¿Qué saben exactamente los científicos de lo que sentimos en el momento de morir?

La muerte forma parte de nuestra vida. Nacemos, crecemos, nos desarrollamos, trabajamos, tenemos una familia y, finalmente, con el paso de los años envejecemos hasta encontrar la muerte. Todos los seres humanos sienten miedo cuando piensan en su último momento. ¿Qué sentimos en el momento de fallecer? Diversos científicos han realizado estudios para adivinar qué es lo que sentimos cuando llega la hora de abandonar este mundo.

Normalmente, tendemos a pensar que cuando toca morir, apenas nos enteramos. La gran mayoría de las personas fallecen en un estado somnoliento porque el cuerpo está a punto de decir basta. Sin embargo, muchos científicos aseguran que la historia es bien distinta. Un experimento realizado en el Imperial College de Londres en 2018 arrojó algo de luz sobre cómo podría sentirse al morir un ser humano.

Para ello, se han realizado dos investigaciones teniendo en cuenta dos factores. Por un lado, se ha analizado las experiencias cercanas a la muerte o ECM. En ellas, un 20% de las personas reanimadas tras estar en muerte clínica ha sufrido algún tipo de alucinación. Por otra parte, se han analizado las alucinaciones provocadas por una droga psicodélica llamada DMT. En el estudio, se administró esta droga a los pacientes para que, al volver a la realidad de la vida, contaran qué habían sentido.

Experiencia psicodélica al morir

Así, según BBC Mundo, la mayoría de las experiencias tuvieron muchos puntos en común. De hecho, casi todas las personas hablaban de sensaciones como “trascendencia del tiempo y del espacio” o “unidad con objetos o personas cercanas”. La experiencia de estar al borde de la muerte es similar a consumir un poderoso alucinógeno.

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EFE

Chris Timmermann fue quién dirigió este experimento en el Imperial College de Londres: “Creo que la principal lección que se puede sacar de este estudio es que podemos encontrar la muerte en la vida y en sus principales experiencias. En el momento de morir, hay un aumento de la actividad eléctrica en nuestro cuerpo. Las ondas gamma son muy pronunciadas y parecen ser las culpables de esas experiencias psicodélicas cercanas a la muerte”.

Este investigador indica que se sigue trabajando para descubrir y comprender cómo es el momento de la muerte: “Es factible que en algún momento nuestras técnicas de imágenes cerebrales lleguen a ser tan avanzadas que podamos leer la mente de las personas para que nos acerquemos a comprender cuáles son los mecanismos cerebrales que sustentan estas experiencias tan extraordinarias e inusuales”.

La mayoría de los individuos aseguran que sufrieron acercamientos a personas al sentir la muerte

La ciencia revela informes que indican que las personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte reportan sentimientos de tranquilidad y serenidad y, además, muestran una reducción del estrés asociado a la muerte durante un largo periodo de tiempo. La experiencia de lo vivido les ayuda a tomarse el fin de sus días en el futuro como algo normal y con lo que no se sufre.

Las ECM de estas personas se describen como indoloras, lo que significa que esa mayor conciencia que podemos sufrir al estar muriendo es, también, mucho menos traumática. La persona comienza a perder los sentidos de manera progresiva. Primero, pierde el hambre y la sed, mientras que el habla y la visión duran algo más de tiempo.

De hecho, un escáner cerebral realizado a una persona con una epilepsia profunda y que estaba moribunda indicaba actividad relacionada con la memoria y los sueños. Gracias a ello, se ha podido especular con aquella teoría que dice que, antes de morir, “ves la vida pasar ante tus ojos”.

Las conclusiones de estos estudios parecen indicar que, antes de morir, vivimos una experiencia psicodélica, pero, a la vez, indolora. El ser humano sufre alucinaciones y siente un último viaje antes de decir adiós. Los últimos momentos no deben ser aterradores. Forman parte de un viaje desconocido, que será probablemente indoloro y con el que no sufriremos ningún tipo de trauma.

Chris Timmermann concluye el estudio con la siguiente reflexión: “En una sociedad como la nuestra, en la que tendemos a negar la muerte y tratamos de ponerla debajo de la alfombra, creo que esta es una de las grandes lecciones que la investigación psicodélica puede darnos. A partir de ahora, nos será más fácil incorporar a nuestras vidas el pensamiento sobre la muerte”.