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¿Qué siente una persona asexual cuando ve una imagen erótica?
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¿Qué siente una persona asexual cuando ve una imagen erótica?

Un nuevo estudio ofrece claves para desmentir viejos mitos sobre la excitación sexual: ni es algo natural ni todo el mundo la siente con la misma intensidad. ¿Entonces?

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Vivimos en un mundo hipersexualizado en el que se da por hecho que todas las personas sin excepción sienten atracción sexual. De manera general, se asume que el sexo es una necesidad biológica como el comer. Al fin y al cabo, los seres humanos prestamos atención a los distintos estímulos de nuestro entorno, y de entre todos ellos, el más predominante es el sexual o erótico. La prueba es la infinidad de orientaciones, gustos y filias sexuales.

De hecho, hay una orientación en concreto que niega, de alguna forma, todas las demás. Se trata de la asexualidad, un espectro cargado de matices que a medida que pasa el tiempo está adquiriendo más visibilidad y relevancia en los medios de comunicación, tanto virtuales como tradicionales. Solo un 1% de la población se declara asexual, según las encuestas. Y ahora, en vísperas de la celebración del Orgullo LGTBI, buscan su espacio dentro del colectivo para ser representados y representadas.

"El sexo ni es una necesidad ni es una prueba de amor. Las relaciones sexuales no nos hacen personas más o menos válidas"

"No le debemos sexo a nadie, tengamos la relación que tengamos con esa persona", esgrimen desde la cuenta de Instagram del colectivo de asexuales en España, somos_aces. "El sexo ni es una necesidad ni es una prueba de amor. Las relaciones sexuales no nos hacen personas más o menos válidas y es tan respetable querer tenerlas como no quererlas. El número de relaciones sexuales o las prácticas que llevemos o no a cabo no determinan nuestra orientación sexual, sea la que sea, las orientaciones sexuales hacen referencia a la atracción sexual. La asexualidad es la orientación sexual definida por no sentir atracción o sentirla poco frecuente, poco intensa o bajo circunstancias determinadas".

Los datos

Según una última encuesta del Censo de la Comunidad Asexual en España, de quien se ha hecho eco la asociación, un 24,3% de los españoles han confesado mantener relaciones sexuales por presión social. Un 29,3% por sentirse "normal" y un 24,1% por miedo a un abandono por parte de su pareja, lo que conecta con lo que ya advertían sexólogas como Lara Ferreiro, que en otro artículo publicado por este medio ya avisaba que esta es sin duda una de las consecuencias más comunes entre asexuales con pareja.

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Como decíamos, solo un 1% de la población general se considera asexual, lo que no quiere decir que esta orientación sexual sea poco minoritaria sino más bien poco reconocida. De acuerdo a los datos del Censo, un 42,3% ha recibido sugerencias para "curarse o arreglarse", lo que dificulta mucho el proceso de aceptación y naturalización de esta falta de deseo. "Muchas personas reniegan del sexo para rebelarse contra estos cánones sociales", aseguraba Paula Álvarez, sexóloga española, en otro artículo de este medio. "O al menos, tienen un concepto más amplio de este que no involucra la penetración ni la satisfacción sexual con un marcado componente lascivo. En este sentido, rechazan las relaciones sexuales, en las cuales siempre está implícita la cuestión de la genitalidad. En su lugar, apuestan más por el erotismo o los cuidados".

Precisamente, sobre el erotismo habría que hablar, ya que por su definición, deducimos que implica una cualidad que incita a la excitación sexual, pero no por ello aboga por la consecución del acto. Es decir, no es lo mismo una imagen erótica (con cierta insinuación sensual) que una imagen pornográfica (con un completo carácter sexual, que incita de manera lasciva y explícita al sexo). Entonces, ¿podríamos decir que los asexuales niegan esto último, pero no lo primero?

¿Cómo se mide la atracción sexual?

