Un kilo de pilas usadas puede contaminar hasta 20 metros cúbicos del suelo donde acaben, y una sola de ellas puede contaminar hasta 600.000 litros de agua

En la actualidad, según datos de la Fundación Ecolec, son las causantes del 93% del mercurio en la basura doméstica, así como del 47% del zinc, del 48% del cadmio y del 22% del níquel. Cuando la descomposición de su cobertura sucede, dichos metales del interior pasan a la tierra entre otros restos, y ahí el desastre ya está asegurado. De hecho, se estima que solo un kilo de pilas usadas puede contaminar entre 10 y 20 metros cúbicos del suelo donde acaben. Si este dato no te ha impactado, aquí va otro: una sola pila de mercurio podría contaminar hasta 6.000 litros de agua.

La descomposición de una pila

Desde Ecolec lo explican al detalle: "Acumuladas en los vertederos, con el paso del tiempo, las pilas pierden su carcasa protectora y se vierten los metales y componentes que contienen y acaban contaminando las aguas subterráneas del suelo y, con ello, se introducen en la cadena alimentaria natural de las que se nutre el ser humano. Se estima que la pila alcalina puede contaminar unos 167.000 litros, la pila de zinc unos 12.000 litros y la de carbón hasta 3.000 litros".

placeholder (iStock)
(iStock)

Este proceso de contaminación puede ser largo y llegar hasta los 500 años. Sin embargo, la lluvia, el calor y la acidez del suelo tienden a acelerar el proceso de descomposición de la pila, lo cual tiene efectos fatales en el medio ambiente y en el suelo. Así, una vez que se degrada la pila en el suelo, esta comienza a liberar elementos altamente contaminantes como el mercurio, el litio, el plomo o el cadmio. Estos elementos, al ponerse en contacto con la tierra o con el agua, comienzan un proceso de degradación muy nocivo para el planeta.

Ahora que ya sabes la importancia de depositarlas en un contenedor específico de punto limpio. Pero, ¿dónde están estos? A lo largo y ancho de toda nuestra geografía. En total, a fecha de 2021 existían 46.282 puntos de recogida repartidos por todo el país, según señalan desde la web de Ecopilas, fundación que gestiona toda esa red de depósitos. Desde el equipo, sostienen que es hoy la segunda más amplia de Europa, según datos de Eucobat, asociación que agrupa a los 16 sistemas colectivos de gestión más importantes de la UE. Para encontrar tu punto limpio más cercano, puedes consultar este enlace.

Lo que no debes hacer

Asimismo, apuntan, su servicio de recogida para empresas adheridas a la fundación dio respuesta, hasta la fecha señalada, a un total de 40.277 solicitudes de recogida. Sin embargo, estas aún siguen siendo un asunto pendiente: en 2021, fueron un total de 1.153 empresas de todo el país. Con esas cifras, Ecopilas representa a más del 60% de los productores registrados en el Registro de Pilas y Acumuladores del Ministerio de Industria, consolidándose como el mayor sistema colectivo de recogida y reciclaje de pilas del país y uno de los más importantes de Europa. Pero aún faltan muchas empresas más.

placeholder Trabajador en una planta de reciclaje. (iStock)
Trabajador en una planta de reciclaje. (iStock)

Mientras estas se ponen las pilas, nunca mejor dicho, no trates de recargar una que no indique que es recargable. Ten en cuenta también que las baterías no son todas iguales. No es lo mismo una pila alcalina que una de litio, por ejemplo. De ahí que necesiten una manipulación diferente y requieran ser depositadas en contenedores diferenciados. Recuerda también que las pilas usadas no se deben de tener en contacto con las nuevas, ya que podrían dañarse.

Y entonces, ¿qué pasa hacen con ellas cuando sí las reciclamos? Pues el primer paso es su clasificación, puesto que la tecnología para su reciclaje también varía según la composición química de las mismas.

Así se clasifican para su tratamiento

Desde Ecopilas explican que para poder enviarlas a la planta de tratamiento adecuada las clasifican según su composición química, quedando de la siguiente forma:

  • Las Salinas/alcalinas (que conforman el 83% del total de los residuos de pilas recogidos) son recicladas en España.
  • Las de Botón (que incluyen contenido en plata, alcalinas, o con posible porcentaje de mercurio) son recicladas en España.
  • Las Recargables y de litio primario (Litio-ion, Ni.Mh, Ni.CD, Litio primario) son recicladas en plantas de tratamiento europeas.
  • Las de Plomo (procedentes de vehículos, ámbito industrial, o de portátiles) son recicladas en fundiciones en España.
placeholder (iStock)
(iStock)

En definitiva, al reciclar tus baterías estás contribuyendo al futuro, pero también al presente, porque no hay uno sin el otro. Así, lo primero que consigues es ahorro energético, ya que los materiales con los que están hechos las pilas en muchos casos pueden ser reutilizados, evitando que se exploten y extraigan más recursos del planeta. Y recuerda también que a menor consumo de energía, menor CO2 generado. Todo son ventajas.

Cada año se consumen y desechan en España 400 millones de pilas. Con estos datos, resulta favorecedor que actualmente hayamos conseguido ser el sexto país de la Unión Europea que más residuos de este tipo recicla: un 37% de todas esas pilas llegan a buen puerto. Aunque por supuesto todavía queda mucho trabajo, en 2014 se recogieron más de 2.500 toneladas de ellas, que se suman para alcanzar la cifra de 15.129 toneladas, desde el año 2.000. Ahí es nada.

Mundo sostenible Reciclaje Social Energía
El redactor recomienda