¿Está nuestra atracción física predeterminada?
Algunas personas afirman no tener tipos, mientras que otras parecen especificar más a la hora de elegir, pero todas tenemos un patrón
Uno de los grandes misterios de la vida es por qué nos atraen unas personas y otras no. En cuestión de gustos cada persona es un mundo, pero a la hora de enamorarnos todos somos iguales. La atracción física da paso a una especie de obsesión por la persona, que copa todos nuestros pensamientos. Entonces comenzamos a imaginar una vida a su lado y tratamos, por todos los medios, de que se fije en nosotros.
Pero, ¿por qué esa persona y no otra? Hay muchas teorías. Freud y Jung, por ejemplo, aseguraban que elegimos a las personas inconscientemente pero en función de nuestros modelos iniciales, que son nuestros padres. Whitaker, sin embargo, escribió que elegir pareja es un camino inconsciente para completarse a uno mismo, y Fisher indicaba que la selección de pareja está más relacionada con una perspectiva biológica, pues la atracción, los niveles elevados de neurotransmisores como la dopamina o la euforia. Incluso se ha propuesto que los distintos estilos de apego determinan la atracción y preferencia.
Freud y Jung aseguraban que elegimos a las personas inconscientemente pero en función de nuestros modelos iniciales, que son nuestros padres
Pero como no nos ponemos de acuerdo ni en eso, quizá habría que especificar que existen distintos tipos de atracción. Algunas personas afirman no tener tipos, mientras que otras parecen especificar más a la hora de elegir, ya sea que le gustan las personas morenas, con ojos azules o fornidas. Sin embargo, incluso aquellos que dicen no tener ningún tipo e interesarse por personas concretas, en realidad siguen un patrón determinado, o eso asegura Stephen J. Betchen en su investigación en 'Psychology Today'.
"Cuando se presiona, y con la ayuda de un historial de relaciones, tienden a surgir patrones de atracción. Por ejemplo, mientras que un cliente afirmó no tener un tipo, en su mayoría salía con mujeres bajitas de cabello castaño. Cuando se le señaló, pareció sorprenderse. Una clienta se sorprendió al ver que prefería a las mujeres con cabello rizado. Y un tercero se sorprendió y divirtió al descubrir que le atraían las mujeres con narices grandes", indica el psiquiatra.
Aunque muy pocas personas pueden proporcionar una explicación profunda, todo el mundo tiene un tipo (lo sepa o no)
La conclusión a la que llegó fue, por tanto, que aunque muy pocas personas pueden proporcionar una explicación profunda, todo el mundo tiene un tipo (lo sepa o no). Eso, por otro lado, no quiere decir que salgan siempre con sus tipos. Pero cuando dos personas se topan con sus tipos, los conozcan o no, pueden hipnotizarse mutuamente.
Puede que el concepto de alma gemela sea un mito, pero ya sea que elegimos emulando a nuestros padres o justamente para diferenciarnos de ellos, pensando en aquel que nos completa o desde una perspectiva biológica, todos seguimos unos patrones nos guste o no, que son los que explican realmente por qué nos fijamos en esa compañera de trabajo y no en la otra.
Uno de los grandes misterios de la vida es por qué nos atraen unas personas y otras no. En cuestión de gustos cada persona es un mundo, pero a la hora de enamorarnos todos somos iguales. La atracción física da paso a una especie de obsesión por la persona, que copa todos nuestros pensamientos. Entonces comenzamos a imaginar una vida a su lado y tratamos, por todos los medios, de que se fije en nosotros.