Un nuevo estudio explica por qué algunos pájaros son más inteligentes que otros
Mientras empezamos a notar cambios bruscos en las dinámicas tanto de aves que conviven con nuestra civilización como de las que se acercan a ella momentáneamente, siguen adoptando formas nuevas de sobrevivir
Si contemplamos a nuestro alrededor, a menudo da la sensación de que algunas aves han aprendido a aprovechar nuevas oportunidades de alimentación al tiempo que la humanidad va arrebatándoles espacio. Así, esa tendencia de comportamiento (o lo que nos parece una imitación de gestos que podríamos pensar las personas) resulta una señal de su inteligencia. Bajo esa mirada inmersiva que trata de buscar entender a otros animales desde el ser humano mismo, hay científicos que llevan tiempo preguntándose por qué ciertas especies de aves parecen más innovadoras en su adaptación que otras.
¿Podrían tener cerebros más grandes (lo que intuitivamente parece probable)? ¿Tal vez sea que poseen una mayor cantidad de neuronas en áreas específicas? Bueno, para empezar, más allá de la cuestión puramente biológica, está el hecho de su acercamiento con el mundo humano. Aunque cada vez sea menos distinguible de los espacios naturales aún ajenos en gran medida a las personas, está claro que hay especies de aves que están más cerca de nosotros que otras: gorriones, palomas o cigüeñas son algunas de las más comunes, aunque existen varias más dependiendo del territorio.
Con el tiempo, estas especies fueron encontrando entre nosotros un beneficio de vida que, sin embargo, ya se muestra más como una trampa en la medida en que la degradación social se va viendo acelerada. Mientras empezamos a notar cambios bruscos en sus dinámicas, así como de las aves que se acercan a la civilización de manera temporal durante sus largos recorridos de emigración, están adoptando formas nuevas de sobrevivir, en el sentido literal. Claro que cada una lo hace a su manera.
Cuantas más neuronas...
Que haya aves que parezcan más inteligentes que otras, según un estudio reciente realizado por un equipo internacional publicado en 'Nature Ecology and Evolution', tiene también que ver con el tamaño de sus cerebros y la cantidad de neuronas.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores utilizaron una nueva técnica con el fin de estimar el número de neuronas en una parte específica del cerebro llamada palio en 111 especies de aves. El palio de las aves es el equivalente a la corteza cerebral humana, que está involucrada en la memoria, el aprendizaje, el razonamiento y la resolución de problemas, entre otras cosas.
Cuando combinaron estas estimaciones sobre el número de neuronas con información sobre más de 4.000 actuaciones novedosas de búsqueda de alimento, el equipo descubrió que las especies con el mayor número de neuronas en el palio eran, efectivamente, las que más sorprendían en este sentido.
Por qué les crece más el cerebro
"La cantidad de tiempo que los polluelos pasan en el nido a medida que se desarrollan sus cerebros también podría desempeñar un papel crucial en la evolución de la inteligencia", apunta al respecto el profesor emérito de la Universidad McGill, Louis Lefebvre y autor principal del estudio. Lefebvre, además, ya había pasado más de 20 años reuniendo ejemplos de innovaciones de búsqueda de alimento en aves.
"Las especies más grandes de cuervos y loros, que son conocidas por su inteligencia, pasan más tiempo en el nido, lo que permite que el cerebro crezca más tiempo y acumule neuronas paliales", es una de las cosas que ha ido encontrando este experto en sus observaciones.
Los resultados del nuevo estudio ayudan a reconciliar puntos de vista previamente opuestos sobre la evolución y la importancia del tamaño del cerebro. Asimismo, muestran cómo una perspectiva de historia de vida ayuda a comprender la evolución de la cognición.
Si contemplamos a nuestro alrededor, a menudo da la sensación de que algunas aves han aprendido a aprovechar nuevas oportunidades de alimentación al tiempo que la humanidad va arrebatándoles espacio. Así, esa tendencia de comportamiento (o lo que nos parece una imitación de gestos que podríamos pensar las personas) resulta una señal de su inteligencia. Bajo esa mirada inmersiva que trata de buscar entender a otros animales desde el ser humano mismo, hay científicos que llevan tiempo preguntándose por qué ciertas especies de aves parecen más innovadoras en su adaptación que otras.