En realidad, nos movemos en arenas movedizas, como casi siempre que se habla de sexo y sus distintos espectros. Al fin y al cabo, ¿cómo se mide algo tan subjetivo como es la excitación humana y hasta dónde puede llegar o cuál es su límite para considerarla alta o baja? Eso es lo que se propuso Lori A. Brotto, psicóloga canadiense y especialista en la excitación sexual femenina, quien junto a un equipo de científicos lideró un estudio para demostrar que, efectivamente, la atracción y excitación sexual humana no funciona igual para todo el mundo ni en las mismas dosis. Y que, precisamente, muchas personas no sienten ninguna necesidad carnal o en una muy pequeña cantidad, por lo que podrían sentirse presionadas socialmente en muchas situaciones o con sus vínculos afectivos más íntimos.

"Los asexuales mostraron la misma atención controlada tanto a las imágenes eróticas como no eróticas, mientras que los heterosexuales se focalizaron más en las eróticas"

Brotto reunió a un total de 95 voluntarios (26 hombres y 30 mujeres heterosexuales, 13 hombres y 18 mujeres declaradas asexuales y 8 personas asexuales de género no binario) para someterles a una prueba de "atención forzada". En ella, se les mostró dos imágenes, una al lado de la otra, durante diez segundos. Para medir sus niveles de atención, se les midió con un aparato de seguimiento ocular hacia dónde apuntaban sus ojos durante esos diez segundos que duraba la prueba. Del mismo modo, se midió el tiempo de atención que dedicaban a cada una de las imágenes, si algunos concedían más atención a la erótica y otros a lo no erótica. Para asegurarse de que realmente se focalizaban en cada una de ellas, los científicos les preguntaron mientras las veían que opinaran sobre cuál de las dos les parecía más atractiva.

A partir del monitor de seguimiento ocular, Brotto y su equipo pudieron analizar tanto su atención inmediata (la más rápida, lo primero en lo que se fija una persona) como su atención controlada (la más consciente y continua, aquello que elegimos mirar). Y solo diez segundos bastaron para diferenciar una de otra, lo que dio pie a que se concluyera que "los estímulos eróticos son más destacados que los no eróticos y atraen la atención visual".

¿Unos "bichos raros"?

"Los patrones de atención a los estímulos eróticos son consistentes con la atracción sexual: el individuo suele mirar aquello que más le interesa y atrae", concluyó Brotto en su estudio, publicado este mismo año y cuyos resultados ha recogido 'Psychology Today'. "Los asexuales en el estudio mostraron la misma atención controlada tanto a las imágenes eróticas como no eróticas, mientras que los participantes heterosexuales se focalizaron más en las eróticas".

Evidentemente, este estudio no puede servir para demostrar fiel o completamente lo profundo de la sexualidad humana, y en concreto sobre la orientación asexual. "Aunque nos propusimos afinar la metodología de la investigación lo máximo posible, nuestro análisis no estuvo exento de limitaciones", reconocía la experta. "Todavía hay muchos huecos vacíos en nuestro conocimiento y comprensión".

Foto: Bandera del movimiento asexual. (iStock)

Sea como sea, cada uno es libre de vivir su sexualidad como quiera, sienta o desee, independientemente de si su apetito o niveles de excitación son bajos o altos. Y, lamentablemente, como tanto se comenta en los foros asexuales, vivimos en un mundo hipersexualizado en el que los estímulos sexuales no dejan de proliferar, a la par que las conversaciones en torno al sexo, lo cual no deja de ser pernicioso para un grupo de personas que se sienten presionadas y vistas como bichos raros cada día. Aunque solo sea de manera subliminal.

Vivimos en un mundo hipersexualizado en el que se da por hecho que todas las personas sin excepción sienten atracción sexual. De manera general, se asume que el sexo es una necesidad biológica como el comer. Al fin y al cabo, los seres humanos prestamos atención a los distintos estímulos de nuestro entorno, y de entre todos ellos, el más predominante es el sexual o erótico. La prueba es la infinidad de orientaciones, gustos y filias sexuales.

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