Huye de las esponjas cuando tengas que fregar

Fregar los utensilios de cocina es una de las prácticas más habituales durante el día a día de una persona. Sin embargo, hacerlo de manera incorrecta puede provocar problemas de salud inesperados. Un estudio realizado en Noruega asegura que lavar los platos con esponjas no es beneficioso para nuestra salud pues estas contienen multitud de bacterias.

Trond Møretrø, científico investigador de Nofima, un instituto noruego de investigación alimentaria asegura que “bacterias como la salmonela sobreviven mucho mejor en las esponjas que en los cepillos para limpiar los utensilios de cocina. Esto se explica porque las esponjas permanecen mojadas y la bacteria puede reproducirse mucho más rápidamente”.

TE PUEDE INTERESAR

Los grifos de cocina ideales para ahorrar agua y fregar con precisión

EC

Esta investigación confirma que un solo estropajo puede acumular más bacterias que todas las personas existentes en la Tierra: “La esponja está húmeda y acumula residuos de comida que también son alimento para las bacterias. Esto provoca un rápido crecimiento de éstas y puede terminar por afectarnos a nosotros”.

Las esponjas acumulan bacterias

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos ha informado que “si se calientan las esponjas en el microondas después de usarlas” es posible que el número de bacterias se reduzca. Sin embargo, lo aconsejable es desecharlas a diario y utilizar una nueva al día siguiente.

TE PUEDE INTERESAR

¿Crees que puedes lavar los 100 millones de bacterias de una manzana?

A. Hermida

Países como Noruega o Dinamarca están más acostumbrados a la utilización de cepillos de cocina, mientras que las esponjas se utilizan en la mayoría de los países europeos. Este dato se ha logrado gracias a una encuesta realizada entre 10.000 personas de todo el continente. Todos los estropajos se usaban entre cinco y seis veces por semana.

La recomendación de los expertos en la materia pasa por utilizar cepillos en vez de esponjas porque “su secado es mucho más rápido” y porque “al tener un mango para agarrarlo, el contacto con la parte mojada dónde se acumulan las bacterias es mucho más complicado”. Cuidar la higiene en la cocina también es clave para no acabar contagiado por bacterias indeseadas.